Yasuo frunció el ceño. Definitivamente, no tenían idea de lo que estaban hablando.
—¿Disculpa?
—Sólo digo que creemos que ya deberías regresar, viejo. A tu antigua vida.
Estaba en unos bancos cercanos al muelle, compartiendo cervezas con sus amigos (o más bien, conocidos cercanos) luego de una tarde atareada. El tema de la vida personal de alguno de ellos pocas veces se tocaba, pues todos tenían algo que esconder, pero por alguna razón esta vez hablaron de la de Yasuo.
—Tú qué sabes de cómo solía vivir. —respondió son rodeos, frunciendo el ceño y mostrando claramente lo molesto que lo ponía que tocasen ese tema como si de algo simple se tratase.
—¿Mejor que ahora? —insistía— Cobras dos monedas por día y vives en un maldito monoambiente.
—Tal vez así es como quiera estar.
—Amigo —otro de los hombres se metió a la conversación—, te ves cada día peor. Peor incluso que comparado a el día en que llegaste.
El joniano suspiró y dió un largo sorbo a su cerveza. Sabía que eso era verdad, pues no se preocupaba demasiado en esconder su miseria; pero de saber que eso alertaría a los sujetos, lo habría hecho. Ahora estaba ahí, recibiendo consejos que no había pedido y que mucho menos le interesaban.
Hubo un largo momento de silencio, pero jamás se dio a entender que el tema había concluido. Por eso, el castaño se enfocó en terminar su bebida para así largarse de ahí lo más rápido posible. Se libraría del tema, al menos por hoy. Cuando las últimas gotas pasaron por su garganta, hizo un gesto con la cabeza en señal de despedida mientras dejaba la lata en el suelo y, antes de que pudiera irse, las palabras apresuradas de uno de los hombres lo alertó:
—Y qué hay de la hermosa mujer rubia que te acompaña.
Oh, supo al instante de quién hablaba. Ya habían sido dos meses desde su despedida.
Se quedó con la mirada en el suelo, como si estuviese esperando que continuara.
—... Qué con ella. —le respondió únicamente.
—No ha vuelto a pasar por el muelle. Tampoco la ví asomada como una niña en tu balcón. —Yasuo estaba ciertamente algo sorprendido con cómo conocían ese detalle de ella, pero le permitió continuar— ¿Peleaste con ella y se fue, o qué?
En el resto de los hombres había absoluto silencio, esperando con atención la respuesta del joniano. Era una incógnita que tenían desde hacía un tiempo, pues la misteriosa mujer de cabellos rubios era un espectáculo fascinante para la mirada y el hecho de que merodeara a la par de Yasuo parecía algún tipo de broma.
—No se fue. Se la llevaron —dijo finalmente, volteándose hacia el sujeto—. A Noxus.
Ese país inmundo que herbía la sangre de más de uno, hizo la situación más severa. Su mera mención traía desgracias consigo, y este era un claro ejemplo.
—No hay nada que pueda hacer para traerla, está totalmente fuera de mi alcance. Lo pensé mucho pero simplemente no consigo ver un futuro donde vuelva a estar a su lado, y eso puede deprimirme bastante. Ya. ¿Eso es lo que querían escuchar, la razón de por qué me veo incluso peor que antes? Pues, la extraño, eso es todo. Espero que estén contentos.
Frunció su seño en clara señal de molestia. Suficiente tenía con pensar en aquello casi todas las noches, que el tema ahora también le agobiaría donde se supone iba a distraerse. Pero el destino había demostrado no haber estado a su favor desde hace mucho tiempo.
ESTÁS LEYENDO
La Dama del Viento || Yasuo x Janna
Fanfiction"Los días en los inviernos fríos parecían pintarse con calidez cuando ella lo miraba. Delicada y preciosa, se escapaba de sus brazos aún sin quererlo." NOTA: No hay magia presente en este Fanfic, por lo que por favor, tengan una imágen mas humana de...