Día tres

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Luego de las clases matutinas, decidí dar una vuelta por la ciudad en busca de estaciones de radio locales. Las tres que pude encontrar en las cercanías eran de emisoras considerablemente grandes, además de que todas ellas eran diurnas y estaban en locales o edificios en la zona comercial de Heysham. Ninguno de los trabajadores con los que logré hablar conocía sobre la estación 014.0 o al Moyashi.


Me llevó más tiempo del previsto deambular por las calles. Era mucho más fácil viajar en bicicleta, pero la tormenta dificulta la movilidad y había olvidado el pase del bus en mi habitación. El viento comenzaba a ser una molestia y la sombrilla no cubría del todo mis piernas, haciéndome chasquear la lengua con fastidio.


Reconocí la calle en la que estaba, no haría mal pasar a visitar a una vieja amiga hasta que la lluvia se calme; mis manos estaban entumecidas por el frío y no sería buena idea dejar que mi ropa se moje aún más así que entre al lugar que para mi suerte no tenía clientes, quizás debido a la tormenta.


El personal de la oficina de correos se movía de un lado a otro con paquetes y sobres en sus manos, organizándolos en enormes estantes con precisión. Cerca de la recepción está una enorme pila de papeles y cierto hombre en lamentable estado debajo de estos.


—Ah... ¡Hola, Kanda! Pasa adelante y deja la sombrilla a un lado —oí la voz de Reever al otro lado del escaparate de recepción— Komui, esta no es la hora de dormir, tienes demasiado trabajo acumulado —Reever comenzó a reprender a Komui que despertó de golpe lanzando los papeles al suelo. Son demasiado ruidosos.


—Es raro verte por aquí, pero deduzco que es por la lluvia —la mirada de Lenalee me analizaba. Su rostro siempre trae su usual sonrisa comprensiva.


Tras servirles el café a los demás empleados de la oficina, Lenalee preparó dos tazas de té mientras conversábamos un rato.


—Lo de las estaciones de radio, ¿es para algún proyecto? ¿Puedo ayudarte en algo?


—No creo que puedas —conteste honesto—, no es académico.


—Entiendo —la vi llevando su mano al mentón y bajar la mirada pensando. Luego sonrió— Soy toda oídos entonces.


—¿Huh?


—Te conozco muy bien, Kanda. Debe ser algo muy importante para que dediques tu valioso tiempo a encontrar algo... o alguien. ¿Me equivoco? —Su mirada parecía inocente, pero sé que escondía malicia en sus palabras.


—Tsk...


Salí del lugar con prisa en cuanto pude. Lenalee era demasiado perspicaz y pese a que no fue mucho de mi agrado explicarle, al menos pude obtener una pista gracias a su hermano celópata que escuchaba nuestra conversación a escondidas.


A la medianoche, la lluvia golpeaba con granizo en la calle, podía verlo por la ventana. Hace un maldito frío y no me extrañaría que mañana una capa de nieve cubra todo. El Moyashi aún no aparece y aunque apenas han pasado unos minutos, el índice de mi mano golpea el respaldo del sofá con algo de impaciencia.


Komui mencionó algo sobre estaciones pirata; emisoras no autorizadas que tienen funciones desde alertar sobre emergencias naturales, hasta fines de política y propaganda. Son bastante raras y difíciles de ubicar por su naturaleza ilegal. Según Lenalee, hay una antena transmisora a las orillas del puerto a unas cuantas calles de mi apartamento donde podría comenzar con mi investigación.


La luz de un rayo en las cercanías me sacó de mis pensamientos. Había visto en las noticias del clima que la tormenta se iba a intensificar y podría afectar los botes y barcos anclados al muelle.


| Ho... es... oírme? | La voz del Moyashi apenas era audible. El ruido blanco se volvió a apoderar de la emisora.


| Af... la tormenta y una radio no son buenas amigas. Perdón por hacerte esperar, Blue. Seguro estabas preocupado por mi | dijo lo último en tono burlesco, lo que me hizo fruncir el ceño con desgano.


| Recuerdo que con mi maestro pasamos no solo tormentas, sino huracanes y vientos monstruosos en alta mar en más de una ocasión. Al principio se burló de mí porque mi estómago no era lo suficientemente fuerte para resistir el movimiento del barco.


Él me decía "Puedes soportar estar a kilómetros de altura sin perder la conciencia, pero esta piscina para niños te marea... No seas un mocoso" | Cayó otro rayo y se perdió la señal. Pasó así otro buen tiempo hasta que de nuevo apareció su voz.


| Quisiera que la tormenta acabe pronto. Realmente quiero ver la luna por última vez antes de... bueno, tú sabes... Otra anécdota será para otro día, Blue. Por ahora, espero te guste Clair de Lune. Buenas noches |


Sonó otra melodía, su nombre era bastante simbólico... como si fuera una plegaria para que cese la lluvia. Quién sabe si el dios que tanto odia a esta ciudad lo podrá escuchar.


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Holo there...

Si alguien se ha preguntado alguna vez por qué escribo <<Holo>> en vez de "Hello"; holo es el diminutivo de holográfico (algunos lo pueden conocer como el efecto prismático —aka, arcoíris—), y es, por cierto, una de mis cosas favoritas... Digamos que tengo una gran fijación por cosas que sean holográficas, tanto en ropa, esmaltes y accesorios.

Perdón por la divagación, jaja. Respecto al capítulo de hoy, me pareció gracioso incluir al departamento científico pero como trabajadores del servicio de correos.

Como mini dato irrelevante pero curioso, Johnny tiene un trabajo de medio tiempo ahí.

Lenalee está por comenzar su primer semestre en la universidad, pero conoce a Kanda desde hace mucho tiempo porque él solía estudiar en la misma secundaria.

¡Los dejo con un Bye Bye Dango... y nos leemos en unos cuantos días! ^^

Radio 014.0 By Varela D. Campbell ウァレラ・デェー・キァンベル。

 Campbell ウァレラ・デェー・キァンベル。

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