Hay una manera extraña
en la que los seres humanos encajan.
Un lugar donde se refugian,
e intentan no perder la calma.Esa con la que nacemos,
que nos enseñan de pequeños.
Nos lo hacen creer hasta que fallecemos
y el olvido se vuelve nuestro enemigo.Somos expertos en mirar nuestras espaldas,
en cuidarnos antes que a nada.
Nos sentimos superiores por el simple hecho de ser diferentes,
cuando los animales son nuestros parientes.El odio nos inunda.
Lo tragamos de una
y no nos duele para nada,
cuando nuestro corazón se vuelve la balsa.No hay nada que aborrezco más
que no ver el sol en el ventanal,
el que se encuentra vacío,
llenando mi cuerpo de frío.Piedad piden todos al ser acusados,
mas toman en vano su significado.
No se puede juzgar al de al lado
sin primero habernos desnudado,contando cada pequeño detalle
que nos hace iguales.
Sé que mis palabras se perderán
entre estos libros que ahí están.Nadie lo verá mientras esté,
y nadie sabrá lo que viví.
Todos tenemos una historia que contar, ¿No es así?
Cuento la mía con el valor que armé.No todos la entenderán,
no a todos le gustará.
Ni siquiera yo lo hago,
hundida entre las lágrimas del lago.
