¿Venganza o karma?

16 2 0
                                    

Sábado, 31 de octubre 10:15 p.m.

+¡Vinieron!-Expresó Damián en manera de saludo.

-Pues sí… Aquí estamos-Respondí con ironía y una falsa sonrisa.

+Pensé que no lo harían-Remedió.

~Sí… La verdad es que yo tampoco nos imaginé en esta fiesta-Comentó Megan, dibujando una extraña mueca en su rostro.

+Lucen preciosas, chicas.

-Gracias, como siempre-Respondí mostrando una sonrisa y encogiendo mis hombros.

★★★

-Ya te dije que no tiene importancia seguir discutiendo esto, Chad.

+Mi intención nunca fue hacerte daño a ti. En serio lo siento-Intentó reparar, haciendo que una sarcástica risa se generara en mí.

-¿Me dirás que tu intención nunca fue dañarme, pero sí a mi novio? ¿Te estás dando cuenta de la poca coherencia que contiene esta conversación, Chad?

+En ese momento Lucas y tú no eran pareja.

-Esa no es una excusa factible-Resoplé-Oye… Ya pasaron 7 meses desde aquello. Sin rencores.

+Bien.

★★★

Domingo, 1 de noviembre 1:18 p.m.

*Mensaje de Mía*

~¿Podemos vernos?
4:20 p.m.

-No quiero verte.
4:21 p.m.

~Yo sí. Necesito que hablemos.
4:21 p.m.

-No tengo absolutamente nada que
conversar contigo, Mía.
4:22 p.m.

~Ya te dije que yo sí.
4:25 p.m.

~Te enviaré una dirección. Te
espero allí.
4:25 p.m.

¡Demonios! Estaba en una abrumadora situación; si decidía ir al lugar en el que Mía me citó, perdería toda mi dignidad. Y si decidía no ir… No sucedería nada, ¡Pero vamos! ¿A quién no lo consume la intriga de vez en cuando? Decidí ir al lugar de la dirección. Bajé del coche y noté que jamás había estado en aquel sitio; era un espacio que a mi parecer tenía años abandonado, el suelo era de tierra árida, había troncos de árboles muertos. El ambiente era frío, lúgubre, espeluznante. No era uno de esos lugares en los que te reunirías con alguien a sólo “Charlar”. Y en ese momento, noté que algo iba mal.

★★★

Mía Towers

Domingo, 1 de noviembre 5:25 p.m.

Desperté de sobresalto. No sabía dónde estaba, ni cómo había llegado allí; me sentía asfixiada, no podía respirar con facilidad. Era un espacio muy estrecho y húmedo. Estaba como en un cajón de madera. Tuve la sensación de que algo se arrastraba por mi cuerpo. Comencé a gritar y patear el cajón, pero era insólito; nadie podía escucharme y yo comenzaba a desesperar. Sentí el bulto de mi celular en el bolsillo trasero de mi jean y lo saqué con dificultad. Sudorosa y con un mar de lágrimas descendiendo por mi rostro, logré desbloquearlo y bajar el brillo, pero al hacerlo observé grandes lombrices pasearse sobre mí y supe que estaba bajo tierra. Este no era mi celular, pero al menos tenía uno. Observé que sólo un número estaba registrado y no podía hacer llamadas a otros.

~¿Quién eres?
5:30 p.m.

-¿Quién eres tú?
5:31 p.m.

~Mi nombre es Mía Towers. Oye,
no sé quién seas, pero necesito
ayuda.
1:33 p.m.

-¿Qué sucede?
2:34 p.m.

~Estoy encerrada en una especie
de cajón. Creo que estoy bajo
tierra.
5:36 p.m.

-Llamaré a la policía.
5:36 p.m.

La recepción no era buena; los mensajes tardaban en enviarse, la batería del celular comenzaba a agotarse y la angustia me carcomía.

-Necesito que mantengas la
calma, ya le informé a la
policía.
5:45 p.m.

~No puedo respirar. Siento como
se agota el oxígeno.
5:48 p.m.

-Debes resistir, la policía está
haciendo su trabajo. Tú puedes,
Mía.
5:49 p.m.

~Es imposible que me encuentren.
Sólo tengo 2% de batería y no
habrá oxígeno por mucho tiempo
en este lugar.
5:51 p.m.

-Resiste.
5:52 p.m.

~¡Moriré!
5:55 p.m.

-Así es...
5:56 p.m.

~¿Qué?
5:57 p.m.

-Morirás.
5:58 p.m.

~No entiendo ¿Por qué lo dices?
6:00 p.m.

-Porque fui yo quien te encerró
allí.
6:03 p.m.

~¿Quién demonios eres?
6:05 p.m.

-Tu peor pesadilla. La persona
que te juro venganza y ha venido
por ella.
6:08 p.m.

~No tengo la más mínima idea de
quien seas, tengo dinero; puedo
darte todo el que desees. Pero
por favor no me dejes morir en
este lugar.
6:13 p.m.

Tu dinero no sanará todo el
dolor que has causado.
6:14 p.m.

El celular se apagó por la falta de batería, cayó sobre mi pecho mientras mi vista se nublaba y poco a poco dejé de respirar. Entonces supe que estaba muerta.

Odio, Dolor, VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora