XII: El sol no ilumina las estrellas.

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"I come runnin' to you like a moth
into a flame, you tell me
'Take iteasy', but it's easierto say
'Wish I didn't need somuch of you
I hate to say, but I do'".

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Naruto había resistido la tentación del diario. Se sentiría orgulloso de sí mismo sino fuera porque la mayor razón de ello era que Sasuke parecía genuinamente querer tenerlo lo más lejos posible.

Casi no había visto a Sasuke desde esa noche y no habían vuelto a intercambiar palabra. ¿Sería acaso que Sasuke lo había superado y ya no le quería más? No le sorprendería realmente, alguien tan asombroso, inteligente y bonito como Sasuke enamorado de alguien como él no podía durar demasiado, el chico tenía una fila de pretendientes para elegir y ¿quién en su sano juicio se decidiría por el chico zorro, perdedor, despreciado por toda la aldea?

De todas formas, eso estaba bien, ¿no? Porque Naruto no le correspondía así que realmente no importaba si Sasuke seguía sintiendo lo mismo o no.

Sí, las cosas estaban mejor así, de todas maneras ya ni siquiera los asignaban a misiones juntos, así que podía darle a Sasuke todo el espacio que necesitara. Siguió su camino alrededor de los pasillos hasta llegar a la oficina de la hokage y su expresión se congeló al ver a Sasuke y Sakura, pero sobre todo a Sasuke, adentro.

El universo se estaba riendo de él.

—Finalmente, eras el único que faltaba —la vieja Tsunade empezó, haciéndole el gesto de que acerque —. La misión de hoy es de tipo...

Decir que Naruto prestó alguna atención a lo que Lady Tsunade dijo sería una mentira gigantesca, la presencia de Sasuke tan cerca nuevamente lo había puesto algo nervioso y había enviado su hilo de pensamiento nuevamente a sus divagaciones.

—Naruto —Sasuke le tronó los dedos para hacerlo despertar —. Si ya terminaste de soñar, es hora de irnos.

Vio a Sakura mirarlo intrigada por su actitud y sacudió la cabeza. No podía estar así, no era como él, Sasuke se comportaba como siempre y se suponía que quien había ocasionado todo eso era él, Naruto no iba a ser el único visiblemente afectado. Tomó un suspiro, como si con ello volviera a canalizar su brillo, y sonrió con una risita, poniendo sus manos en la nuca.

—¡Yup! ¡Hora de irnos, equipo!

Su misión los envió a la Tierra de los Pájaros para ayudar al señor feudal a resolver un misterio en el pueblo, y aunque no pareció demasiado complicado al principio, Kakashi tuvo que unírseles después.

El equipo siete se había reunido, finalmente como antes, y Naruto pareció olvidar por esos días toda la tensión que se había construido entre Sasuke y él.

Algo especial de su relación con Sasuke, era que independientemente de si se llevaban bien o mal, a la hora de pelear juntos eran imparables. Era como si se leyeran el uno al otro instantáneamente, como si se comunicaran sólo con miradas, como si protegerse mutuamente fuera un instinto natural. Casi como si fueran almas gemelas.

Al derrotar al villano principal casi por sí solos de forma tan aplastante mientras los demás los cubrían, Kakashi no pudo evitar expresar lo impresionado que estaba de lo bien que trabajaban juntos.

—¡Lo hicimos morder el polvo! ¿Verdad, sensei? —Naruto amplió su sonrisa de orgullo, deleitándose en los cumplidos —. ¡Lo logramos! ¡Lo pulverizamos! ¡Lo...!

El diario de animalitos de SasukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora