''Cuando aún intentábamos que esto fuera mejor , quererlo era suficiente, para mí era suficiente. Vivir con la esperanza de todo, cancelé planes en caso de que llamaras y dijeras: ''ven a verme detrás del centro comercial''.
Demasiado para un amor d...
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Narra Astrid:
Caminé llorando y me sentía bastante patética, me dolía tanto la frialdad de Evan. Creía que él podía sentir algo por mí, pero al parecer las cosas no eran así, y él realmente me veía como la ex novia de su amigo, lo cual es moralmente incorrecto, pero mis sentimientos por él estaban cada día más intensos, y no sabía qué me pasaba.
No quería reconocer que Evan Peters me gustaba, y me encantaba y sólo moría por besarlo. Pasé por el café donde solía ir con Ellie, pero ahora era mucho más triste , porque estaba sola, llorando por un chico que no me quería como yo quería que me quiera. Se acercó la mesera, y la reconocí por su piocha y su más notoria barriga.
— ¿Eres Brionny, verdad?— la miré con una sonrisa y ella nuevamente me miraba con timidez.
— Sí, ¿Quiere el café de siempre?
— Dime Astrid y sí— Le sonreí, esa chica me inspiraba confianza, algo tenían sus ojos que me generaban un poco de angustia, aún así, me parecía muy dulce y encontraba que era muy joven para ser madre— Quiero dos cafés, o lo algo más suave, quiero que te sientes a tomar algo conmigo.
— No puedo Astrid, mi jefe me va a matar si me ve descansando—Ella me miró nerviosa.
— ¿Cuánto te pagan acá?— le pregunté seria, siempre que pasaba a beber algo a ese lugar, veía que la tenían trabajando sola, sin parar y el hecho de que estuviera embarazada me partía el alma y me hacía desbloquear recuerdos que tenía muy en mi interior.
— Menos del mínimo— habló bajo.
— Son unos cretinos— hablé enojada— Toma algo conmigo y manda a la mierda tu trabajo.
— No puedo hacer eso Astrid, estoy embarazada y no puedo darme el lujo de perder un trabajo.
— Puedo darte trabajo y pagarte más que el mínimo— hablé decidida a no dejar a una chica desamparada— ¿Vives con tus padres?
— Vivo sola, con dinero que gano en un supermercado y este sueldo, que no es demasiado alto— ella no me miraba a los ojos cuando hablaba y la entendía.
— Tu jefe es una mierda— hablé fuerte, sin importarme nada— Quiero que trabajes conmigo, soy maestra, la única de ciencias y tengo mil trabajo todos los días, si me ayudaras a revisar pruebas y a preparar material estaría muy agradecida, y podría darte más dinero que acá— Ella esbozó una sonrisa.
Ya estábamos las dos sentadas en una mesa, ella a medida que pasaban los minutos, parecía agarrar mas confianza , porque se reía de algunas cosas que le contaba, pero aún así, sentía que había algo entre nosotras que nos separaba.
— ¿Por qué eres así de buena conmigo? ¿Por qué me das trabajo?
— Me recuerdas a mi hermana, ella tenía veinte y yo doce. Quedó embarazada a tu edad y mis padres la corrieron de casa— tragué el café— La obligaron a abortar, porque eso arruinaría la reputación de los Beauregard, mi padre es el alcalde del pueblo donde viven. Ella no fue capaz de soportar la presión constante de mis padres, y se colgó en el árbol donde solíamos columpiarnos— vomité aquellas palabras, nadie sabía aquello, sólo Chris y Ellie, era algo que tenía bloqueado, razón por la cual me fui de casa en la primera oportunidad, con el primer amor de la juventud.
