ʙʀᴇᴀᴋ ᴜᴘ ᴡɪᴛʜ ʏᴏᴜʀ ɢɪʀʟғʀɪᴇɴᴅ

❝𝒑𝒓𝒐́𝒍𝒐𝒈𝒐❞

Se levantó del asiento en el que estaba recostado e inhaló lo más profundo que pudo.

—Bien, Minho, tu puedes. —se dijo serio— Es ahora o nunca.

Antes de dar un paso más, la puerta principal se abrió de golpe dejando ver la pequeña y delgada figura de su compañero. Su cabello, negro ahora, estaba desordenado, y en su rostro había una gran sonrisa. Sus mejillas regordetas eran su mayor debilidad y ansiaba poder apretarlas y acariciarlas a cada momento.

Lee Minho suspiró al verlo ahí, parado con su gran sonrisa.

Es ahora o nunca.

— ¡Jisung! —exclamó con un entusiasmo desmedido.

El pequeño se acercó corriendo hacia él, sonriendo aún más. El corazón se le aceleró al ver cómo los brazos del menor lo rodeaban, uniéndolos en un efusivo abrazo. Con torpeza, pasó sus brazos por la pequeña y delgada cintura de este y lo estrechó más a su cuerpo, sintiendo la calidez del suyo unirse con el de él.

— ¡Hyung, estoy muy feliz! —exclamó, dando saltitos pequeños.

El cuerpo del mayor se tensó. Algo debió haber ocurrido para que el pelinegro estuviera tan feliz. Algo demasiado bueno.

— ¿A qué se debe tanta felicidad? —preguntó sonriendo, alejándose de su cuerpo para poder verlo bien.

Y oír la respuesta que salió de su hermosa boca, le rompió el corazón en mil pedazos y destruyó toda idea que tenía en su cabeza. El aire se esfumó de sus pulmones, el pulso se le debilitó y sintió el verdadero dolor. El verdadero dolor de un corazón roto.

— ¡Hyung, tengo novia!