• 03 •

69 15 20
                                    


Gumiho

—Hacchiko♥—

Capítulo 03

.

.

.

«—Yo te protegeré».

Esas habían sido sus palabras, y más que halagado, Tae Min se sentía horrorizado. ¿Proteger? Y si Min Ho supiera que él es un gumiho, ¿qué haría? ¿Acaso... lo mataría?

Semanas habían pasado pero no lograba resolver esa duda, esa inquietud crecía más y más con cada día, ¿hasta cuándo podrían ignorar ese latente peligro? No lo sabía y tampoco estaba seguro de querer averiguarlo.

Desde esa tarde, Tae Min no había vuelto al río. Se negaba a toparse con Min Ho y enfrentar que no podía haber nada entre ellos, ni siquiera esa tierna amistad que había nacido tan repentinamente. Nada. Tae Min no podía arriesgarse a que el cazador descubriera la verdad y decidiera matarlo, ¿podría soportar su corazón el desdén de Min Ho? ¿Lo vería con odio? ¿Con repudio? ¿Olvidaría ese (corto) tiempo juntos y aquellas conversaciones?

Bajó la mirada al zorrito entre sus brazos, el mismo que había conocido ese día con Min Ho y exhaló con desesperanza. Tampoco podía pedirle que no le matara, ¿no sería descarado decirle que no vengue la muerte de su gente? ¿Todas esas vidas perdidas? Apretó al cachorrito, como si eso fuera a aliviarle aunque sabía perfectamente que no podría.

Sin más ideas, soltó al animalito, ocultó sus rasgos animales y comenzó a caminar. Desde aquel día con Min Ho, no había comido ni un solo hígado por el estrés. Era como si hubiera entrado en una crisis, en un espacio donde solo podía reflexionar una y otra vez en su situación, en un mundo alterno donde ni siquiera la necesidad de hígados podía intervenir, algo que no le había ocurrido desde la primera vez que devoró a una mujer enfrente de su pareja. El pánico y desconsuelo de él había atravesado en lo profundo de su alma.

¿Qué ocurría con la familia de la gente que mataban? ¿Seguirían pensando en sus seres queridos? ¿Sufrirían mucho tiempo? ¿Por qué aquel hombre le rogaba tanto que lo matara a él también? ¿No se suponía que los humanos eran egoístas por naturaleza? ¿No se suponía que ellos querían vivir? ¿Entonces por qué luchó tanto por interponerse? ¿Y por qué seguía hablándole a la mujer aun cuando ya no respondía?

Tantas preguntas que jamás se había planteado y que a la fecha no lo dejaban descansar.

Llevó las manos a su cabeza, sacudiendo su cabello con frustración. No era que a él le gustara matar personas, era que su bestia interna no podía vivir sin eso y obtendría hígados sin importar el costo, con su usuario consciente o inconsciente.

Antes de que se diera cuenta, había llegado a una zona que le habría gustado evitar.

El sonido de la resbaladiza viscosidad escapándose de sus dedos, acompañado de unos jadeos ahogados y sangre sorbida rompía con la tranquilidad del bosque. Tae Min reconoció de inmediato que, alguien estaba comiendo y aunque sentía ese ardor en su estómago exigiéndole alimento, no quería acercarse a la escena.

—¡Yaah, Tae Min!

El pelirrojo se tensó al escuchar su nombre. Debatió en silencio si ignorarle descaradamente o solo decirle que no tenía hambre. Iba a contestar pero su estómago gruñó, delatándolo sin piedad, así que avergonzado por su indecisión fue hacia el gumiho de cabello castaño que almorzaba alegremente.

•|| Gumiho ||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora