Eres Especial

Suga & Min Yoon Gi

Son las dos de la mañana del domingo cuando recibo un mensaje de Lexy. Suspiro pesadamente al leer que en cuarenta minutos llegaría a recogerme; la orden: exterminar a la pandilla Choi Seung.

－ Mierda, prácticamente me acabo de acostar － llevé una noche de exhaustiva limpieza en el Big Box; la sangre es difícil de quitar.

Descanso los ojos unos minutos para recuperar energías. La alarma de los quince minutos suena, y despierto con el cansancio disipado. Recojo las armas de la caja fuerte para preparar los bolsos de la operación. Al terminar saco los maletines. Parado frente a la puerta del Big Box prendo un cigarro, a la espera de Lexy quien aparece diez minutos después.

－Que vuelta! －chocamos puños con grandes sonrisas. Hace dos semanas que no nos vemos y realmente lo extrañaba. Es una de las pocas personas que ha aceptado mi condición y en las que confío －Todo listo －comento señalando las bolsas a mi lado, cargadas con todo lo necesario para la acción. Entonces noto que otra persona sale del auto, vestida con ropa de hospital, camina hacia nosotros.

－¿ Quién es ese? －digo dando un paso al frente, ante aquella cara desconocida. Su mirada me da escalofríos, se siente falsa. Avanzo nuevamente y tomándolo por la nuca bajo su cabeza bruscamente hasta mi boca－ ¿Tú quién eres? －espeto. Me mira con furia, con ojos llenos de una oscuridad aterradora. Sed de sangre. ¿Quién es este tipo? Me pregunto mientras saco la navaja. Veloz la pego a su cuello cortando la piel. La sangre se desliza por la navaja cayendo al suelo, pero no aparta a vista.

－Ya Suga, cálmate －dice Lexy tocándome el hombro. －Este es un lost que llegó de Corea.

－¿Que hace contigo?

－Te cuento luego. Vamos a lo que interesa. －dice mientras saca del maletín la muda de ropa, que me había pedido en el mensaje, y se la lanza al extranjero.

－¿Que pretendes Lexy ? －pregunta Jeon Kook .

－ Dijiste que querías trabajar con nosotros. Bueno, esta es tu oportunidad. －el coreano se intriga unos minutos.

－ ¿Cual es el truco? －la mirada de descontento no se desvanece.

－No hay truco －contesta el latino con seriedad. El tiempo corre, con todos en silencio, cuando Suga, harto de esperar, interrumpe.

－Vámonos de una puñetera vez. －espeta－Y tú, lost!, ¿que vas a hacer? ¿Quieres irte y matar con nosotros? o ¿prefieres fugarte y que te volvamos a cazar ? Tu decides.

Jeon suspira resignado; se dispone a vestirse mientras los chicos terminaban de cargar la camioneta. Una vez terminado se disponen a subir al auto. Jeon Kook abre la puerta trasera pero Suga la cierra bruscamente. El extranjero lo observa con fiereza en sus ojos pero Suga, indiferente, le abre la puerta del copiloto. Kook resopla al montar al lado de Lexy. Suga se sienta en el asiento de pasajeros, justo de tras de Jeon Kook, de esa forma será más fácil someterlo si ocurre algo.

El carro se dirige por las calles tortuosas a la casa de los Choi Seung. Todo está en silencio. Entonces el pálido saca de uno de los estuches de su cinturón un tronco de madera y con la destreza de un artesano comienza a tallar el elemento. El ruido de cortes precisos y constantes eriza a Lexy, poniéndolo algo nervioso. Ese sonido era un señal, de parte de Min Yoon Gi, dirigida a él. Entonces se detuvieron una cuadra antes de la guarida prevista. Lexy, con todos en el carro, voltea para dar las indicaciones del plan pero Min Yoon lo interrumpe.

－ Dame los planos de la casa －ordena. Lexy le entrega la tablet con la información y prosigue.

－La casa tiene mucha seguridad. Ahí se alberga una pandilla de 250 pandilleros. En la entrada están unos grandes reflectores y diez guardias con ametralladoras semiautomáticas.