Me toco y yo no quería

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Las cosas con Johnny siguieron como sí nada hubiera pasado, como sí nunca me hubiera traicionado.

No sabía que sentir, pensaba que Johnny se avergonzaba de mí. Y lo entendía, nós atacarian a ambos sí se enteraran que somos homosexuales. He visto en las noticias como gente como Johnny y yo, salen a las calles a exigir respeto y derechos, a veces quisiera que mi novio y yo fuéramos igual de valientes que ellos, pero sé que yo siempre seré un cobarde, es algo que Johnny me ha dicho.

Él seguía visitándome, y teníamos sexo en mi cuarto casi a diario.

Yo fingiá los gemidos y para poder correrme y engañar a Johnny, me imaginaba a un chico guapo sin camisa de una revista de mi mamá, sentía que podía hacerlo con cualquiera menos con Johnny.

Sus caricias ya no eran cálidas y satisfactorias, eran frías y llenas de dolor.

Johnny sabía que algo en mi había cambiado y me empezó a comprar de todo, a veces eran cosas simples, como casets de música y otras veces cosas muy caras que ni mi mamá podría pagar. Me cumplia cada capricho que le comentaba, me compraba de todo, incluso si no las necesitaba.

Cuando me daba algo siempre trataba de no aceptarlo, pero me daba un beso en la mejilla y me pedía que lo tomara. Trate incluso de regresarle todo, pero él nunca accedió.

-Quiero que mi Danny tenga todo lo que necesita y todo lo que quiera.- solía decir.

Las cosas parecían haber cambiado de dirección, parecía que iban mejorando. Pero yo creía que sólo era una ilusión, ponerle una curita a una herida de bala.

Un día explote contra Johnny, le dije que ya estaba harto de sus regalos, estaba harto de que no quería hablar de lo que me hizo.

-Daniel, tú siempre has sabido perdonarme...- dijó en lágrimas.- ...y yo sé que tengo un gran ego... sé que no te he tratado de la mejor manera, cualquier persona ya me hubiera dejado, pero tú no... y de verdad, sólo quería compensarte, porque eres la mejor persona del mundo y te mereces lo mejor, y quiero darte todo lo que mereces...

No podía soportar ver a Johnny llorar por mí, sentí culpa, yo era un estúpido por tratar así a Johnny, ¿en que pensaba?

-Tú eres más de lo que merezco. - le dije y lo besé. - Quiero pasar el resto de mi vida contigo Johnny. - y eso era verdad, me di cuenta que amaba mucho a Jonny.

-De verdad te amo Danny.

Los días pasaron y cuando creí que todo seria mejor tuvimos una pelea. Mi mamá no estaba en casa por asuntos del trabajo, solamente eramos Johnny y yo.

Estaba molesto porque Johnny sólo venía a mi casa para cojer y estaba cansado de eso, ¿no podíamos hacer otras cosas para pasar el tiempo juntos? Jonny se enojo conmigo porque ese día no quería follar.

Estaba muy molesto con él, no me escuchaba nunca, y estaba apunto de echarlo de la casa, porque no quería ni verlo, pero entonces me pego en la mejilla y caí al suelo. Luego me arrastro hasta mi cuarto.

-¡SUÉLTAME! ¡SUÉLTAME!- le gritaba.

Una vez leí que cuando sufrimos algo horrible, tan horrible que no queremos recordar, nuestro cerebro por su cuenta bloquea recuerdos dolorosos para intentar olvidarlos y no pensar en ellos. Una manera de autodefensa. Pues fue lo que me pasó.

No sé bien como o que fue lo que pasó sólo puedo recordar la puerta de mi habitación cerrándose y yo suplicando.

-¡JOHNNY PARA!- gritaba con cientos de lágrimas cayendo en mis mejillas.

-¡Cállate que sé bien que te gusta!

-¡BASTA! ¡Para por favor Johnny! ¡Para! ¡PARA!

Luego todo lo demás está borroso, cada vez que intento recordar como fue que me abuso Johnny la cabeza me empieza a doler.

Cuando él se había ido por fin, fue cuando mi mente regresó a mi cuerpo. Me di cuenta que tenía arañazos y mordidas por todo el cuerpo, tenía una marca delgada y de color morada al rededor de mi cuello, me dolía la garganta, tenía marcas de haber sido golpeado con un cinturón, en mis mejillas aún sentía lo húmedo de mis lágrimas, incluso saliva que creó que me había escupido Johnny; mis sábanas estaban manchadas de sangre de mi trasero, por mis piernas escurría todo el semen que había dejado Johnny preñado en mí. Y lo peor de todo es que no sabia ni podía recordar, que es todo lo que me había hecho Johnny.

Mi mamá no regresaba todavía, me dispuse a limpiar mis sábanas y me puse una bufanda, maquille algunas marcas con la base de maquillaje de mi mamá y trate de que pareciera que nada había pasado durante su ausencia.

Ella no notó nada raro cuando llegó. Y yo actue como si nada hubiera pasado.

Al día siguiente en la escuela pase las primeras horas con tranquilidad, pero luego me encontré con la persona que menos quería ver.

Cuando vi a Johnny mi cuerpo empezó a temblar por si sólo, yo tenía miedo, le tenía miedo a él, más bien, estaba lleno de pavor. Mi respiración dejo de ser normal, sentía que estaba al borde de las lágrimas.

Entonces Johnny me sostuvo hasta los baños. Quería soltarme, gritarle, alejarme, pero me había quedado congelado, mi cuerpo no se movía, no respondía.

Al llegar a los baños (que extrañamente siempre estaban convenientemente vacíos) Johnny sólo me abrazo con fuerza.

-Jamás lo volveré a hacer... -susurro en mi oído. Pude percibir dolor en su voz, tanto como el que yo había sentido ayer.

Luego de un rato de su abrazo me empece a calmar, mi cuerpo volvía a acostumbrarse al tacto de Johnny, el miedo se había ido, o eso creía.

No podía pensar en nada más que en Johnny abrazándome. Sabiá que estaba haciendo un pacto con el mismo diablo, pero después de todo le tenía confianza a Johnny, y la confianza es un voto de disfrutarlo aunque luego salga mal.

Iba a disfrutar los buenos momentos miéntras duraran, porque tener a Johnny era lo mejor de mi vida.

No Vales Más Que Yo (Daniel X Johnny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora