Con su corazón aún latiendo descontrolado por el enfrentamiento con Germán, Isabel entró a su casa, y se aseguró de poner llave a la puerta, no quería más sorpresas esta noche.
"¿Qué pasa Isa, todo bien? Escuché gritos.." Preguntó Clara alarmada bajando las escaleras.
"Ay Clara, ni te imaginas." Se mordió el labio Isabel.
Las dos entrelazaron sus brazos y se dirigieron hacia la sala, tomando asiento en el sofá.
"Pues cuenta hermana ¿Qué sucede?"
Isabel le pidió a Rosa, la muchacha que trabajaba en la casa, que les prepara un té, pues aún tenía los nervios de punta. Tomó un trago lentamente y después le empezó a contar a Clara lo que había sucedido hace unos momentos.
"Edgar me trajo a la casa, nos estábamos despidiendo, y me tenía abrazada..." Clara alzó una ceja, pero Isabel siguió con su relato "En eso llegó Germán y armó un escándalo. No sabes Clara, hasta pensé que se agarrarían a golpes. Nunca lo había visto así de agresivo. Me dio mucho miedo."
"Ay, Isa. No se como duraste tanto tiempo con él. Es un patán, nunca me dio buena espina."
"Lo sé, pero al principio era tan cariñoso y atento conmigo. Poco a poco fue quitándose la máscara, y ahora sé que todo fue un acto para ganarse mi confianza."
"Oye, Isa" sonrió Clara "¿Entonces estaban muy abrazaditos Edgar y tú?"
"Ay, hermanita, sabía que no se te iba a pasar eso, ¡chismosa!" Le tiró un cojín riéndose, suspiró y le brillaron los ojos recordando esos momentos en los brazos de ese hombre "Edgar me dijo hoy que me ama, y yo lo amo a él. También conocí a su pequeño y es un encanto."
"¡Lo sabia!" Clara grito de la emoción abrazando a Isa "Se le notaba a leguas que se moría por ti. Y te conozco hermana, él también no te era indiferente aunque tratabas de ocultarlo. Se notaba en las miraditas que le dabas. Tarde o temprano caerías rendida a sus pies."
"¡Ay ya! Lo sé" Se sonrojó Isabel "cuando me confesó sus sentimientos, y la manera que me miraba con esos ojos llenos de amor.. ya no pude resistirme más. Admito que si me da miedo, pero decidí darme una oportunidad con él, darle una oportunidad al amor."
"Que bueno, hermana." Clara la abrazó "Te lo mereces, mereces un amor bonito que te sepa apreciar. Me da mucho gusto por ustedes, forman una linda pareja ¡Hasta me van a hacer tía!"
"Eres una tontita, pero así te quiero." Dijo Isabel riéndose.
Esa noche los sueños de Isabel estaban llenos de caricias, de esas manos fuertes que anhelaba sentir sobre su cuerpo, y besos llenos de pasión que encendían un fuego incandescente dentro de su ser.
Al día siguiente Edgar no fue a trabajar a la empresa, lo tomó de descanso para estar al pendiente de los cuidados de Angelito.
Pero esos dos tan inseparables que se habían vuelto ya no podían estar sin saber uno del otro. Durante el día Edgar le mando varios mensajes a Isabel diciéndole cuanto la amaba y que esperaba ansioso la llegada de la noche para poder verla. Isabel al leerlos se le iluminaba la cara con una deslumbrante sonrisa y sentía mariposas en el estómago. Se sentía como una adolescente de nuevo, enamorada por primera vez.
El día le pareció interminable a Isabel, sentía tantas ansias de estar al lado de Edgar, pero por fin termino con todos sus pendientes y llegó la hora de salir. Regresó a su casa a darse un baño y arreglarse para la cena que tenía planeada esa noche.
Se decidió por un vestido blanco pegado, el pelo suelto en ondas, y un maquillaje natural. Al terminarse de arreglar Isabel se dirigió llena de nervios a la casa de Edgar.
Al llegar sonó el timbre y ahí estaba él, con una sonrisa encantadora, con adoración en su mirada al verla, que simplemente le aceleró el corazón. Isabel ya no tenía dudas de cuánto amaba a este hombre. Edgar la recibió con un abrazo y un suave beso en los labios.
"No sabes cuanto te extrañé" Susurró haciéndola estremecer "Te ves hermosa."
"Gracias" sonrió "Yo también te extrañé a ti.. mi amor."
"¡Isa!" Angelito salía de la sala y al ver a Isabel corrió hacia ella emocionado dándole un gran abrazo.
"¡Hola mi vida! ¿Cómo te sientes?" Isabel se agachó correspondiendo al abrazo del pequeño y dándole un beso en la mejilla.
"Mejor, pero me están dando de cenar un caldito con verduras que no me gusta" Respondió el pequeño haciendo gestos.
Edgar solo negó riéndose, caminaron los tres hacia el comedor y Angelito se sentó entre ellos.
"Pero tienes que comer eso, corazón, es muy saludable. Así te curarás más pronto de tu pancita, y te pondrás sano y fuerte como tú papi." Le sonrió Isabel.
"Pero no me gustan las verduras" Contestó Angelito haciendo pucheros.
"Como ya te habrás dado cuenta, este niño es muy terco." Dijo Edgar sirviéndole una copa de vino a Isabel.
"Hagamos un trato. Te comes todo tu caldito, y ya que te alivies te invito a ti y a tu papi a comer un helado al parque ¿qué te parece?"
"¡Ok!" Dijo Angelito con una gran sonrisa y empezó a comer su caldo.
"No cabe duda que eres maravillosa con los niños. Sara y yo batallamos a veces para convencerlo de que coma bien." La miro con admiración.
"Siempre me an encantado los niños." Dijo Isabel sonriendo "¿Y Sara? Pensé que nos acompañaría esta noche. Ayer no tuve chance de hablar con ella, me gustaría conocerla más."
"Hoy es su día de descanso y fue a visitar a su hermana. Sara ha estado con mi familia por muchos años. Ella me cuidaba a mi cuando era niño, sabes. Es como una madre para mi."
Al lado de esos dos guapos Isabel se sentía tan en paz, tan plena. Sentía que pertenecía con ellos, y eran eso que siempre sintió que le hacía falta en su vida.. el calor de una familia.
Después de terminar la cena se fueron los tres a la sala, y Edgar sentó a Angelito en sus piernas.
"Campeón, Isabel y yo tenemos algo que contarte." Le dijo al niño, quien miraba de él a Isabel con curiosidad.
"¿Qué cosa papi?"
"Tu papi y yo somos novios, corazón." Soltó Isabel, acercándose más y Edgar la tomó de la mano.
"¿Qué te parece, Angelito?" Los dos lo miraron llenos de nerviosismo.
El niño se les quedó viendo sorprendido por unos momentos y luego se arrojó sobre ellos envolviéndolos a ambos en un cálido abrazo.
"¡Me encanta!" Les dijo emocionado, y los dos sonrieron felices "¿Eso quiere decir que me vas a venir a ver mas seguido Isa" Preguntó Angelito lleno de ilusión.
"Claro que si, mi vida. Todas las veces que quieras" respondió Isabel dejándole un beso en la mejilla.
Siguieron platicando por un rato más haciendo planes para una salida de paseo entre los tres, y el cansancio le llegó a Angelito, empezó a bostezar. Todavía estaba un poco débil y toda la emoción lo había agotado.
Se despidió de Isabel, haciéndola prometer volver a visitarlo pronto y Edgar se lo llevó a su recámara a dormir.
Solos... estaremos solos nuevamente.. fue lo que pasó por la mente de Isabel cuando quedó sola. La emoción, los nervios, se apoderaron de ella y no podía permanecer quieta. Se levantó del sofá y caminó hacia la cocina, decidida a mantener su mente ocupada hasta el regreso de Edgar.
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𝓘𝓷𝓮𝓼𝓹𝓮𝓻𝓪𝓭𝓸
RomanceEl destino confabula de extrañas maneras. Lo INESPERADO sucede, y el amor puro, verdadero, llega a cambiar el rumbo de sus vidas. Isabel y Edgar descubren que las heridas sanan y el amor todo lo puede.