Esta arrepentido, lo perdonare

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Johnny estuvo siendo indiferente varios días, pero luego empezó a llegar a mi casa con los ojos empapados de lagrimas, apenas podía hablar, se arrodillaba pidiéndome perdón. Jamás lo vi tan destrozado.

Empezaron a salirle ojeras, se puso mas pálido de lo que era, ya no se reía y en la hora del almuerzo apenas comía. Hasta sus amigos motociclistas se veían preocupados, intentando animarlo. Yo hacia vista gorda, de todo. Me preocupaba Johnny, pero debía olvidarlo por mi bien.

Un par de veces chocamos al ir a nuestras clases. 

-Hola.- me decía.

-Hola- contestaba.

Y luego cada uno iba por su lado. A veces moría de ganas de mirar atrás y ver si Johnny también lo hacia, pero nunca lo hice, mas que nada porque sentía su mirada en mi espalda y no quería tener que volver y encontrarme con esos ojos azules que aun me hipnotizan. 

No soy un chismoso, pero incluso a lo lejos escuchaba a los amigos de Johnny.

-Me preocupa Johnny, no ha ido al dojo en semanas, el Senshei Kreese esta furioso, y yo creo que hasta preocupado aunque no lo demuestre.

-A mi también me preocupa él...

Y luego me iba, no quería escuchar nada que tuviera que ver con Johnny. Pero la verdad me preocupe por él, aun si no quería. 

Un día lo espíe en su casa, vi por la ventana de su cuarto que lloraba sin cesar, abrazando la almohada, y no pude evitar sentir lastima para después irme.

Lo mas intenso fue que me asuste cuando me llego una carta en mi casillero. Sabia que era de él, y gracias a Dios no la tire. La carta había aparecido un día que Johnny no asistió, seguro la había dejado el día anterior cuando ya todos se habían ido.

«Danny:

Gracias por este tiempo maravilloso que estuviste junto a mi has sido lo mas hermoso que he tenido en mi vida eras mi luz en mi vida tan oscura. 

Fui un imbécil y créeme que si pudiera regresar el tiempo lo haría diferente te mereces al mejor hombre que exista no un imbécil como yo y entiendo porque no quieres regresar conmigo no lo merezco yo se que durante estos dias has estado pendiente de mi y no has prestado atención a lo demás, pero no te preocupes ya no tendrás que preocuparte por mi.

Voy a irme para siempre y solo quería despedirme de ti, de la única persona que realmente me ha importado.

Para cuando leas esto ya me habre ido, sin ti no se vivir sin ti no quiero vivir y no me imagino mi vida si no estas tu en ella asi que sera lo mejor, ya no puedo vivir con este dolor.

Adios Daniel espero que seas feliz.»

   

Corrí lo mas rápido que pude y salí de la escuela sin importarme nada más. 
Tome mi bicicleta y fui sin parar hasta la casa de Johnny, no me importó entrar como loco a la gran mansión que tenía Johnny por hogar, yo sabia que a estas horas su madre y su padrastro no estaban, y que no tenían sirvientes que estuvieran en la casa, solo compraban un servicio de limpieza una vez al mes.

Corrí por todo el lugar, abrí todo puerta que encontré, pues nunca antes había entrada a la casa de Johnny y no sabia donde estaba su habitación. Mi corazón latía con mucha intensidad, hasta me dolía el pecho y podía escuchar el sonido de mis latidos de lo fuerte que eran. Estaba en pánico total, y muy ansioso, no era por miedo a que alguien me encontrara ahí, o porque fuera la primera vez sus entraba, sino porque tenía abrir una puerta y ver el cuerpo sin vida de Johnny.

Por fin encontré lo que buscaba al abrir una puerta al fondo del segundo piso. Para mi suerte Johnny estaba vivo, pero estaba parado sobre una silla y una cuerda atada al techo le rodeaba el cuello. Volteó a verme, y me encontré con esos ojos, esos hermosos ojos azules claros, que muchas veces me habían hipnotizado, ahora eran oscuros, sin pisca de esperanza ni felicidad, una mirada triste y vacía había remplazado la mirada cínica y burlona que recordaba en el rubio. Vi que tenía un par de lágrimas cayendo de sus lagrimales, pero se veía en sus mejillas que no eran las únicas que había sacado.

-N-no...no me atreví... -me dijo en un hilo de voz. Corrí a donde él y lo ayude a quitarse esa cuerda del demonio y lo baje de las silla en donde después lo senté.

Se veía calmado mientras lo ayudaba a no matarse, pero en cuanto se sentó empezó a llorar a mares.

Yo tampoco pude aguantar y empecé a llorar como nunca antes, llore más fuerte que incluso las veces que Johnny me había golpeado.

-Lo...lo siento.... -me decía.

Entonces me abrazo como si quisiera aferrarse a lo más cercano que tuviera cerca, y yo le correspondí.
Lloraba en mi hombro y yo lloraba en el suyo.

Duramos varios minutos que parecieron horas, hasta que Johnny recupero la capacidad de hablar.

-Perdóname, por favor... Perdóname.- yo no sabia que hacer, si lo perdonaba implicaría que tendríamos que ser al menos amigos, y no estoy seguro de  que eso era lo que quería el rubio idiota que tenía en mis brazos. -Vuelve conmigo por favor... Prometo cambiar, esta vez enserio.- se separó de mi y tomo la cinta negra delgada que tenía en sus cabellos dorados, y me la entregó. -Es una promesa.

Ahí la tenía, esa cinta negra que Johnny solía llevar, la tenia en mis manos.

-Es tuya...- me dijo -para que siempre recuerdes que te amo.

Y caí otra vez, abrace a Johnny con todas mis pocas fuerzas y me acerqué a su oído.

-Volvamos...- le dije en afirmación de que lo aceptaba de nuevo como mi novio y le di un pequeño beso fugaz en la mejilla.

No Vales Más Que Yo (Daniel X Johnny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora