El es especial

99 5 4
                                    

Las primeras palabras en español del coreano fueron: ¿Quien te ayudó a escapar?
A sus pies, el moribundo abre la boca escupiendo una asquerosa mezcla de saliva y sangre. La boca deforme se mueve y a penas se le entienden las palabras. El joven coreano acerca su oído en un intento de nitidez.

- Vete a la mier... da- balbucéa el herido con arrogancia. El joven sonríe y coloca la boca del cañón de su arma entre lo que fueron una ves cejas. De repente se oyen unos pasos familiares. El subteniente Daisung llega y , desde la puerta, dicta el telegrama:

- Acepto el trato- lee.

Al oír las palabras un brillo de esperanza apareció en los ojos del joven surcoreano.

- Parece que hasta aquí llegamos- Acto seguido el ruido ensordecedor de del disparo rebota entre los ladrillos. Después, silencio.

*************

La puerta del comedor se abre. De repente el animado bullicio cesa y todas nos quedamos mirando aquella hermosa figura atravesar el salón. Es angelical su sonrisa; el cabello negrísimo que se mueve suave con el aire de los ventiladores; el extraño uniforme que declara su origen extranjero; todo en él es nuevo y excitante. Camina hacia mí. En ese instante quedo inerte al ver sus ojos y nervosa desvío la mirada sintiendo como pasa por mi lado dejando una esencia tras de sí; para sentarse dos mesas atrás.

-Esos ojos... negros...- susurro inquieta.

-Mariele - se acerca con ímpetu mi amiga -Oh por Dios! Que bueno está el estudiante de intercambio!- exclama al sentarse frente a mi. - Se llama Jeon Kook y viene de Corea- al oír sus palabras la curiosidad aflora. ¿Que rayos hace aquí un coreano? me pregunto al tiempo que pruebo la aguada sopa en la bandeja.- Entonces, no te interesa- dice mirándome fijo. Puedo sentir su incisiva mirada sobre mí leyendo los pensamientos.

-Bárbara, ya párale!- exclamo- almorcemos en paz- digo tras un suspiro.

Pocos minutos pasaron antes que la bulla del comedor volviera a aumentar. Al mirar allí estaba, la insaciable come hombres: Devora.

-Oye!- exclama. Todos los chicos junto a Jeon Kook comenzaron a reír señalándola. Este voltea y la mira con una sonrisa.

-Que deseas?- pregunta amablemente y el corazón de todas se derrite.

-A ti, seamos novios.- dice sin reparos tomándolo de la mano. En ese momento su sonrisa cambió como si se hubiera puesto una máscara. Todas, incluso Bárbara, suspiraron cuando él sonrió ante la petición de Devora; pero aquella sonrisa me congeló.

***

La hora de salida llega y aún se oían los comentarios sobre lo que pasó en el almuerzo. La verdad eso ni las teorías que giran alrededor de él me importa, . Me despido de Baby y salgo del aula. Mientras atravieso los pasillos vuelvo a pensar en aquella siniestra sonrisa.- Dios! imagino cada cosas- murmuro al salir al patio trasero. Aún es temprano. Me siento en uno de los bancos delante de la arboleda que limita las áreas de la escuela. Justo cuando saco mi libro veo a Jeon Kook a lo lejos. Este atraviesa el patio y se dirige hacia un grupo de chicos que lo esperaban del otro lado de la cerca. Me inquieto porque son parte de una de las pandillas de la zona. La charla no duro mucho. La distancia apenas me dejó oír lo que decían a si que mi curiosidad acerca del nuevo aumenta.- Que viniste a hacer en este fin del mundo?- murmuro incrédula.

-No seas chismosa, cuatro ojos- una vos me asalta. Devora pasa frente a mí. Me mira con desdén.- Piérdete- ordena antes de salir corriendo al encuentro de su príncipe. El corazón palpita fuerte, asustado y molesto.

-Quien se cree esa? Si piensa que me iré porque lo dices, estas muy mal- digo entre dientes mientras me acomodo en el banco y empiezo a leer.

-No te acerques más a mí!- el grito me obliga a levantar la vista. Entonces veo a la feliz pareja, a 3 metros de mi. Ni crean que me iré, pienso volviendo a la lectura.

-Pero no somos novios?

-Novios?! Cuando dije eso?! No seas estúpida. Quien en su sano juicio estaría con una cosa como tú?- la vergüenza y la curiosidad de invaden. Lento miro de reojo la discusión. Entonces Kook se acerca a Devora con asco en su mirada- no eres linda, ni inteligente- la mira de arriba abajo. Las piernas de Devora tiembla, parecía la primera vez que la trataban así.- Mirándote bien, ni para el sexo sirves. No me gusta la comida manoseada.- esas últimas palabras desataron su ira.

-Quien coño te crees Chino de Mierda?!- grita furiosa.- Te crees lindo, cuando solo eres un zarrapastroso! Deberías agradecerme que me fije en ti!- sigue gritando con arrogancia.

-Que bien, entonces nos entendemos- esas palabras la volvieron loca. Comenzó a gritarle sin parar "Imbécil" "Hijo de puta" pero el permanecía indiferente, aburrido. Repentino me mira. Y mientras Devora grita sus ojos se estampan en mí. Me sonrojo e intento ocultarme tras el libro. (Mierda, me descubrió) pienso asustada.

-Ya!- grita y mi corazón salta- No te vuelvas a acercar a mi, escoria- y se fue dejándola allí. Devora gritó furiosa y él pasó por mi lado dedicándome una cómplice sonrisa. Al ver que se fue recojo mis cosas aprisa cuando Devora me coge de la mochila. Caigo vuelta al banco. (Dios, no!) pienso viéndola frente a mí.

-No le digas nada a nadie- ordena

-Está bien- respondo; solo quiero salir de esta situación lo antes posible.- Ya me puedo ir?- se acerca a mí con las pupilas dilatadas del enojo.

- Si abres la boca destruiré tu vida en esta escuela- dice. Entonces reviro los ojos y la miro. La verdad no me gusta que me amenacen, y los que lo han hecho no han terminado muy bien. Suspiro con pesadez.

- Mira, fingiré que no oí eso, por tu propio bien- me acerco a ella, y le sonrío- tu destruirás mi vida en esta escuela. Yo simplemente te destruiré... A ti. A tu familia. Y a todos los una ves fueron tus amigos- su cara se petrifica. Con pasos torpes se aparta de mi camino sin emitir sonido. No pude evitar reírme de su miedo. La pobre se cree reina de la escuela, y aunque lo sea, eso realmente no es importante cuando no tienes el poder.

- Pero no te preocupes, no le diré nada a nadie que fuiste cruelmente rechazada por el nuevo.-digo y sin más sigo mi camino dejando a la "reina" rabiosa retorcerse en su herida.

Adentrándome en los pasillos rumbo a la salida pienso otra vez en su sonrisa. Sonrojada detengo mi andar.

-Hey, tú!- levanto la vista y ahí estaba él, Jeon Kook. Miro nerviosa a todos lados buscando un lugar donde esconderme- Es contigo, quédate ahí, necesito hablar contigo.- en instantes ya lo tenía frente a mí

-Necesito que no le digas nada a nadie, por favor- otra ves esa sonrisa inocente derrite corazones.

-Esta... bi... bien- a penas logro contestar. Entonces se acerca aún más. Clavo los ojos en el suelo pero él toma mi barbilla encontrando nuestros rostros. La respiración se agita y siento mis orejas calentarse. Seguramente debo estar roja como un tomate pienso al ver su rostro tan cerca del mío

-Menos mal, no me gustaría que te metieras en problemas por mi culpa.- sentí que me derretiría.- Ya sabes, cualquier cosa que se sepa Devora pudiera pensar que es cosa tuya- sus palabras me intrigaron. No me dejo responder, solo se aparta , sonríe levemente y continuo su camino.

Eres EspecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora