No Vales Más Que Yo (Daniel X Johnny)

El amor a veces duele

Johnny y yo llevábamos meses siendo novios, y de verdad eramos novios, el mismo me había llamado asi.

"Su novio" pensé, yo era novio de un chico tan guapo como Johnny, aun no lo podía creer del todo aun seguía en mi mente resonando la voz de Johnny diciendo: Vamos Danny, ¿mi novio no puede abrir tantito su boca para que mi lengua pueda pasar?

Ser novio de Johnny aunque fuera en secreto era lo mejor del mundo, él era cariñoso, me daba lindos detalles si yo me comportaba y lo dejaba hacerme cosas como morderme el cuello, lo malo es que un día mi mamá se dio cuenta de los chupetones y tuve que inventar una escusa.

Yo también hacia cosas por él, le regalaba chocolates, aunque no le daba flores después del incidente en el que me grito en el callejón donde nós veíamos, solo era una pequeña flor blanca que había cortado de un arbusto repleto de pequeñas flores iguales, ni siquiera era un ramo de rosas, pero Johnny se molesto mucho y me empujo, tiro la flor y la piso.

Cuando me levante me había dado una cachetada y me dijo que si le daba flores, sus amigos sospecharían algo y podrían descubrirnos. Desde entonces no le doy ningún tipo de flor.
Pero fue cosa de una sola vez, ya aprendí la lección, fuera de eso nós prestamos cosas como videojuegos, intercambiamos la ropa que nos gustaba del otro, aunque para hacerlo, teníamos que seguir una estrategia.

Si a mi me gusta la playera de Johnny no podíamos cambiarnos en el momento, la tenía que pedir prestada y luego ir a su casa en la noche, tocar una vez y salía Johnny con la polera en manos para entregármela y se la regresaba en los baños de la escuela guardando la ropa en mi mochila, lo era mismo si él quería algo mio, lo cual no era muy seguido pues tengo muy poca ropa bonita. Johnny rara vez me pedía que le regresara algo, por la mansión en la que vivía podía considerar que tenía suficiente dinero para comprar toda la ropa que quisiera y la que me daba decidía regalarmela pues yo tenía ropa muy desgastada. Lo único que no me prestaba era esa chaqueta roja que llevaba muy comúnmente, y jamás me dejo ponerme siquiera un segundo esa cinta negra que llevaba en la cabeza.

Otra cosa es que él nunca iba a mi casa yo era quien siempre iba a la suya, pero nunca me dejaba pasar, sólo se preparaba para mi llegada y me abría apenas la puerta principal, llegue a ver algunos muebles costosos espiando por el umbral.

Otra desventaja más es que no podía acermarme a Johnny si estaba junto a sus amigos, así que me pasaba sentado solo en la mesa a la hora del almuerzo en la escuela mientras veía a lo lejos como él se divertía con sus amigos.

A pesar de todo debo admitir que nunca vi a Johnny solo con una chica, me era fiel y podía decirlo con convicción, llegue a ver como rechazaba a varias niñas plásticas que le hablaban.

Lo malo es que su fanatismo por la fidelidad era una espada de doble filo, pues una vez él me vio hablando con Freddy, mi amigo que había conocido el primer día que llegue a california cuando accidentalmente lo tire por darle una patada a la puerta.

Estaba con Freddy charlando con él muy cerca de mi y ambos apartados de la gente, cuando me di cuenta que Johnny nós miraba a lo lejos con una cara muy enojado, trate de ir a donde Johnny pero él se giró y se fue y lo perdí de vista.

Lo busque en nuestro callejon un par de días esperando a que llegara, pero nunca vino, tampoco iba a los baños de la escuela, solo podía verlo con sus amigos y él no me miraba, me daba la espalda.

Eso me molesto, pero entonces Johnny llegó al callejón, una sonrisa se formó en mi rostro, pero se desvaneció con el primer puñetazo a mi mejilla. Ese día Johnny desquito toda su ira conmigo, me escupió y me dijo que era un cualquiera, un ofrecido, me intente parar y defenderme, pero me dio una patada de karate que me dolió mucho, me aventó contra la pared, por un momento creí que me iba a matar.

Me rasgo la ropa, me dejo un ojo morado, le gritaba, perdóname, PERDÓNAME.

Entonces paro, yo estaba tirado en el suelo y me jalo del cabello, me dijo.

-La próxima espero que te portes bien- y me paso su lengua por mi oído muy despacio.

Luego se largo, yo estaba muy ocupado temblando y temiendo que de la nada empezara a volver a golpearme y no me di cuenta en que momento se fue.

Debí haber dicho algo, a la policía, a mi mamá, pero no sabría como decirle, así que tome mi billetera y la tire a la basura, iba a decir que me habían asaltado, cuando llegue a casa me tope con el señor Miyagi, sé sorprendió por como estaba, pero ninguno dijo nada, yo sólo seguí caminando como podía a las escaleras.

Mi mamá me vio desde la ventana y salió de inmediato a ayudarme, le invente una historia de robo para proteger a Johnny. Ella llamo a la policía y di un testimonio falso, solamente podía seguir llorando de la impotencia.

Esa noche no pude dormir.

Pasaron los días y Johnny vino a mi, yo le tenía mucho miedo y rencor, pero con uno de sus besos, me volvió a hipnotizar, sus manos tocando mi cadera, las mías tocando sus grandes músculos.

Supongo que es algo normal en las relaciones los celos, igual todos dicen que el amor a veces duele.