𝐌𝐲 𝐑 ||ᴋɪʀɪᴅᴇᴋᴜ|| 𝗦𝗼𝗻𝗴𝗳𝗶𝗰

Tres

|Muy bien, hoy es el día|

Había regresado a la azotea, nisiquiera él sabía por qué, o eso era lo que quería pensar, sabía muy en el fondo el por qué de esa visita a la azotea...

Había reconsiderado las palabras de Katsuki

Se iba a quitar los zapatos, vió un chico, tenía el pelo café y era muy pequeño, se estaba acercando al borde de la azotea.

Se quedó helado, ¿de verdad lo haría?, no es como si le importara, pero dos alumnos desaparecidos en un solo día sería demasiado para la secundaria.

Tomado por el miedo gritó algo que nunca creyó poder decir.

—¡¡Hey, no lo hagas... porfavor!!

El chico de baja estatura se volteó sorprendido, y al ver a Izuku se sorprendió aún más, él había participado en las burlas hacia el peli-verde.

El chico se volteó, Izuku lo miraba dispuesto a escuchar sus problemas.

—Probablemente lo hayas escuchado antes—dijo mientras dirigía su mirada hacia una mejilla del chico que tenía un moretón—todos me ignoran, todos me roban—se le quebró la voz—no encajo con nadie de aquí.

Izuku lo miró por un momento y al cabo decidió hablar, movido por su sentimiento de enojo.

—¡¡Por el amor de Dios, porfavor!!, ¿¡Es enserio?!,no puedo creer que ¡¡por una estúpida razón llegaste aquí antes que yo!!—espetó furioso— después de todo, eres amado por todos en casa, siempre hay cena en la mesa, ¿sabías?

El chico lo miró mientras las lágrimas exploraban sus mejillas.

—Tengo hambre, gracias por escucharme—le dijo mientras le daba una sonrisa sincera.

En cuanto el chico se fue calló rendido, volteó a ver hacia el borde de la azotea, negó con la cabeza, no, no lo haría...

Decidió bajar a ver que había pasado con el chico, estaba siendo abrazado por sus amigos, al final resultó encontrando amigos, sonrió levemente al menos el chico aún era feliz, sintió cómo alguien le tocaba el hombro.

Se volteó y al ver de quién se trataba un tono carmín llenó sus mejillas, era Eijiro.

—E-eijiro—lo saludó.

—Llamame Kirishima—le dijo mientras le daba una hermosa sonrisa—te quería preguntar... ¿te gustaría comer conmigo? —preguntó mientras se rascaba la nuca.

—B-bien—respondió nervioso.

Se pasó esa tarde riendo gracias a Kiri-kun, o así es como le había apodado.

|O eso pensé|