Parte 113

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 Ella lo alcanzó en el pasillo, agarró su traje y le dijo "yo... Li discúlpame si no es de tu agrado... yo probablemente me adelante y...", pero entonces notó que él estaba... temblando?, ella lo miró preocupada, *acaso su enfermedad...?* y rápidamente dio la media vuelta, pero para su sorpresa pudo ver a un Li sonrojado que cubría su boca, incluso sus orejas estaban rojas!, ella estaba extremadamente sorprendida, el respiró y le dijo "tú... ese fue un ataque inesperado" a lo que Anie le dijo "ah?!, aun no se si te gustó o no!, simplemente saliste corriendo y no dijiste nada" a lo que él le dijo "qué más podía hacer?, vienes y me das como regalo un certificado de compromiso?!", Anie se pudo imaginar el ataque cardiaco que hubieran sufrido los asistentes si lo vieran como estaba ahora, "entonces.... te gustó?" volvió a preguntar pues quería oírlo de su propia boca, a lo que él le agarró de la mano, le llevó a la sala donde trabaja el primer ministro, tomó la pluma de él y allí mismo lo firmó, quedando oficialmente como comprometidos, él la miró fijamente y le dijo "esto contestó tu pregunta?" y dejando todo en la mesa comenzó a acercarse a ella lentamente... como un tigre quien mira a su presa, Anie se sonrojó completamente y allí mismo él le dio un beso al principio delicado y luego comenzó a ser más salvaje, cuando Anie comenzó a jadear por aire él la soltó, pero le dijo "fue el mejor regalo que pude recibir... pero cómo pudiste hacer esto?", entonces ella le dijo completamente roja "cuando uno es duque tiene ciertos privilegios que no tienen los hijos", el sonrió y cuando estaba por besarla nuevamente el primer ministro los interrumpió tocando a la puerta, "lamento molestarlo su majestad, pero si no firmo no tiene validez" y Li a regañadientes lo dejó entrar y el primer ministro firmó, sin embargo luego el dijo, "pero su majestad, aún debemos encontrar un testigo que sea vali..", cuando de la puerta se escuchó la voz de la reina y cuando todos se giraron ella estaba allí, cuando había llegado?, nadie lo sabía, la reina quien decía mientras caminaba elegantemente hacia ellos "yo puedo ser su testigo", ordenó a una de sus sirvientas que trajeran su sello real y al marcar el documento quedaba oficial, "ya no existen impedimentos, ¿verdad primer ministro?", a lo que el hombre delicado dijo con una pequeña sonrisa "oh, sí su majestad, felicitaciones" y sin más el hombre realizó la reverencia y se fue; la reina esperó a que el desapareciera de la habitación y les dijo "no se dejen engañar por las apariencias" y luego simplemente se fue.

Anie no sabía a qué se refería, pero Li se tensó y miró fijamente la puerta.

Rápidamente llegaron sirvientes a buscar al príncipe y este debió volver, después de todo era su cumpleaños y el personaje principal no podía desaparecer, pero antes de marcharse le pregunto a Anie "¿te quedaras?", pero ella le dijo "quisiera volver, estoy cansada" y este murmuro un "entiendo", le dio un cálido beso en los labios y le ordenó a uno de sus guardias que la acompañara hasta su casa y se asegura que llegara a salvo y solo así él volvió a la fiesta.

Anie volvió a la casa de la capital, aquella casa donde antes Vivían ¨esas¨ personas, todo se sentía igual, el ambiente aún seguía con esa sensación pesada, lo único diferente fue que el personal había cambiado por completo, ya que Li se encargó de ello; también había cambiado la forma en que la llamaban, pues había pasado de "tercera señorita fa" a "condesa Fa"; ella estaba camino al comedor cuando el mayordomo apareció "condesa, unas personas la buscan", Anie miró intrigada al mayordomo *venir a esta hora?* puesto que ya era pasada la media noche era bastante extraño, pero antes que ella le ordenara rechazarlos el mayordomo le dijo "el hombre ha dicho algo de un familiar del bosque" ella abrió mucho los ojos y se tensó "de...déjalos entrar, ahora" y el mayordomo se apuró a hacerles pasar.

La villana JasmineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora