𝙲𝟹 𝚄𝚗𝚊 𝙾𝚙𝚘𝚛𝚝𝚞𝚗𝚒𝚍𝚊𝚍

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Casa Mendoza - 8:43 p.m.

Esa noche, después de un largo día de trabajo en la empresa, Clara regresó a la casa de su hermana, donde por el momento se encontraba viviendo.

"Hola Isa, ya llegué ¿como te sientes?" Pregunto Clara entrando a la habitación y sentándose a su lado en la cama.

"Sorprendentemente bien, aunque no lo creas. Me siento liberada." Suspiró. "Ya no quiero pensar más en Germán. Con su traición terminó de matar cualquier sentimiento que tenía por él.  Ahora es parte del pasado, y yo quiero seguir con mi vida."

"Tienes toda la razón. Me alegra oírte hablar así hermana." La abrazó. "Se que no quieres saber más de él, pero te informo que hoy ya terminó de desocupar su oficina, ya no te lo tendrás que topar en la empresa. Solo espero que salga de nuestras vidas por completo y no moleste mas."

"Si, yo también espero eso. Y gracias por encargarte de conseguir su reemplazo para el puesto de director. Yo no tenía cabeza para eso en estos días."

"No te preocupes Isa, todo está listo. El nuevo director llega mañana para familiarizarse con todo. Sería bueno que fueras, para que lo conozcas y le des la bienvenida."

"Me alegra eso, y sí, ya mañana regreso a trabajar." Sonrío. "Oye, no te imaginas lo que me pasó esta mañana."

"Por esa sonrisita supongo que fue algo bueno, a ver cuenta."

"Pues... tengo un nuevo amigo.." Isa le contó todo lo que pasó en la mañana, sin poder evitar una sonrisa al pensar en Edgar.

"Uyy Isa, ese amigo se oye muy interesante. Y que tal ¿es guapo?"

"Pues... , es muy guapo... Pero, ya, en este momento no me quiero fijar en alguien. Solo es un amigo. Tu sabes que no tengo muchas amistades por siempre estar trabajando. Quedamos en ir por un café de nuevo."

"Hermana, no te puedes cerrar a la posibilidad de encontrar alguien y ser feliz. No todos son iguales que tu ex."

"Quizá tienes razón, pero más adelante. Ahorita no quiero pensar en eso. Y ya, a dormir, que mañana hay que trabajar."

"Ok, hermanita terca. Que sueñes bonito, quizá con el guapo ese de tu amigo." Soltó una carcajada levantándose para salir de la recámara.

"¡Tonta!" Dijo Isabel riéndose, y le tiró una almohada a Clara.

Empresa Mendoza...

Al día siguiente las dos hermanas Mendoza llegaron temprano a la empresa.  Isabel fue directo a su oficina y pasó un par de horas revisando documentos y contestando emails que se le habían acumulado en estos días que se tomó para descansar.

"Isa, ya llegó el nuevo director, está en su oficina instalándose. ¿Vamos para presentártelo y darle la bienvenida?" Preguntó Clara asomándose.

"Sí, vamos." Isabel terminó de firmar unos documentos y se levantó, siguiendo a Clara a la antigua oficina de Germán.

La puerta se encontraba entreabierta, e Isabel se detuvo sorprendida en la entrada al reconocer a ese hombre. El nuevo director de la empresa estaba acomodando unas fotografías sobre su escritorio, alzó su clara mirada y una gran sonrisa iluminó su rostro al ver a Isabel.

"¡Edgar! ¿Eres tú el nuevo director?" Preguntó Isa caminando hacia él.

"Buenos días Isabel, Clara. Sí, soy yo ¿Qué te parece?"

"Un momento ¿Ustedes ya se conocían?" Pregunto Clara viendo de uno al otro.

"Edgar es el amigo del que te conté ayer.. Pero, como ¿Tú sabías quién soy yo?" Miró a Edgar aún asombrada.

"No, por su puesto que no. Me di cuenta cuando vi la tarjeta que me diste con tus datos, y ya te habías marchado."

"Bueno, pues bienvenido a la empresa." Sonrío Isabel y caminó hacia Edgar abrazándolo.

Al separarse se quedaron viendo uno al otro a los ojos con una leve sonrisa. Tener a Edgar tan cerca y sentir su mirada sobre ella la ponía nerviosa y su pulso se aceleraba.

Clara los observaba atentamente y se dio cuenta de que entre ellos algo sucedía, esas miradas, esas sonrisa.. había una química innegable. Conocía muy bien a su hermana y que aunque Isabel se negara en fijarse en alguien era obvio que Edgar la atraía, y él no paraba de verla con adoración en su mirada.

"Bueno, ya que se conocen, yo eh, los dejo a que se pongan de acuerdo con la dinámica del trabajo. Iré a resolver unos asuntos que tengo pendientes." Anunció Clara saliendo y dejándolos solos.

Los dos se dirigieron hacia el sofá que se encontraba en la oficina y se sentaron a discutir cosas del trabajo. Edgar no podia dejar de observarla, en tan poco tiempo esa rubia elegante de ojos verdes se había apoderado de todos sus pensamientos.

"Bueno Señora Mendoza, así que usted es la dueña de esta empresa. Y mi jefa también ¿Le tendré que hablar de usted nuevamente?" Le preguntó alzando una ceja.

"No seas tonto." Soltó una carcajada. "Sí, soy la dueña, pero aquí somos un equipo, tú, yo, y mi hermana Clara, así trabajaremos mejor. Y nada de 'usted' ¿ok?" Dijo dándole un pequeño golpe en el hombro jugando y Edgar sonrió lleno de ternura por esa mujer.

Isabel le explicó cuáles serían los cargos en su puesto mientras tomaban un café. Después salieron a conocer el personal y recorrer la empresa para que él se fuera familiarizado con todo. Llegó la hora de la comida y decidieron ir juntos en el auto de Edgar al restaurante que se encontraba cercas del edificio.

Quizá... solo quizá.. no estaría mal darle una oportunidad de nuevo al amor. Pensó Isabel observando el perfil de Edgar mientras manejaba.

𝓘𝓷𝓮𝓼𝓹𝓮𝓻𝓪𝓭𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora