II.

502 24 16
                                    

Todas tuvieron un leve temblor en sus cuerpos al escuchar el toque proveniente de detrás de esas gruesas puertas. Aún no estaban preparadas mentalmente para que todo aquello de falsas identidades comenzará, sin contar que DeathMask aún no tenía puesta esa molesta falda, la cual con mucha insistencia de Saori había aceptado utilizar.

—¡Atenea! ¿Está todo bien allí dentro?—La voz de Shura les hizo quedarse hechas hielo.

—¡Atenea, por favor déjenos entrar!— Tanto Saga como Aioria quedaron totalmente petrificados al escuchar la voz de Aioros, ¿Por que justo tenía que estar allí? Oh cierto, también era un caballero dorado, tenían la costumbre de no verlo por allí luego de que haya estado muerto por unos largos 13 años.

—¡¿Atenea sucede algo ahí dentro?! ¡Déjenos entrar! —Dohko comenzó a respirar de forma agitada, no quería que Shion le viera, su orgullo se iría al demonio y su cara se volvería roja de la vergüenza.

—¡Atenea por favor abra la puerta, o la derribaremos!— Ahora la voz de Milo retumbó causando que, como nunca, Camus comenzará a sudar frío.

Con demasiada rapidez, DeathMask tomó la maldita falda y se la puso con la mayor rapidez que tenía justo antes de que la puerta fuera derribada por los idiotas que tenían como camaradas. Afrodita estaba detrás de todos, con su distintiva rosa roja en su mano observando todo el espectáculo que desarrollaban sus compañeros y patriarca.

Por poco y su rosa cae de su mano al ver a la chica de un distintivo cabello corto y azul-púrpura, pese a tener una cara de poco amigos y que parecía secuestrar niños, se quedo admirando sus facciones. Mientras él miraba a esa bestia aparentemente asesina, sus camaradas dejaron caer al pesado Aldebarán con pajaritos alrededor de su cabeza y trozos de madera en los cuernos de su armadura.

"¡Idiotas! de verdad que son una banda de imbéciles, aunque, si Kanon hubiera estado entre ellos, seguramente él habría sido el de la idea".—Pensó Saga, mientras que al igual que Afrodita, Aioros observaba detalladamente la figura de Saga. Quien al sentirse observaba comenzó a mirar a todos en la habitación, deteniéndose en Aioros. Al descubrir ser observaba por el castaño apartó la mirada al suelo generando cientos de preguntas en su mente.

Sin darse cuenta, sus mejillas obtuvieron un color algo rojizo dando una vista algo tierna de ella al castaño.

"De verdad que estos no tienen cerebro". —Pensó Aioria con incredulidad y de brazos cruzados.

"Aparte de idiotas, insensibles. ¿Cómo se les ocurre utilizar a Aldebarán para derribar la bendita puerta? Me decepcionas Shaka".—Pensó el lemuriano al ver al rubio de largos cabellos entre la multitud de bestias insensibles.

"A veces me pongo a pensar, ¿Cómo es que son caballeros dorados? Si les pagaran por su estupidez de seguro serían millonarios". —Camus, Ahora Nicolle, suspiro viendo toda la escena. A Milo no le extrañaba demasiado ese comportamiento, pero ver a Shaka y a Shion entre esa manada de imbéciles le resultó extraño y decepcionante.

"Esperaba más de ti Shion, ni por ser el patriarca te salvas de la estupidez. Pasar mucho tiempo con la orden dorada te está haciendo volverte un completo tarado". —Dohko negó con la cabeza ligeramente, decepcionado por el comportamiento de su camarada. Mientras el patriarca limpiaba el polvo de su túnica.

"Son unos completos idiotas, pero a decir verdad, muy mala idea no fue. Ahora sabemos para qué son los cuernos, ya comenzaba a pensar que esos cuernos eran por que tu novia decidió que te vistieras de diablo y te puso los cuernos con tu primo". —Menos mal y Saga no escuchaba sus pensamientos, o terminará siendo golpeado brutalmente por su hermano mayor.

Guerreras DoradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora