Estoy aquí.

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Por fin habían terminado las clases, era Lunes y nuestra azabache se dirigía al baño antes de salir del instituto. Llevaba dos horas aguantado las ganas de ir gracias a Hange que había estado más imperativa de lo normal, al llegar notó que estaba solitario, entró e hizo sus necesidades, cuando estaba terminado de lavar sus manos escuchó un llanto proveniente de el primer cubículo.

-¿Estás bien?-preguntó después de dar dos toques en la puerta.

-S-sí.-la voz de la persona se le hizo familiar, debía ser ella.

-¿Sasha?-Mikasa pensó que al volver la castaña sería de las primeras personas en acercarse a ella pero no fue así, de alguna forma la evitaba.

-No... bueno... sí.-la chica castaña abrió la puerta, sus ojos estaban rojos y algo hinchados de tanto llorar. Sasha se abalanzó sobre la azabache llorando a mares.

-Sasha... ¿qué sucede?.-la oji gris dirigió sus orbes al interior de el baño, habían unas pastillas en el suelo.

-Mikasa.-la castaña no paraba de sollozar. Intentó calmarla correspondiendo el abrazo y además acariciando su cabeza con suma delicadeza.

-Cálmate... cuéntame qué es lo que tienes.-Sasha se tranquilizó un poco y levantó su rostro aún con lágrimas en los ojos.

-¿Crees que estoy gorda?-la azabache se entristeció completamente, se preguntaba qué malnacido era capaz de dejar a Sasha en este estado.

-Claro que no Sasha, ¿quién te dijo esa mentira?-la tristeza se convirtió en enojo.

-Na-nadie.-La castaña intentó no flaquear ante la azabache que la observaba duramente pero falló.-prométeme que no harás nada.-Mikasa asintió no muy convencida.-fue... Annie.-dijo el nombre de forma casi inaudible pero la azabache escuchó perfectamente, la Annie que ella conoció jamás diría algo como eso, pero después de todo se equivocó al pensar que la conocía bien.

-Bien.-se calmó un poco, juntarse con la arpía de Hitch tuvo sus consecuencias.-Mírame Sasha.-la chica obedeció aún afligida.-Que te importe una mierda lo que los demás digan o piensen de ti... tal vez Annie ya no sea la misma pero yo estoy aquí... para ti.-Sasha abrazo con fuerza a la azabache.

-¡Mika, te extrañé mucho!.-Mikasa pensó en que la castaña se mantenía igual, cosa que le agradaba indudablemente.-Y-yo no sabía si hablarte o acercarme porque me dijeron que no eras la misma y por eso tenía miedo.

-Tranquila, podremos cambiar nosotras pero nuestra amistad no.-la castaña lloraba pero esta vez era de felicidad por recuperar a una amiga tan valiosa.

-Tienes razón.-el bonito brillo que vivía en los ojos de Sasha volvió.

-Ahora...-la azabache pasó por un costado de la castaña en dirección a el inodoro, recogió las pastillas lo que hizo que la castaña se tensase.-¿Para que son?

-Son... son.-Mikasa la observó de una forma fría, Sasha tuvo miedo por unos segundos.

-Para vomitar.-la azabache las botó a la basura y volvió hacia la castaña que estaba temerosa ante la actitud de Mikasa.

-Debes prometerme algo.-tomó a la chica por los hombros.-Nunca volverás tan siquiera a ver esas pastillas.

-¡Lo prometo!-Mikasa hizo un leve gesto en forma de sonrisa que le dió a entender a Sasha que aún era tan serena como siempre, el celular de la castaña vibró en ese momento.-Conni me espera afuera... pero antes de irme... ¡Debemos salir a comer!. Conocí un nuevo restaurante, es genial, te encantará.-Sasha habló emocionada y con una sonrisa en su rostro, la azabache sabía que aquella sonrisa se debía a que en la anterior frase se mencionaba comida.-Yo te llamo ¡nos vemos Mika!-abrazó una última vez a la azabache y se marchó.

Luz de luna. ~RIVAMIKA~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora