Día ocho

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—Shh... Silencio, está despertando.


¿Qué?... ¿Quién? ¿Qué sucedió?


La claridad de la luz me empezaba a molestar. Tardé un par de segundos en reconocer a mi padre y a Marie.


—Padre...


—¡Fuiste realmente irresponsable, Yuu! No debiste estar cerca del mar en medio de la alerta de tormenta. ¿Qué se supone que hacías?


—Buscando... a alguien —contesté, aun desorientado. Vi que compartieron miradas de asombro. Fue cuando entendí que estaba en una habitación de hospital y al parecer ya era de día.


—Me alegra que estés bien, Kanda. El doctor nos dijo que a pesar de unas puntadas en tu brazo, no tienes ninguna fractura o lesión importante. Podrás salir en un par de horas —Marie fue más comprensivo, no preguntó nada a diferencia de Tiedoll que se notaba alterado y no dejaba de cuestionarme sobre a quién estaba buscando, pregunta que me reusé a responder.


Ya en mi apartamento, agradecí que Marie me trajera ropa. La que tenía puesta ayer, terminó hecha girones y cubierta de sangre y arena. Tuve que convencerlos para que no me llevaran a casa, pero tal parece que tendré llamadas y visitas constantes para asegurarse que estoy bien. Tsk...


Según me explicaron, alguien anónimo alertó a los vecinos de la zona quienes llamaron una ambulancia.


—Hmph... sin duda fue el Moya-


Abrí los ojos cuando recordé, a mi mente llegaron de golpe las escenas de todo lo ocurrido ayer, causándome jaqueca. Realmente me costó asimilarlo, pero aún tenía algunos moretones donde estaban las cadenas en mis tobillos y el vendaje en mi mano.


Los "seres de la noche" de verdad existen, y el Moyashi es... una especie de ángel, o algo así.


No había forma de salir cuando cayó la noche, los vientos gélidos se mezclaron con granizo de nuevo. Solo un idiota andaría afuera, y ese no seré yo, sin lugar a dudas.


| ¡Blueee! ¡Realmente pensé que no volverías! Me preocupé mucho cuando ayer no aparecía nadie en el contador de la estación. | Dijo en un hilo de voz, casi llorando de emoción. Es tan despistado que aún no se ha dado cuenta que yo lo he escuchado todo este tiempo.


| Anoche me encontré con el mismo hombre que llevó a Timcampy al faro. Una nereida estaba por ahogarlo; ellas suelen leer la mente de los humanos, también imitan voces para llamar su atención. Fue peligroso exponerme con la tormenta o dejarme ver por él, pero le debía un favor así que lo salvé sin dudar. |


Arqueé una ceja, no recuerdo muy bien su rostro por la oscuridad de la noche y porque al final quedé inconsciente, pero sé lo que vi... y vi que tenía alas. Ahora entiendo por qué no se refiere a sí mismo como humano o un vampiro.


| Oye, Blue. Me acabo de dar cuenta que nadie más que tu sabía que Timcampy se había perdido... | dejo de hablar, como si estuviera meditando sobre lo ocurrido.


Ya era hora que lo notaras, Moyashi. Es tan fácil como pensar que si pasé la noche en el hospital, sería obvio que no podría escuchar tus lamentos a medianoche.


| No... espera... ¡¡¿Eres tú, Blue?!! | Una cosa está clara, te mereces el premio a despistado del año.


| Si es lo que pienso que estás haciendo, por favor... no me busques. La decisión que he tomado no ha sido a la ligera y no quiero que te expongas a más peligros. Te aseguro que hay cosas peores que una nereida hambrienta. |


¿Huh?...


| Realmente agradezco tu compañía en las noches, pero no quiero que nadie más cargue con mis problemas... Yo puedo solo. |


Bien, ahora estoy realmente molesto. Pese a que no sonó arrogante, puedo apostar que hay una salida para los problemas que tengas sin llegar hasta las medidas drásticas que vas a tomar, tonto Moyashi.


—Tsk... Si piensas que con un mini discurso de mártir vas a detenerme, estás muy equivocado —dije en voz alta, rechinando mis dientes y mostrándole mi dedo medio a la radio como si ese mocoso pudiera verme.


| La melodía de hoy será Comptine d'un autre ete. Buenas noches, Blue. |


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Holo there...

Lamento dejarlos con la intriga del capítulo anterior. Es un alivio que Allen bb haya rescatado a Kanda justo a tiempo. Les recuerdo que Kanda es un humano común y corriente, no tiene ningún sello de regeneración ni habilidad sobrehumana. Entrena y practica Kendo y meditación, pero obviamente su fuerza no era suficiente contra la fuerza sobrenatural de una Nereida.

Al no ver a nadie sintonizando la estación 014.0 en los aparatos de transmisión, Allen se puso triste. Contó una breve historia sobre su padre (Mana) —que le hubiera dado más pistas a Kanda sobre cómo encontrarlo—, y luego tocó la melodía G Minor Bach, por si alguien tenía la curiosidad de saber si Allen siempre apareció en la radio la noche anterior.

Aun si nadie lo hubiera escuchado desde el primer día, Allen siempre hubiera aparecido todos los días cada medianoche en la radio por trece días.

¡Los dejo con un Bye Bye Dango... y nos leemos en unos cuantos días! ^^

Radio 014.0 By Varela D. Campbell ウァレラ・デェー・キァンベル。

 Campbell ウァレラ・デェー・キァンベル。

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