Elizabeth, una chica joven y con muchas ambiciones. Su objetivo: tener una gran empresa y enamorar al encantador Rodrigo Herrera. ¿Podrá conseguir ambas cosas? ¿O será tarde antes de que algo o alguien los separe?
Estaba bastante nerviosa, pero también muy entusiasmada.
Llegamos a la recepción, era un lugar increíble, bastante moderno, con acabados de madera y una fuente que se veía a los lejos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Llegamos a la sala donde iba a ser la reunión, al entrar me dieron una copa de vino, la verdad yo no tomo, el vino y yo no nos llevamos muy bien.
-Señorita Elizabeth, ¿quiere que le traiga mejor un vaso de agua?
-No, no te preocupes, me lo tomaré poco a poco.
Empezamos a saludar a las personas que estaban ahí. Estaba en señor Gerardo Ramírez, que es un increíble negociador de productos de cremas para el rostro. También estaba la señora María Gonzales, grande empresaria. El señor Álvaro Rodríguez, El presidente Alejandro López... en fin, un sinfín de gente de alto nivel que te dejaban boquiabierto con todo lo que decían y su conocimiento en comercio e innovación.
Casi acababa de presentarme con todas las personas que estaban ahí, solo me faltaban tres, y uno de ellos era el anfitrión de la reunión, su nombre: Rodrigo Herrera.
Estaba hablando con varia gente a su alrededor, así que era difícil poder verle la cara.
Un momento después, estaba caminando hacia las personas para poderlas saludar y hablar un rato con cada persona. Ahí fue cuando vi su cara, sus gestos y esa sonrisa encantadora.
Él se dirigía hacia el lado donde estaba, ya casi me tocaba poder saludarlo.
-Hola, usted debe ser la chica Elizabeth Silva, ¿no es así?
- ¡Wow, usted es muy guapo!, fue lo primero que dije. Él se empezó a reír.
Mi secretario solo se me quedó viendo con ojos de sorprendido y me dijo en un susurro
-Señorita, actúe normal y no haga halagos así.
-Le devolví el comentario con una cara de estar de acuerdo.
-Eres muy graciosa, me dijo.
-Perdóneme, pero realmente en más guapo de lo que se muestran en las fotos.
Mi secretario me dio un codazo sutilmente para que pusiera los pies en la tierra y no dijera las cosas impulsivamente. La verdad siempre he dicho las cosas como son, nunca las pienso mucho, sobre todo si una persona se me hace guapo o si no me gusta alguna actitud de ella o él, o simplemente que me caiga mal, le digo que no es de mi agrado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Él volvió a sonreír.
-Gracias por esa opinión que tienes de mí.
Después de eso, empezamos a hablar cosas de negocios y me dio algunos consejos para poder llevar mi pequeña empresa a un nivel más alto.
La reunión terminó, las conversaciones fueron de los más sublime e interesantes. Me despedí de todos, y me fui de ahí, pero antes de salir de la sala, voltee nuevamente donde se encontraba Rodrigo, lo miré y dije en mi cabeza, "Ese hombre será mío".
