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"Un zombi siempre debe odiar a su enemigo."

Un par de días después...
.

Atardecia en la tétrica ciudad de Zomburbia.
Nuestro zombi soldado se encontraba solo en una de las salas de un hospital zombi, acostado tranquilamente en una camilla. Había tenido un problema con un grupo de carnívoras qué habían cruzado la frontera, lo acecharon mientras caminaba tranquilamente por una calle. Pero por suerte, Tyler andaba con él y lo pudo salvar a tiempo, llevándolo rápidamente a un hospital cercano.

0-48 siempre tuvo mala suerte con las Carnívoras. A veces él mismo dice de qué es un "Imán de Carnívoras".

Afortunadamente, gracias a los cuidados qué le brindaron, se mejoró bastante rápido de las mordeduras de Carnívora que tenía alrededor de todo su cuerpo.
El soldado estaba esperando el reporte de los doctores para ver si le daban de alta.

En ese momento de soledad y silencio, se colocó a pensar sobre el impacto que le generó esa emboscada de carnívoras hambrientas. El soldado aún se mantenía aterrado por esa situación tan impactante. Sin duda, las carnívoras eran una de sus mayores pesadillas.
Pero, al pensar una y otra vez en ese mismo acontecimiento, llegó a recordar aquella misión en Arenas Arenosas.
Esa girasol, que se veía tan delicada y pequeña se convirtió en un monstruo de un segundo a otro, casi derrotándolo en el acto.
0-48 sintió vergüenza al recordarlo.
La mayoría de su equipo, riéndose de él durante todos estos días, recordándole una y otra vez esa girasol y su debilidad por casi morir contra ella.

Se levantó de su camilla lentamente, para después mirar y caminar hacia la gran ventana de la habitación. Se apoyó en el marco de la ventana y quedó observando fijamente el tétrico paisaje morado y violeta que se veía al otro lado del cristal.

...Esa Girasol me las va a pagar... —Pensó el soldado con una expresión casi neutra. Entrecerro los ojos y suspiró.

¿Soldado? —0-48 escuchó atrás suya una voz familiar. Era su compañero Tyler. Estaba en la puerta, mirándolo con preocupación.

Ah... Hola Tyler.. —Saludo el soldado un poco desanimado.

Tyler se adentró a la habitación con una sonrisa. —...¿Qué tal te encuentras? —Preguntó en tono amable y bajo mientras se acercaba al lado de su amigo.

Oh, um... Estoy bien. Los arañazos y mordeduras ya no las siento por el pringue. —Le respondió, mirándose las notables marcas de dientes que quedaron en su brazos verdosos.

¡Ohhh! ¡Qué alegría! —Tyler se mostró enormemente feliz.

Je... Sí... —Dijo con desgana.

Aunque... Me imagino que fue algo traumática esa situación... —Mencionó el científico al notar la voz vacía de su amigo.

0-48 quedó en silencio por un momento.

Un poco. —Respondió 0-48 con un tono neutro.

Deberías dejar de ir cerca de la frontera. Es normal que las plantas crucen y hagan ese tipo de travesuras. —El científico fue directo con su consejo. No era la primera vez que le sucedía eso al soldado.

Creo... Creo que tienes razón. —El soldado se dio cuenta del peligro que suponía ir a esos lugares.
Por extraño que parezca, a 0-48 le gustaba pasear por las cercanías del sector planta. Le agradaba el ambiente pacifico que tenían.
Pero por desgracia suya, le era imposible cruzar por la vigilancia planta.

💀🌿𝗦𝗲𝗻𝘁𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗣𝗿𝗼𝗵𝗶𝗯𝗶𝗱𝗼𝘀🌿🌻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora