''Cuando aún intentábamos que esto fuera mejor , quererlo era suficiente, para mí era suficiente. Vivir con la esperanza de todo, cancelé planes en caso de que llamaras y dijeras: ''ven a verme detrás del centro comercial''.
Demasiado para un amor d...
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Narra Astrid:
Llegamos a casa, chris optó por sentarse en el sofá y yo pasé directo a la nuestra habitación. Me sentía mal, más que mal horrible, el almuerzo familia había resultado un asco y no podía creer el poco apoyo que mi propio novio me daba. Me miré al espejo y miles de pensamientos vinieron a mi mente ¿Esa era la vida que quería?
Estaba pensativa en la habitación, esperando que sucediera alguna especie de milagro, algo que me hiciera escapar de los malos días como esos. De la nada pensé en Evan, y sonreí, él había sido lindo conmigo, él se había llevado los rollos de canela que mi propio novio había rechazado. Volví a mirarme al espejo ¿Era suficiente para Christopher? miré mi ropa, mis Jeans, mi polera a rayas, mis converse negras, mis uñas rojas...vi mi rostro pálido y el rastro de un antiguo piercing en la nariz, tenía un tatuaje en la muñeca, miré mis labios rojos, ¿Era yo el problema de todo esto? O simplemente estaba con un hombre que ya no me amaba, pero que yo estaba dispuesta a enamorar si él me lo pidiera.
Quizás sí, yo era el problema, pero no por haber hecho cosas para desencantar a mi novio, sino porque quizás yo no me amaba tanto, y eso me daba incluso más pena. Estaba decepcionando a papá, porque él nunca quiso esta vida para mí, vivir a los veinticinco, casi veintiséis con mi novio y tener una vida miserable. Ya no salíamos a cenar, no teníamos citas, él ya no me acariciaba sólo por querer tocar mi piel, sólo lo hacía cuando quería llevarme a la cama, y yo no tenía la voluntad suficiente para decirle que no, que no tenía ganas.
Llegó Christopher a la puerta de la habitación y sólo me dijo:
— Saldré con los chicos—Con eso asumí que se trataba de Evan y Cole. Sentí un poco de rabia, porque en el fondo me hubiera gustado que Evan estuviera de mi lado, pero reaccioné en que si Evan debía cubrir a uno de los dos, ese sería chris, sin dudarlo. Yo no tenía su lealtad.
— Claro, que te vaya bien— Me despedí desde la cama, sin demasiado afecto, él sólo cerró la puerta y volvió a dejarme sola.
Aquello era triste, demasiado.
Tomé mi laptop que descansaba a los pies de la cama y unas ganas salvajes de investigar sobre Evan me asaltaron. Comencé a escribir lentamente, mientras mi corazón latía, mis dedos estaban ansiosos por terminar aquel nombre en la pantalla de la laptop:
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