¿Primera vez? Capítulo 24.

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Este capítulo se lo quiero dedicar a una persona que ayer alegró mi día con un mal chiste y que hoy me ha hecho ver otro lado de la vida (aunque no creo que se haya dado cuenta de eso) haha, gracias :)

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POV Lauren

Camila y yo habíamos concordado pasar la noche en el club y aún tenía que ingeniármelas para que mis padres y los suyos no se dieran cuenta, y por más que pensaba nada se me ocurría.

– ¿Estas bien? –mi hermana preguntó mientras iba impulsando su silla.

Seguía sin poder caminar más de cuatro pasos sin cansarse.

–Sí –pensé –No –seguí pensando –No sé, es que… –no sabía si hablar del tema con mi hermana era correcto.

–Dime, tal vez pueda ayudarte –la escuché decir justo cuando nos paramos frente a un pequeño lago.

–Es sólo que quiero pasar la noche con Camila aquí pero no sé qué excusa inventar a nuestros padres para que no se den cuenta –ella no dijo nada pero puso su semblante para cuando estaba pensando en algo.

–Diles que nos quedaremos las tres, pero claramente ustedes rentaran una cabaña adicional –esa parecía ser una buena solución, sin embargo había un inconveniente.

–Pero no podría dejarte sola –a pesar de que Taylor no había tenido ningún ataque ni nada parecido, no podía dejar a mi hermana sola.

–Pues la Nana puede quedarse conmigo –ella miraba hacia el lado derecho de donde estábamos, al dirigir mi mirada a donde ella lo hacía pude ver a Marie y a Camila conversar muy animadamente.

– ¿Crees que ella esté de acuerdo? –hice una mueca y mi hermana asintió, me miró y me regaló una sonrisa.

–Yo hablaré con ella –puso su mano sobre mi antebrazo y sonreí.

–Te quiero Tay –la abracé y sentí como sus brazos rodeaban mi cuerpo con un débil intento de ser un fuerte abrazo.

–Y yo a ti Lau, nunca olvides eso –la repentina melancolía en su voz me provocó una triste sonrisa. Tenía miedo de que se refiriera a su enfermedad.

–Nunca lo haré pequeña –besé su mejilla.

–Camila, no creo que debas hacer eso –escuchamos a una mediana distancia de nosotras.

Sí, Camz perseguía a un pato que parecía estar aterrorizado con la alegría de mi novia.

–Es divertido Nana –decía mientras seguía tras el ave.

–Es como una niña –dijo entre risas mi hermana y no pude sonreír.

–Es cierto y adoro eso de ella –susurré aunque sabía que mi hermana me había escuchado.

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