Era una de las peores noches de su vida, la ciudad había estado en caos por culpa de alguno de los villanos de Gotham, sumado a una guerra de pandillas y ahora el dolor de su pecho era insoportable como si estuviera de regreso al momento en que fue traído a la vida por las aguas de aquel maldito pozo, toda su vida estaba jodida y esta parecía estar en su contra, le arrebataba todo lo bueno que tenía. Ahora se encontraba desangrándose en el suelo de la mansión Wayne, con un histérico cachorro de 7 años y toda la batifamilia diciendo que permanezca despierto, aunque después de la jodida que había sido su vida, ya no le quedaban motivos para seguir, está le había ido arrebatando de a poco todo lo que alguna vez amó.
Empezando por el Omega de sus sueños, su familia y a la persona que le había dado su corazón sin saber que error cometía, todo había empezado hace casi 8 años.
Bruce se había retirado, para empezar una vida con Clark, era un buen omega y fue una madre para todos en algún punto de su vida; Damian Wayne, hijo biológico de Bruce, tomó el manto del murciélago y Jonathan, el hijo de Clark, fue su compañero, Grayson seguía siendo Nightwing, Timothy era Red Robin y Jason, seguía portando el traje de RedHood, todo había cambiado en esos años que crecieron, su batifamilia se había asentado y algunas relaciones habían comenzado.
Jason y Dick habían comenzado una relación, RedHood siempre había amado al primer Robin, por lo que empezó a cortejarlo en esos años (y este había aceptado una relación de noviazgo), cosa que a Damian no lo había gustado, ya que al ser los únicos Alfas presentes de la familia, había una competencia natural por el liderazgo, pero Dick estaba en un dilema, amaba a los dos, pero sabía que el pequeño Wayne estaba en una relación con superboy, así como Tim estaba con Conner, relación Alpha-Omega, por lo que le pareció adecuado aceptar los cortejos de Jason, ya que era la única forma en la que no se quedaría solo por no ser un Omega como todos, siempre había soñado con una familia, al igual que Jaybird, pero su corazón no lo permitía.
Fue en una reunión cuando el calvario comenzó, el pequeño Wayne había peleado con Jon, creando una ruptura (que en ese momento consideraban irreparable) y Dick estaba comenzando en su celo, y Jason fuera de la ciudad, aunque ciertamente él había decidido apurar su misión para regresar a casa, a la reunión familiar para festejar que Tim y Conner se iban a comprometer, la cual había planeado Conner era un Alpha demasiado detallista, el Omega era su pequeño hermano, por lo que no se perdería el momento en que su vida estaría unida a la de la persona que más amaba, aunque no lo pareciera, era un romántico que solo había deseado formar una familia con su destinado.
Todos festejaban, exceptuando los más jóvenes, Dick estaba triste, extrañaba a su alfa y se sentía aún peor el estar cerca del pequeño D, sin poder poner remedio a su tristeza y hacerle saber que era el mejor Alpha del mundo, que siempre le tendría a él y que le amaba, su celo próximo lo estaba haciendo pensar demasiado, por lo que se excusó de la fiesta, para dirigirse a su habitación, sin percatarse que el heredero Wayne lo seguía.
—¿Qué haces aquí? Deberías estar en el salón, celebrando, como los demás. — Le dijo Grayson, apenas en un susurro, el calor de su cuerpo aumentaba y no encontraba sus malditos supresores, quería unirse al festejo y comida, pero no se podía concentrar, la presencia del Alpha solo hacía vibrar a su cuerpo y querer entregarse, ya que siempre le consideraría su destinado a pesar de estar con Jason.
—Te necesito, siempre lo hice, pero decidiste que era demasiado joven y te fuiste con Jason, pero él ahora está lejos, y yo sin compromisos, se que me deseas tanto como yo a ti, así que ¿por qué no me dejas ser tu Alfa aunque sea por una noche? — Le contestó mientras se acercaba a él, acorralándole poco a poco en un rincón de la habitación, susurrando la última frase cerca de su oído.
Eso fue el detonante del mayor, que desesperado se abalanzó a besar de manera necesitada al murciélago, la habitación era amplia, destacando una cama al centro, un escritorio al frente, un pequeño mueble a su lado junto con un ropero, cercano a la pared de la puerta, y en el otro extremo, un enorme ventanal y a su lado la puerta al baño. Damian cargó a Dick a la cama y lo lanzó, siguiendo a sus instintos, besando y deleitándose de todos los sonidos que hacía su presa, había esperado tanto, deseando con tanto fervor poder ser suficiente y capaz de poseer ese cuerpo perfecto, que le daría los cachorros más hermosos del mundo y la familia que el menor de los Kent no quería darle.
Dick estaba derretido en ese mar de sensaciones, no que no hubiera tenido sexo con Jay, era excelente en ello, pero no se comparaba con la necesidad de estar con su destinado, que parecía conocer su cuerpo a la perfección tocando y mordiendo en los lugares adecuados, su celo había golpeado con fuerza, roabando todo su sentido común, se entregaba sin protección ni restricción a quien lo tomaba sin ningún tacto.
Mientras esto sucedía en la habitación de la pareja que aún vivía en la mansión, Jason llegó, lleno de sangre y con algunos regalos para la feliz pareja y su novio. Entró en la mansión, siendo recibido por todos, excepto por quien esperaba más, les hubiera abrazado de no ser consciente de su aspecto, así que solo se limitó a entregar los regalos y subir a su habitación, seguro que le daría una grata sorpresa a su avecilla, el regalo que le había comprado había sido un anillo, estilo compromiso, él quería dar el siguiente paso, pero no sabía si su amado lo estaría, por lo que usaría el anillo como una prueba.
Conforme subía las escaleras un aroma lo alertó, era el olor a sangre y de su Omega, mezclado con el de otro Alpha, se apresuró a su habitación y cuando entró, todo su mundo se vino encima al ver a Damian mordiendo el cuello de Dick, mientras le anudaba en la cama que compartía con el Omega, distinguió el aroma del celo, de ambos, solo atinó a cerrar la puerta y tomar su chamarra mientras salía corriendo, todos los presentes sintieron el olor a furia y desesperación de Jason, Bruce se preocupó, ya una vez lo había visto así y murió, lo perdió; no permitiría que eso volviera a suceder, así que lo siguió al estacionamiento y observaba como se montaba a su moto, Jason solo quería huir, huir de todo.
En la casa se armó el caos, Jon tuvo que ser noqueado por Clark, porque quería matar a su Alpha en el acto al verlo, los demás estaban en shock, por la sorpresa de que se hubieran comportado como animales, nadie lo veía venir de esa manera, después de todo, Grayson había dicho que a la persona que realmente amaba era Jason y que Damian había quedado en el pasado.
Cerraron la puerta y se marcharon, les dejarían la mansión para ellos, pero nadie estaba dispuesto a interrumpir lo que sea que Jason y Bruce discutieran, ya que no quería morir a manos de un Alpha fúrico.
—Jason, ¿a dónde piensas ir así? ¿Qué pasó? — Preguntó un confundido Bruce, no esperaba que su pequeño saliera así de la casa cuando hacía sólo minutos que había regresado de su misión.
—Ese no es tu problema, mejor pregúntaselo a tu bastardo que se esta cogiendo al que fuera mi pareja.— Rugió algo encolerizado Jason, quería ser fuerte, pero las lágrimas corrían por su rostro, y solo quería salir de ahí, ya nada le quedaba en ese mundo, siempre la desgracia lo acompañaba. Había perdido la batalla por el amor del Omega, ya estaba marcado y eso sellaba su destino al lado de alguien más.
Bruce se quedó congelado, había previsto que eso llegaría a pasar, pero no así, por lo que abrazó a Jason en contra de todo sentido común y le dijo que este siempre sería su hogar, que no dudará en regresar si lo necesitaba y que lo buscará en cualquier momento, después de todo era su cachorro favorito.
—Toma, dale esto a Grayson, lo haría yo pero, no soporto la mezcla de su aroma con el de tu hijo.— Le entregó a Bruce una caja del tamaño de su mano, hecha de madera, la cual estaba tallada con varios símbolos, cerrada y adornada cuidadosamente con un moño color azul con plata, y en la cobertura tenía tallado una frase que era "Para el amor de mi vida" con una caligrafía preciosa que pertenecía a Jason; el antiguo murciélago solo asintió, y guardando la caja en su saco, solo despidió a su hijo, deseando no volver a perderle.
Fue la noche en que Jason dejó de ser Red Hood, para cambiar y comenzar de cero, en otra ciudad, la cual sería Star City, tenía un amigo ahí, alguien confiable, por lo que pensó que sería un buen lugar para reiniciar su vida.
Nota del autor:
Espero que les guste este capítulo criaturitas, nos vemos la siguiente semana.Gracias por leer.
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El llanto del corazón
FanfictionLa vida no es justa, pero hay ocasiones en que todo lo que tratas de hacer bien parece un error, Jason sabía que la vida tiene sus favoritos y que él no era uno de ellos, después de morir una vez, pensaría que no hay nada peor que eso, pero estaba e...