Capítulo 4

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Helena Wayne-Grayson había cumplido 5 años, la familia estaba en la mansión para celebrarle, incluso después de algunos años, Jon había decidido ser parte de la vida de la pequeña, había perdonado todo y de alguna manera le hacía feliz convivir con ella, que se parecía mucho a su madre, al igual que su aroma, por lo que no le recordaba para nada a Damian y, gracias a esto, la había aprendido a querer.

Ese detalle había desconcertado a Damian, el amaba a la pequeña, era su hija, pero no olía a su sangre, jamás tendría más cachorros con Dick, él había quedado estéril después de dar a luz a su cachorro, sabía que era muy probable que no fuera el padre, y la enfermedad que contrajo la pequeña se lo confirmó.

Días después de la fiesta, la bebé fue hospitalizada por una enfermedad que hasta ese punto desconocían, el tratamiento era largo y necesitaban algunas transfusiones de sangre y médula, por lo que se hicieron pruebas para ver la compatibilidad entre los padres, dando negativo a las dos pruebas y el resultado de que Damian no era el padre de la niña. Todos estaban destrozados, y Damian encolerizado:

—Tú lo sabías, ¿no es cierto?, ¿cómo pudiste mentirme por todos estos años?— Rugió el Alpha, estaba dolido, lo habían tratado como estúpido.

—¡¡No lo sabía!! Las fechas de la concepción estaban entre la última vez que estuve con mi Alpha y la vez que me tomaste. No es mi culpa, yo quise creer que era tuya, porque tú querías desesperadamente tener hijos, y solo quería hacerte feliz.— le gritó el Omega, comenzando a llorar.

Su hija necesitaba el transplante de médula y sangre de inmediato, no podían esperar, lo único que podría salvarlos era decirle a Jason que se hiciera los estudios, para saber si eran compatibles.

---En Star City----

Hace un año que Jason y Roy comenzaron a salir, la pareja se había dado cuenta con el paso del tiempo que sus corazones estaban sanados y el pasar tanto tiempo juntos y solos, descubrieron que les gustaba estar así, que no querían estar con alguien más, por lo que después de cuatro años de estar bajo el mismo techo, Roy le propuso a Jason compartir su vida a su lado, como una pareja, naturalmente Todd estaba algo dudoso, pero aceptó, le guardaba demasiados sentimientos para negarse a esa propuesta.

Jason había salido del trabajo, eran alrededor de las 4 de la tarde, cuando recibió una llamada de Bruce, estaba extrañado, pero pensó que solo era para saludarle.

—Hola B, ¿A qué se debe tu llamada?— contestó un muy alegre Alpha, que llevaba la comida para la cena de esa noche.

—Jason, se que prometiste alejarte de Gotham, pero necesitamos tu ayuda, Dick te necesita, te ruego que vengas lo más pronto posible a casa— dijo Bruce al otro lado de la línea, su voz sonaba apagada, desesperada y con una inmensa tristeza.

El Alpha no sabía cómo reaccionar, eso no lo esperaba, pero le había buscado su padre, tenía que ser realmente serio el asunto para querer arrastrarle de regreso a Gotham.

—Te llamo luego B, debo colgar— dijo Jason en tono tranquilo. Apuró su paso para llegar a casa, lo discutiría con Roy, ya luego tomaría la decisión.

Unas horas más tarde la pareja se dirigía a la ciudad de Gotham en el auto de Roy, habían llegado al acuerdo de ver para que los necesitaban, si podían ayudar lo harían y sí solo era una trampa para lastimar al joven, se irían de ahí.

Al llegar a la mansión todo estaba sumido en un caos, hasta que entraron, Alfred los recibió a ambos con un abrazo y palabras de gusto, mientras los dirigía a la sala, en esta estaban Clark, Jon, Lois, Bruce, Tim, Conner, Damian y Dick, ya que Kori estaba en el hospital cuidando de la bebé mientras solucionaban está situación.

—Hola Jay, necesitamos hablar. Por favor, es una cuestión de vida o muerte.– Le dijo Dick con voz temblorosa, estaba asustado y decepcionado, al ver que realmente había alguien más en la vida del Alpha.

Se sentaron y Grayson comenzó a contar sobre las dificultades durante su embarazo, su esterilidad, a grandes rasgos la vida de su pequeña y detallando la enfermedad junto con lo que los médicos le dijeron que necesitaban para salvar a su hija.

—¿Por qué creen que seríamos compatibles? Si sus padres no fueron considerados aptos para donar— dijo un tanto incrédulo Jason, era tonto pensar que el podría ser un candidato.

—Porque es tu hija, idiota— dijo Damian, estaba dolido y enojado, lo que  terminó causando una brecha en la relación que tenía con él Omega, el cual no quería revelar aquello, pero el tiempo corría y no tenían tiempo para andarse con rodeos, necesitaba salvar a quien consideraba su hija.

La sala quedó en completo silencio, Jason quedó en shock, ¿Cómo era posible aquello? Había dejado todo atrás, y tenía una hija con su antiguo Omega, volteo a ver a Roy, el arquero estaba pálido y parecía entristecido, pero el tiempo apremiaba.

—Vamos al hospital, haremos las pruebas pero Roy debe estar conmigo en todo momento, detesto los hospitales y no quiero sentirme solo ahí dentro.— Dijo Todd, después de donar se irían, la bebé estaba mejor sin él, lo había estado por 5 años, y el descubrir que era su padre no cambiaría nada.

Llegaron al hospital, Kori estaba sorprendida de ver a todos ahí, en especial al antiguo Red Hood, pero ya después se enteraría de lo demás.

Después de obtener las muestras necesarias y pasadas varias horas, el resultado llegó, eran compatibles por lo que Jason se dirigió, junto con Roy, a dónde se le extraería lo necesario para salvar a la bebé, odiaba las agujas así que Harper tuvo que ayudarle a relajarse durante el proceso.

Esa rutina se tuvo que hacer por unos meses hasta que Helena estuviera fuera de peligro y casi completamente curada.

Tiempo en el cual, Roy y Jason se enamoraron de ella, se parecía mucho a su padre, más con la marca de su brazo y tenía el carácter de su madre. La pequeña le tomó cariño muy rápido a Jay, tal vez por su aroma o porque sentía que era correcto, razón por la cual Dick y Damian le ofecieron a la pareja que los visitará, que le hablaran aunque fuera una vez al mes a su hija.

Roy no le podía dar hijos a Jason por mucho que lo desearan, así que en cierta forma sería hija de ambos, por lo que aceptaron la oferta, la iban a ver una vez al mes y pasaban tiempo de calidad con ella.

Nota del autor:
Gracias por leer, este es el penúltimo capítulo, espero estén disfrutando la historia.
Cuídense, nos leemos la siguiente semana criaturitas.

El llanto del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora