''Cuando aún intentábamos que esto fuera mejor , quererlo era suficiente, para mí era suficiente. Vivir con la esperanza de todo, cancelé planes en caso de que llamaras y dijeras: ''ven a verme detrás del centro comercial''.
Demasiado para un amor d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Noche Buena y Navidad.
Narra Astrid:
Llegué a casa de Evan, con mis regalos para él, Adam y su madre. Evan se veía adorable, incluso podría decir que se había peinado el cabello para esa noche especial, lo cual me parecía lindo de su parte.
— Me encanta que estés pasado la navidad con nosotros— la madre de Evan me abrazó.
— Muchas gracias, señora Peters— le sonreí.
— Sólo dime Imogen— ella me sirvió una copa de vino— En esta casa adoramos la navidad y me encanta el hecho de que mi bebé esté con nosotros— Ella abrazó y le habló a Evan como si fuera un pequeñito.
— ¡Maestra Beauregard!— Adam me abrazó en cuanto me vio y yo sonreí a sentir su abrazo sincero de niño.
— ¡Adam!— hablé con cariño y lo miré con una sonrisa— Te ves muy lindo. Y sólo dime Astrid, hoy no ando disfrazada de maestra— Ambos reímos.
— No debiste molestarte en traer regalos— Imogen me sonrió— Me alegra mucho que Evan tenga una buena amiga.
— Me gusta hacer regalos— le sonreí y después miré a Evan—Me gusta su familia, Imogen. Por poco viajo donde mis padres, pero Evan hizo que me quedara— Evan se acercó y me abrazó por detrás. Su madre y Adam no nos estaban viendo de forma directa, razón por la cual, Evan aprovechó de ser cariñoso conmigo.
— Te ves hermosa esta noche— susurró en mi oído— Tengo otro regalo para ti, aparte del que tengo en el arbolito—Besó mi mejilla y me sonrojé. Con Evan estaba experimentando tanto, cosas que jamás pensé vivir con un chico, y no es que me prometiera viajes a otros países, como lo hacía Chris. Evan me tocaba con cariño, hacía cada detalle especial, desde ese día, donde no me abandonó, a pesar de ser una desconocida para él.
La casa de Evan era hermosa, sobresalía de su barrio por la decoración de navidad y por la música navideña. Evan tenía una familia pequeña, pero muy linda.
Ya habíamos terminado la cena de navidad, y sentí una vibración de mi teléfono celular; eran mensajes, que por más que quisiera ignorar, no podía. Sabía que eran de Chris, razón por la cual, no podía dejarlos así, sin leer.
Chris: Hola linda ¿Dónde estás esta noche?
Astrid: Hola, ¿Por qué esa pregunta?
Chris: Mis padres se acostarán temprano y me quedaré solo. Tengo una botella de vino y pensé que sería bueno acompañarte esta noche.
Astrid: Lo siento, pero no puedo. Buenas noches.
Chris: Te extraño, Astrid.
Chris: Te amo, quiero estar contigo.
Chris: ¿Qué tengo que hacer para que vuelvas a creer en mí?
