NODUS TOLLENS (BL/Crossover)

10: El silencio de Sesshomaru. Parte 1.

Cuando me desperté, no vi a la mujer y ya era hora de nuestra parada. Intenté empezar una conversación con Sesshomaru, pero no me contesta, era como si me estuviera ignorando a propósito, ¿estará enojado? Bueno, supongo que lo traté como a una mascota malcriada para poder dormir, no me sorprendería en que se sintiera ofendido. Le pregunté qué era lo que le sucedía, pero tampoco me miró, era como si no existiera y eso me irrita de sobremanera.

Imité el silencio, ya que supuse que Sesshomaru necesitaba su espacio para poder pensar con claridad las cosas.

Fuimos recibidos por Nanako, quien había preparado un estofado para mí, ya que Sesshomaru pasó de largo y se encerró en su habitación.

—¿Sabes qué es lo que le ocurre a Sesshomaru? —pregunté mientras comía el delicioso estofado.

—El amo no es alguien que hable sobre sus problemas, ni con sus tutores. Pero de seguro que está presentando "esa etapa".

Me pareció muy curioso ello, no sé a qué etapa se refiere, pero me despierta la curiosidad, no creo que sean etapas de apareamiento, ya que los daiyokai no presenta celo de manera cíclica, ya que ellos deciden cuando sí y no aparearse para tener descendencia, así que no tienen esa época que otros yokais comunes poseen, —bueno, en su gran mayoría— tampoco creo que eso involucre a que esté tan callado.

—¿A qué se refiere con "esa etapa", señorita Nana? 

—Bueno, supongo que los humanos le llaman secuelas, es algo que empezó a presentar después de su último tutor.

—Qué ocurrió con su último tutor?

—Es algo que solo el amo tiene permitido decir, pero créame, ese tutor era todo menos sutil —me dijo con un cierto aire severidad.

Recuerdo que hubo casos de tutores que abusaban de sus pacientes, ya sea maltratarlospsicológicamente o de manera física, la OCSNH tomó cartas en el asunto para evitar este tipo de incidentes. Juuri Kuran junto a su esposo y cuñado empezaron a crear una ley en contra del maltrato injustificado hacia las criaturas místicas, ya sean nacionales o extranjeras. Pero me pregunto, ¿qué hizo ese tutor anterior? Es cierto que encontró resultados positivos en la conducta de su paciente, pero ¿cómo fue capaz de dejarle secuelas a un daiyokai? Según los estudios, los daiyokai son muy fuertes de manera psicológica, ya sean que pasen por un trauma que enloquecería a un humano, como violaciones, maltrato físico, entre otras cosas.

—Bueno, supongo que es algo que tendré que saber más adelante. A los tutores se nos obliga estudiar psicología, veré en qué puedo ayudar.

—El amo suele encerrarse por completo, pueden pasar días en que se niega a salir, ¿actúo de manera agresiva con usted?

—No, solo fue con una mujer llamada Izayoi.

Nanako apretó los labios, como si supiera algo.

—Ya entiendo, él no actuó así por la etapa —declaró y luego quiso añadir—: La señora Izayoi es la esposa del padre del amo, legalmente sería su madrastra.

No pude evitar asombrarme y a la misma vez sentir que todo tenía sentido, la sacerdotisa Kagome mencionó en que Sesshomaru había cortado lazos con su familia, me imagino que ve a la progenitora de su medio-hermano como una intrusa.

—Muchas gracias por aclararme las dudas.

—No hay de qué, joven Kiryuu.

Me encontré a Sesshomaru en la biblioteca, parecía leer un poco sobre historia, la que involucraba emperadores, religiones, etapas que pasó Japón en la primera y segunda Guerra Mundial, me imagino que quería ocupar su mente. Le pregunté si me podía sentar con él y no me respondió, parece que sigue enfadado.

—¿Acaso hice algo mal? Quiero que me lo digas para poder disculparme apropiadamente. —Siguió ignorándome—. ¿O quieres que me humille? —Por fin levantó la mirada de su libro—. ¿De verdad quieres que me humille? —pregunté con incredulidad, solo había sugerido por broma, no lo había dicho enserio—. Verás, yo no tenía idea en que esa mujer era tu madrastra, si me lo hubieras dicho, hubiese propuesto en cambiar de asientos...

Sesshomaru se levantó de golpe, tan de repente que me asustó, por poco y sentí que iba a romper algo.

—Esa mujer no es nada mío —recalcó con voz ronca y bastante amenazante.

—Cálmate, Sesshomaru, podemos hablar de manera tranquila sobre el tema.

—¿Hablar? No tenemos nada de qué hablar. —Este Sesshomaru es diferente a la persona respetuosa que conocí desde un principio.

—Pero veo que es algo que se tiene que hablar con claridad. —Sesshomaru pasó por un lado de mí—. Sesshomaru, espera. —Iba a sujetarlo de un brazo, pero me tomó la muñeca con fuerza.

—Dije que no tenemos nada de qué hablar.

Mi muñeca duele por la presión, menos mal que la suelta y se larga de aquel lugar. No puedo creer que haya pasado de ser un caballero bien portado, a ser una persona que es capaz de herirme con esa mirada y esas palabras llenas de ira.

No sé qué es lo que tengo que hacer, tan solo pido que Sesshomaru vuelva en sí para que podamos hablar.