Gumiho
—Hacchiko♥—
Capítulo 05
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Varias veces había escuchado el nombre Yeongju, sin embargo, jamás le había preocupado memorizarse qué era ni los nombres de las aldeas. Al vivir tantos años, muchas cosas perdían sentido. ¿Para qué aprender cosas nuevas si en unos años más sería conocimiento obsoleto?
Ese era el pensamiento más común entre los gumihos; a pesar de su curiosidad, abandonaban sus descubrimientos si no eran algo significativo, emocionante o de provecho. Un danso* podía atraerles los primeros cinco minutos, pero si no podían hacer mucho con eso, no seguirían buscando para qué servía, cómo usarlo, cómo cuidarlo ni nada al respecto.
En el lapso que llevaba con el grupo de Min Ho, había oído una y otra vez Yeongju, Yeongju, Yeongju, y las carretas detrás de ellos le recordaban con insistencia la importancia de dicho lugar. Aún así, había cosas que no le quedaban claras.
—Min Ho. —llamó con timidez, ya que seguía abrazando su espalda con firmeza para no caerse del caballo.
—Mande, Minnie. —el nombrado se encogió sintiendo su rostro ruborizarse con el apodo. Aún no se acostumbraba.
—¿Cómo se llama tu aldea?
—Oh, creo que nunca hablamos de eso. —comentó riéndose con torpeza—. Se llama Daegu y está a menos de una hora del río. —el pelirrojo asintió, luego volvió a hablar.
—¿Y no está en el sur? —cuestionó, recordando que en sus encuentros, Min Ho salía del lado sur del río y regresaba por esa dirección.
—Sí, así es. —afirmó.
—¿Entonces cómo se enteró tu gente de...? —no supo cómo decirlo y su larga pausa lo remarcaba, así que lo resumió con—:... Eso.
—¿De Yeongju?
Otra vez ese nombre. Tae Min cabeceó.
—Bueno, unos comerciantes de mi aldea estaban haciendo negocios en Bonghwa* y tenían asuntos pendientes en Yeongju, pero al llegar, ya estaba destruida. Unos se quedaron para cavar las tumbas y otros regresaron a Bonghwa para avisar a Daegu.
—Pero no entiendo, ¿cómo les dijeron?
—Con aves mensajeras. Habría tardado mucho que ellos mismos viajaran a Daegu, en cambio, el mensaje llegó en menos de dos horas.
Tae Min soltó un «ohh» sorprendido. No había pensado que los humanos podían enviarse mensajes de esa manera, aunque no entendía cómo funcionaba. Luego cuestionó.
—¿Y por qué avisarles a ustedes si hay otras aldeas alrededor?
—Porque aunque eran gente pacífica, sus gobernantes no tenían buena relación con los territorios vecinos y nosotros somos algo así como aliados*. Bonghwa y Daegu son aliados también pero no por eso ayudarían mucho a Yeongju. Además, se estarían arriesgando a ser atacados por las criaturas del bosque. —expuso en tono tranquilo.
Pasaron varios minutos en silencio. Tae estaba muy serio, mas no lo culpaba. Probablemente estaba conmocionado por la situación, los cadáveres y la sorprendente evidencia de gumihos. Lo repitió en su mente: gumihos, pero no podía creerlo.
En su vida había visto zorros, ciervos, lobos y más animales, sin embargo, ninguna criatura mágica. Había comenzado a creer que quizá eran solo las alucinaciones y mitos de los ancianos (ya que eran quienes más distribuían dichas anécdotas). No obstante, sus compañeros estaban seguros de que sólo esas bestias podrían crear tanto caos en tan poco tiempo. ¿Eso significaba que vería por fin a uno? No sabía si estaba asustado o emocionado. Posiblemente un poco de las dos.
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•|| Gumiho ||•
Fiksi Penggemar• [ S i n o p s i s ] • Un Gumiho podía vivir miles de años, Tae Min lo sabía perfectamente, pero a sus trescientas primaveras la vida ya le había aburrido. Cuando falla una vez más en su titánico ayuno, conoce a un humano que podría cambiar su mane...