La fiesta había acabado y yo estaba en la cocina tomando un poco de vino en mi copa.
No había vuelto a hablar con Edgar respecto al tema, y aún ni me presentaba a nuestro huésped.
—Ya me voy. —Dijo mi madre entrando a la cocina.
Solté la copa casi vacía para ponerla en la mesada y me acerqué a mi mamá con una pequeña sonrisa.
—Gracias por venir, la pasé increíble. —Dije y ella asintió antes de abrazarme.
—No ha sido nada. —Dijo.
Tomé la maleta a su lado para llevarla hasta la puerta.
Miré de camino, a Valentín en la sala, sentado en el sofá junto a mi esposo, hablando con sonrisas en su rostro.
—Oh, ¿ya se va tu madre? —Preguntó Edgar al mirarme.
Valentín también miró hacia mi, cosa que me intimidó, probablemente porque era un desconocido y porque no solemos tener invitados en casa.
—Así es, buscaré un taxi que la lleve hasta la terminal. —Dije y él alzó ambas cejas.
—¿Un taxi a éstas horas? Prefiero llevarla yo. —Dijo levantándose.
—No hace falta. —Dijo mi madre pero Edgar negó rápidamente.
—Vamos. —Agarró las llaves del auto. —Amor, ¿puedes hacerme un picadillo de frutas? Sabes que me encantan.
Lo miré sin palabras, solamente asentí antes de salir con mi madre y esposo hasta su auto.
Él se ocupó de meter la maleta de mi madre al maletero y entonces me acerqué.
—¿Estás loco? ¿piensas dejarme en casa con ese hombre? —Dije confundida.
—Bueno, tampoco lo podemos dejar solo en casa. Vamos, Abril.
¿Tenía otra opción?
Jelou mi gente.❣️
