[Capítulo narrado]
¿Quién lo diría? Era el día de la graduación y mientras todos usaban sus atuendos elegantes, Isaac Novak traía puesta la sudadera blanca que Ryan le regaló tiempo atrás, cuando le enviaba notas. 'Not giving in' se leía en la parte frontal de ella, porque cuando Ryan se la dejó, no pensaba ceder.
A pesar de haber detenido su rutina de notas en el casillero, Ryan aún se detenía a observarlo de vez en cuando, sin expectativa, pero con esperanza de algún día ver la prenda acomodarse a la figura del chico. El día tardó unos meses en llegar, y Ryan Newman no sabía cómo acercarse a confirmar la tregua, así que sólo lo miró ser, lo vio sonreír para las fotografías, lo vio abrazar a sus amigas y saludar formalmente a sus maestros y maestras, lo vio ocultar el bostezo durante el discurso de generación, y finalmente, lo vio feliz junto a la rubia (ahora platinada) que abría la puerta roja con la que en ocasiones soñaba.
De forma inesperada, la mujer le regresó la mirada, y le brindó una de esas sonrisas tristes, sinceras, como si supiera que aún existía dolor en él por la ausencia de su hijo en su vida, como si pudiera ver también su corazón agrietado y sintiera pena por él. Ryan intentó sonreír de vuelta, derramando una solitaria lágrima sobre su mejilla; la secó y se dio la vuelta, preparado para saltarse la gran fiesta y regresar a casa con sus perros y envolverse en mantas cómodas. Empezó su camino, listo para lamentarse un día más antes de tomar las riendas y finalmente dejar ir por completo la idea de una relación con el chico de sonrisa bonita, ojos tristes y afección por los clichés románticos que él difícilmente encontraba identificables.—¡Hey, Ryan, espera!
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Hoodies Boy.
Short StoryDónde Ryan usa sudaderas todo el tiempo. Sin importar el clima, Ryan trae cada semana una diferente, y con cada sudadera, una nota.