Capítulo 7 "Exposición de armas en casa"

1 0 0
                                    

Todos me miraban como si fuera un fantasma, la verdad es que asustaban bastante, tenía sin exagerar nueve pares de ojos mirándome atentamente.

-Hola...-dije asustada por su reacción.

-¿Como te encuentras?-Evan fue el único que habló mientras los demás asentían, como dándome a entender que todos querían saberlo.

-Pues bien, tengo ganas de entrenar, pero por lo demás todo bien-les sonreí con mi cara de ángel.

-Bueno, por suerte para ti en unos días podrás hacer de todo -esta vez fue el doctor quien habló.

-¿Entonces cuando me puedo ir a mi casa? -le pregunté al médico.

-Dentro de un par de horas, cuando comprobemos que todo está bien podrá firmar el alta e irse a su casa-el médico salió de la habitación sin decir nada más y acompañado por mis padres.

-¿Me podéis dejar a solar con Jack? -le pregunté a los chicos- os daré un abrazo enorme en cinco minutos.

Todos salieron por la puerta haciendo bromas sobre poner un temporizador y burradas por el estilo.

-¿Qué ha pasado Jack? Yo iba borracha pero no consumí ninguna droga, y el ultimo recuerdo que tengo es un tío pinchándome algo en la pierna y yo sin poder ver y hacer nada -lo miré como una inquisidora pidiendo respuestas.

-No lo sé, vi como un tío te llevaba en brazos por la puerta de atrás de la casa, pero el no era un invitado de la fiesta Ryn, tendría como unos veintiséis, bastante alto, moreno y de pelo castaño ¿Lo conoces? -me devolvió la misma mirada que yo le había echado antes.

-Claro que no, me dijo algo que no recuerdo pero su voz no me era conocida ¿Y como he acabado aquí?

-Te encontraron en la puerta del hospital las enfermeras, nadie sabe nada -me respondió mirándose las manos.

De repente los chicos entraron en tromba en la habitación, gritando que ya habían pasado los cinco minutos.

Estuvimos hablando sobre que habían estado haciendo estos días, que Thomas estaba muy cabreado conmigo, Bea me mandaba muchos besos y deseos de recuperación temprana.

-Ryn, te hemos traído un regalo para que te pongas bien pronto -dijo Alex extendiendo los brazos que tenía detrás de la espalda.

Y no había cosa más bonita en el mundo que la cantidad de tabletas Milka que había de todas las clases.

Entró el médico con los papeles del alta, mis padres me esperaban en la puerta; Me despedí de los chicos que tenían entrenamiento y me fui a casa, con mis padres.

En el trayecto en el coche veía las muecas que hacían cuando se miraban entre ellos justo después de mirarme, mi madre ponía caras raras cuando estaba preocupada, pero mi padre era más impasible y en este caso, tenía el miedo pintado en los ojos.

Cuando llegamos a casa nos sentamos en el salón y mi madre empezó su larga lista de preguntas.

-¿Qué ha pasado? ¿No te dije que no hicieras ninguna locura? Estábamos trabajando Aeryn y nos llama el hospital, en el momento menos oportuno de el mundo, para decirnos que nuestra hija esta en la camilla de un hospital con una especie de sobredosis rara ¿Qué es lo que se te pasa por la cabeza? -juraría que la vena de la sien le iba a explotar en cualquier momento.

-No fue culpa mía, salí el jueves porque nos invitaron a Jack y a mi a una fiesta en casa de un amigo del instituto, me cogieron como un saco de patatas y me inyectaron algo en la pierna, yo solo me había bebido un par de copas y un par de chupitos -era una verdad a medias pero eso ellos no tenían por qué saberlo.

Se miraron entre ellos con aún más preocupación que en el coche, se levantaron y se fueron a su cuarto a toda prisa cerrando la puerta tras de sí.

Vale, mis padres hacen cosas raras pero esto es demasiado hasta para ellos, obviamente fui tras ellos para ver de qué iba todo este rollo tan extraño, pero desde luego no esperaba ver a mi madre con las maletas en la cama, ni la habitación tal cual estaba, era totalmente otra distinta a la de mis padres de toda la vida, el armario era una exposición de ropa únicamente negra de cuero y chalecos antibalas, las estanterías ya no era de maquillaje o libros como siempre había sido, había una exposición de armas en toda regla en el cuarto de mis padres y yo no había sabido nada de esto en mi vida.

-¿Que... cojones? -tenía la boca más abierta que en toda mi vida, no podía creer lo que estaba viendo.

-Vale cariño, no empieces a flipar, danos un segundo que arreglemos un par de cosas y te explicaremos todo -dijo mi madre mirándome mientras recogía toda clase de armas, por lo que yo había supuesto.

Se acercó mi padre, que había permanecido mudo en todo momento, me abrazó muy fuerte y me miró a los ojos directamente cuando me dijo:

-Aeryn, nosotros nos dedicamos a transportar mercancías ilegales para una mafia, no a transportar pasajeros como te dijimos -no dejaba de mirarme y yo no podía hacer nada más que mirarlo a el mientras continuaba hablando- siento que te hayas enterado así, pero el chico que te hizo esto es de una de las mafias rivales que quiere mandarnos un mensaje; Desde luego tu no deberías haber estado metida en esto en ningún momento, pero las cosas están empezando a poner se complicadas.

-Vamos a vender la casa, compraremos otra nueva y necesito que te quedes en casa, que no salgas nada más que por el día, si quieres ver a tu amigos que vengan a casa, pero tú no salgas a la calle de noche; Esto es muy importante que lo entiendas, mantente siempre rodeada de gente y no te quedes sola en la calle nunca -me lo repitió por si a la primera todavía no me había quedado claro- Te queremos muchísimo y volveremos lo antes posible, te mandare la ubicación de la nueva casa por  Whatsapp y los de la mudanza vendrán para la hora de comer, por cierto, sabemos que estás yendo a ese gimnasio de boxeo, quiero que sigas entrenando y te puedas defender sola, pero ten mucho cuidado con todo.

Yo no era capaz de decir nada, ni una sola palabra salía de mi boca, solo me acerqué  a ellos y los abracé, como si esta fuera la ultima vez que los veía, tan fuerte que hasta yo misma me asombré de cuanto significaban de verdad mis padres para mi.

Los vi irse a toda prisa en el coche de mi padre, seguía en estado de shock, era medio día y decidí ir a ver a los chicos al gimnasio, ellos me ayudarían con esto.

Cerré la casa y me subí el coche de mi madre, hoy tengo que comprar algunas cosas que voy a  necesitar en la nueva casa y consejos sobre todo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 18, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Alas de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora