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Narra _____
— ¡_____! ¿Estás lista ya? — gritó Hyunjin desde fuera de la habitación.
— ¡Ahora salgo! — respondí.
— No tardes, ¿vale?
[...]
Hyunjin y ella se dirigían hacia una competición. Él debía correr. De vez en cuando Hyunjin y algunos otros mafiosos se reunían para organizar estas carreras.
También hacían algunas apuestas, así se ganaban un dinerillo. En el caso de que los miembros votaran, obviamente tenían claro la victoria de Hyunjin.
Siempre que participaba, se llevaba la mayoría de las apuestas, por no decir todas.
[...]
— Te quiero — le dice _____ a su marido, que es el próximo en participar.
— Yo más — contesta mientras deposita un beso en la mejilla de ella.
— Te desearía suerte, pero supongo que no la necesitas.
— Supones bien, pero gracias cariño.
— Te estaré esperando cuando termines — menciona su mujer emocionada.
— Más te vale — aprieta tu nalga con una mirada oscura.
[...]
Narra Hyunjin
Preparados...listos... ¡ya!
Fue en lo único que escuché, cuando pisé el acelerador.
Iba increíblemente bien, como siempre, hasta que empiezo a escuchar un pitido intermitente que se va haciendo cada vez más fuerte.
Mierda, un contador. Mi coche tiene algo, está claro. Y tengo que ser rápido.
Por instinto disminuyo la velocidad solo un poco, abro la puerta y comienzo a rodar por el suelo.
Veo como mi vehículo continúa corriendo hasta que llega a la valla protectora y explota.
Oh dios, ¿qué estúpidos comprobaron mi coche?, porque se puede decir que son unos auténticos incompetentes.
La explosión no fue lo peor, pero suficiente como para matar al conductor y a gente próxima.
Los profesionales acudieron a apagar los restos de fuego, mientras que yo solo pensaba en como iba a dejarle la cara morada al corredor rival.
Narra _____
Hyunjin lo está haciendo genial, es obvio que va a ganar.
Un momento...
Acaba de saltar del coche. Está claro que algo va mal. Se me aclaran las ideas cuando veo la explosión de su coche más adelante.
El vehículo había sido saboteado.
Corro hacia él cuando por fin está a salvo fuera de la carretera.
— ¡Hyunjin! ¿Estás bien? ¿Te duele algo? — le pregunto con preocupación.
— Sí, sí, me di cuenta a tiempo — dice él aún con la respiración agitada.
Me fijo en que su oponente para el coche. Cuando se baja se atreve a preguntar qué ha pasado.
Mi marido se acerca y se dispone a gritarle.
— ¡¿Que qué ha pasado cabrón?! Dímelo tú. ¿O acaso yo instalé una bomba lapa en mi propio coche porque soy retrasado? Debió ser eso, claro — le dijo agarrándolo por el cuello de la ropa.
Su oponente solo se limita a reír.
— ¿Qué pruebas tienes? — contesta aún alzado por el puño de Hyunjin.
— Vamos, siempre has querido ganarme, pero sabes que eso no pasará. Tú y tu gente me dais asco. Además, si vas a poner una bomba en mi coche, al menos usad un contador menos ruidoso. Ni para eso servís — le suelta de un empujón, tirándolo al suelo.
El hombre se levanta cuando tu marido se va caminando y se dispone a agarrarle un brazo.
Hyunjin le sostiene de la muñeca y le retuerce su brazo entero, mientras que con la otra mano le propina un puñetazo en la cara, mandándolo de vuelta al suelo.
Antes de que le de una paliza intervengo agarrando su camiseta por detrás.
— Jinnie... — entrelazo mi brazo con el suyo.
— Preciosa — posa su cabeza en mi hombro.
— Vámonos a casa. Déjalo, lo investigarán y seguro que lo descalifican.
— Eso espero, es un idiota. Ya puede pagarme mi próximo coche.
— Y tanto — le doy un beso y agarro su mano mientras caminamos fuera del recinto.
↷...
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