El cuerpo inconsciente de Jeon Kook es llevado a toda prisa a la sala de cirugía. Al tiempo que lo médicos comienzan la extracción de las balas, a millas de allí, en Japón, se discuten asuntos que iniciarían una guerra en Tercer Mundo.
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Es la hora del almuerzo cuando el treintañero de traje fino, ministro del Gobierno de Minas, es escoltado por la criada hacia el comedor de la casa. Allí, con traje blanco y delantal, como una imagen anacrónica, espera el surcoreano Kim Nam Joon. En el centro de la mesa hay una parrilla, al rojo vivo, donde este asa las carnes crudas y jugosas. El aire es tenso.Al costado una hilera de hombres decoran el espacio. El ministro entra dudoso. Se maldice con cada paso que le acerca a Nam Joon.
-Siéntense por favor. Acompáñeme- dicta. Uno de sus hombres mueve la silla indicándole sentarse al lado del Nam. Este inquieto obedece. El aire en la mesa es pesado, denso y aplastante. El ministro tiene pavor de que Nam Joon pueda oler su miedo. Pero es una pestilencia imposible de ignorar.
-Dígame- el invitado se sobresalta. Pasan los minutos y el silencio inunda el lujoso comedor. Nam toma un gran filete y lo pone en la parrilla. Rápidamente retumba en las paredes el ruido chispeante de la grasa en contacto con el hierro caliente. Un aroma exquisito se propaga por el salón, relajando los músculos del informante.
-Jefe Nam -al fin habla
-lamentablemente no pude llegar a un acuerdo óptimo con los gobernadores de Minas y Surinam.- Termina en un hilillo de voz.-¿Eso porqué? -este levanta la vista de la carne encontrándose con tipo encorvado en su asiento. Parecía una maldita cucaracha. El Jefe hace una mueca de asco. Aquel hombre, si se pudiera llamar así, no levantaba las mirada de sus manos sudorosas.
-Bueno... Al principio ofre...cimos 50 millones por ca...da envío de 100 toneladas de ti...tanio y li...tium -tartamudea -Recha... Rechazaron esa oferta entonces ofr... ofrecimos 80 millones por el envío pero... tam... también lo rech... rechazaron.
-Ambos tratos eran muy buenos ¿Porqué los rechazaron? - pregunta con voz mordaz. La tensión se dispara. El Jefe Kim Nam Joon no se caracteriza por su paciencia o benevolencia ante los fallos; más bien masacra y destruye a todo aquél que se interponga en su camino.
-Jefe, ellos son extre... extremadamente patriotas y no están dispuesto a hacer un trato a es... espaldas del Consejo del Tercer Mundo(CM-3)-la carne comienza a quemarse pero Nam mantiene sus ojos furiosos sobre el invitado.
-Usted sabe que mi negocio, del cual usted es partícipe, es de contrabando de armas y tecnología militar. Por tanto, conoce de la importancia de que ese cargamento este en mis manos y no en las del Consejo.- la carne se va tornando prieta y delgada. Los jugo caen a chorro sobre las brasas avivando el fuego.
-Usted también sabe que ya es la segunda ves que me falla en este trato -tras esas palabras el ministro se tira al piso. En modo de suplica se arrodilla ante el Jefe. La carne ya hecha chancleta desprende un humo tupido, que comienza a rellenar toda la habitación. Los ojos filosos de Kim Nam Joon se posan en aquel gusano que se retuerce en el piso.
-!Por favor Jefe, deme otra oportunidad! -Suplica. El ruido de la parrilla crece, el humo se esparce, el tiempo pasa y los ojos incisivos atraviesan el ser de ese insecto. -¡Por favor, ¡por favor!,¡por favor!- lágrimas y temblores.
Nam retira el filete carbonizado y con desdén lo arroja al suelo. Tranquilamente se levanta. Luego se agacha para ayudarlo a incorporarse. El pobre ministro tiembla como pandereta. El Jefe con calma arregla el traje fino, sacude el polvo, y da un pequeño golpe en el hombro. La respiración agitada del invitado se va acomodando.
-Señor ministro, en nuestro mundo todo tiene consecuencias -dice sosteniendo sus hombros. El otro se petrifica. Kim Nam Joon arremete contra él, en un solo movimiento, agarra la cabeza incrustándola en la parrilla herviente. Un grito desgarrador llena la habitación. El otro convulsiona en intentos fallidos por zafarse de su atacante. Pero Nam Joon aprieta, aprieta y aprieta, cada ves con más fuerza. El olor a carne quemada se dispara. La llama viva carboniza la cara del invitado que grita con desesperación. El dolor es punzante. Arde. Quema. Duele. Siente como las barrillas de acero atraviesan la epidermis de su rostro pasando por la carne y, en las zonas más delgadas, llegando al hueso de los pómulos. Los gritos descontrolados enfurecen a Nam. Entonces de un tirón, con impulso, el agresor lo tira al otro lado de la habitación.
-¡Mierda! Perdí el maldito apetito -maldice quitándose el delantal. Lo tira con fuerza contra la silla. Mira a el pestilente pegado a la pared, retorciéndose de dolor. Está furioso. Desajusta la corbata para poder respirar.
-Jefe! Por favor!- llora el ministro tirado en el piso. Sus suplicas hierven la sangre de Nam. Histérico toma una silla y la remete contra su victima que grita desesperada. Impacto contra la espalda. Los pedazos del asiento salen disparados pero Nam no se detiene. Golpea. Golpea. Golpea. Su frustración va creciendo con cada impacto en la victima que como cucaracha intenta escapar. Pero Nam la caza y con los palos restantes que quedan en sus manos continua golpeando. La sangre salta a todos lados. El Jefe aprieta los dientes y grita. El ministro ya no se mueve. Kim Nam Joon lanza los palos al piso. Cubre su boca pensativo y ve el saco de carne ensangrentado ensuciar el piso de su comedor. La respiración toma un ritmo pausado. Tenía que poner sus manos en ese cargamento, de lo contrario se complicarían sus negocios con las fabricas del Tercer Mundo. Respira profundo, ya completamente calmado.
-Llama a Hoseok. Dile que se acabaron sus vacaciones.-dicta a uno de sus hombres. -lo quiero aquí hoy

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Eres Especial
ФанфикEn este mundo donde matar o morir son tus únicas opciones, la locura es tu mejor aliado... # 10 en contrabando # 23 en pandilla FANFIC protagonista es Jeon Kook. Los personajes masculinos en su mayoría son ídolos coreanos. BTS y BIG BAN. Portada: C...