02| TÚ

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  Impactada y petrificada; esas son las palabras que me describen a la perfección en este momento al ver a Lucas Holt, de pie, en mi sala de estar

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  Impactada y petrificada; esas son las palabras que me describen a la perfección en este momento al ver a Lucas Holt, de pie, en mi sala de estar.

  Él también se impresiona al verme, aunque una pequeña sonrisa traviesa se instala en su rostro, y hay algo en ella que no me agrada del todo.

—Oh. Hola, Sara —Saluda amablemente, o eso me pareció.

  Iba a seguirle la corriente pero, papá reaccionó al oír que me había llamado por el nombre equivocado, y lo echó a perder.

—Disculpa, muchacho, pero creo que la has confundido con alguien más porque, ella es mi hija. Mia, Mia Jussieu.

  Oh, la ironía.

  Llevo mi mano derecha a la frente en señal de frustración.

  Esto me pasa por mentirosa.

  Observo la cara llena de satisfacción de Lucas.

—Pero me dijiste que te llamas Sara —dice señálandome acusatoriamente, pero con clara diversión en sus ojos.

  Mis ojos casi se salen de órbita al escucharlo.

  Estás disfrutando esto, Holt, lo estás disfrutando.

—Bueno, sí. Me llamo Mia, y ¿tú eres...? —pregunto, como quien no quiere la cosa para que papá no sospeche nada, pero claro, el mal humor de Lucas deja mucho que desear.

—Tú sabes muy bien cómo me llamo —respondió de forma mordaz, dejando de lado su sonrisa traviesa de hace un momento.

  No quise seguir ahí prestándole atención porque:

1) No quería discutir delante de papá.

2) Todavía no había terminado de arreglarme.

  Dejé de mirarlo y me concentré en mi padre.

—Papá —Lo llamé—, ¿puedo ir a mi habitación para terminar de arreglarme? De lo contrario, llegaré tarde a la fiesta.

  Él dudó por unos segundos, mirando de Lucas a mí, pero al final aceptó.

—Claro —respondió.

  Le dediqué una mirada neutral a Lucas, sin embargo éste desvió su rostro. No le tomé importancia y me encaminé a mi habitación.

  Ya en ella me dispuse a maquillarme; cuando ya estaba por terminar recordé que el bolso que decidí que sería un perfecto acompañante para mi atuendo, lo dejé olvidado en casa de Queen, mi mejor amiga. Por suerte para mí, ella vive al lado de mi casa.

  Dejo mi maquillaje a medias, tan solo falta embellecer mis labios y listo, pero eso lo haré al regresar de la casa de mi amiga.

  Ya bajando las escaleras encuentro a papá de brazos cruzados al pie de estas.

El chico de al ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora