Gumiho
—Hacchiko♥—
Capítulo 02
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Sabía que no debía ilusionarse, lo sabía. Desde ese mágico encuentro Tae Min vivía en un mundo de flores, las cuales se habían vuelto un juguete constante; cada vez que veía una, la tomaba y se la ponía en el cabello o en su vestimenta, sintiéndose más lindo para Min Ho (aunque él nunca le había dicho tales palabras, solo que su nombre era lindo, pero él era feliz imaginando que había ocurrido según su imaginación).
Volvió a exhalar. Sabía que estaba siendo demasiado evidente con su manada, mas no podía evitarlo: su nombre era como miel en sus labios, una caricia a sus oídos, una obsesión para su cerebro. Min Ho lo era todo para él, quería verlo de nuevo aunque sabía que no debía. Caminó entre los árboles, muy distraído en su mundo perfecto, cuando detectó sonidos extraños a lo lejos. Curioso como su naturaleza, se transformó en un zorrito común y corrió hacia el origen, encontrándose con Min Ho practicando tiro contra un árbol.
Cierto, era un cazador.
Aquello debería ser suficiente recordatorio sobre por qué era peligroso buscarlo, tanto para Tae Min como para él. Por un momento, el gumiho meditó sobre la posibilidad de ser descubierto, ¿Min Ho le cazaría si se enteraba de su naturaleza? Le dedicó una mirada más al humano que lanzaba otra flecha de un fuerte tirón al arco. No quiso profundizar mucho en sus pensamientos, solo lo vería una vez y ya. Una. Solo una.
Decidido, Tae Min volvió a su forma "humana", acomodándose el jeogori* para disimular su plano pecho, alisó su larga falda rosada, peinó ligeramente su cabello y se dio leves palmadas en las mejillas para verse colorado.
Ese era un detalle en las criaturas espirituales, podían tomar una forma humana e imitar sus vestimentas. La mayoría de los gumihos, como él, tendían a vestir según su género, sin embargo, con el encuentro de Min Ho, Tae Min prefería lucir bonito con un hanbok* femenino. Carraspeó poquito su garganta y salió detrás del árbol, asustándose al ver la flecha aterrizando justo a su lado. Muy cerca de él. Oh, cielos, sus temores regresaron por unas milésimas de segundo, ¿estaría cometiendo un error?
—¡Omo! ¿Estás bien? —preguntó asustado corriendo hacia el pelirrojo, lo tomó de los brazos, revisando que no tuviera ninguna herida aunque la flecha no le había tocado ni un cabello—, Lo siento, no te vi, ¡saliste de la nada! —se excusaba sin dejar de palpar sus brazos y ropa, como si el rasguño fuera a salir saltando.
Y Tae Min... bueno, no dejaba de observarlo, el susto se le había olvidado. De cerca se miraba tan brillante. Sus enormes ojos eran tan raros, su nariz era ancha y él tenía tantas ganas de pellizcarla, ¿se enojaría si lo hiciera? Su cabello castaño oscuro se veía despeinado pero tan suave, su piel era de un tono bronceado que delataba sus tardes cazando; su rostro, aun preocupado por haberle lastimado, era tan distinto para él, tan real. Incluso notó algunas cicatrices en su ceja, su quijada, sus mejillas. Mientras más observaba su cara, más fascinado quedaba, nunca había conocido a nadie así.
Entonces se dejó llevar por la curiosidad colocando su dedito índice en la nariz del cazador, callándolo en un instante. Tae Min no pudo evitar sorprenderse y agradeció haber escondido sus colas, de lo contrario, estarían sacudiéndose enérgicas.
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•|| Gumiho ||•
Fanfiction• [ S i n o p s i s ] • Un Gumiho podía vivir miles de años, Tae Min lo sabía perfectamente, pero a sus trescientas primaveras la vida ya le había aburrido. Cuando falla una vez más en su titánico ayuno, conoce a un humano que podría cambiar su mane...