✨ Yong ✨

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Un día de mierda.

Después de una semana de briefing con un posible cliente, bares y restaurantes caros, presentaciones hechas a media noche y metas de tiempo, el muy hijo de puta, al reunirnos con el Director Creativo, dice que siempre no, que no siente agrado por la campaña y buscará otra agencia publicitaria que cumpla con sus expectativas. Desprecia a Kim&Partners, deprecia mí agencia. Pinche pendejo con dinero.

Luego con esperanzas de liberar un poco de éste jodido estrés, me dirijo al gimnasio por el que pago una suscripción mensual de dos mil dólares para acudir tres veces por semana. Al realizar mi rutina, la zorra de la instructora no puede joderme más coqueteándome durante toda la tarde, no contenta con que la ignore, se mete en las duchas y hace un esfuerzo sobrehumano por comerme la verga. Su rostro es de auténtica sorpresa al ser rechazada y amenazada con joderle la vida luego de informarle que soy la dueña de la compañía publicitaria del gimnasio. Pinche vieja zorra desatendida.

Pero al llegar a casa a pocos minutos de que caiga la noche, puedo por fin dejar mi maletín y quitarme el saco, dejándolo tendido sobre el sofá de la sala de estar, también me deshago de las zapatillas que me están matando y las dejo en mi sección para que Wheein las limpie antes de marcharse; odio que ensucien el suelo con tierra y huellas.

Camino hacia la cocina, esperando encontrar a mi ama de llaves, pero la planta baja de la casa parece silenciosa. Un sonido lejano acude mi oído, proveniente de la planta alta, hacia donde me dirijo. Al acercarme más y llegar al pasillo central, distingo el sonido como la bella risa de mi Byul. Solo con ese sonido angelical mis músculos se relajan y sonrío. Ella parece reír fuerte y luego habla bajito, vuelve a reír y todo se repite. Hasta que llego a su alcoba y asomo mi cabeza por la rendija de la puerta y veo a Wheein haciéndole cosquillas a mi nena y ésta se retuerce bajo sus manos; al hacerlo, la falda diminuta de su traje se levanta, dejando ver debajo del liguero sujeto a la ropa interior. ¡Dios! Sus piernas son magníficas.

El traje de cuerpo entero consta de muchísimo encaje en la falda que cubre apenas su bien dotado trasero, la parte superior es una fina seda con un recubrimiento de encaje, sin sostén, permitiendo a sus pezones marcarse en la fábrica. La espalda está casi expuesta a su fina cintura. Sus cabellos rebotan cada que ríe. Así se vestía cuando era una niña, y sus pechos y caderas no existían, pero cuando creció, no pareció nunca querer usar otro tipo de vestimentas. A mi no me molestaba, antes.

Me decido y abro la puerta con una gran sonrisa; atrayendo la atención de ambas mujeres. Mi nena se incorpora en la cama, de rodillas, y sonríe.

—¡Mami!— dice, extendiendo sus manos para recibir un abrazo, alzándola y poniéndola en pie sobre la cama.

—¿Cómo está la nena más bella del mundo?

—Muy bien, mami. El profesor de matemáticas dijo que saqué diez en mí examen. —Su sonrisa ilumina mi día y sus manos en mi cuello me hacen suspirar, olvidándome por completo de Wheein.

—Además de bella, muy lista. Te mereces un premio, mi muñequita. Veamos... ¿Qué tal algún helado en el centro comercial? —Ella sacude su cabeza riendo—. ¿No? Bueno... ¿Qué tal...? ¿Una tarde de compras? —Su cabeza se vuelve a sacudir—. Entonces, ordene, princesa, y yo he de cumplir.

Su sonrisa se ensancha y su boca se acerca a mi oído para susurrar un secreto. Al separarse yo asiento y le doy un beso en su pequeña nariz. La dejo en su cama y voy hacia mi habitación por el pasillo, pero Wheein me detiene de mi propósito.

—¿Señora?

—¿Sí? —digo, girándome.

—Siempre paso pendiente de todo lo que tenga que ver con la niña, y quiero comentarle que hoy encontré el oso de peluche grande muy... húmedo —dice ella, restregando sus manos unas con otras.

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⏰ Última actualización: Aug 24, 2021 ⏰

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Mommy's gonna give you love (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora