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En ese momento el pelinegro solo podía concentrarse en los calientes besos que el castaño repartía por su cuello teniéndolo preso entre sus brazos y la madera de la puerta luego de haber entrado al departamento del americano. El menor jadeo sorprendido al ser cargado como si nada por el contrario siendo llevado al final del pasillo donde suponía estaba la habitación del dueño del lugar

Fue distraído una vez más por los abultados labios que se adueñaban de cada porción expuesta de su piel, siendo reclamada con posesividad, el castaño parecia un animal en celo marcando su propiedad. Cuando menos lo imaginó había sido dejado sobre la mullida superficie de la cama regresando a la realidad a Jaehyun. En completo silencio, silencio roto por sus jadeos y bajos gemidos se desnudaron con premura apreciándose sin decir palabra alguna, tenían miedo de arruinar el ambiente.

—Johnny....

—¿Si?

—¿Quieres conocer el paraíso por unas horas?

—Claro, me parece bien.

Y con eso dieron por terminada su corta conversación, despojados de cualquier prenda el pelinegro abrió sus piernas a disposición del mayor el cual no tardó en tomar la invitación para tomarlo, llenó sus dedos de lubricante y los dirigió al agujero del menor donde introdujo su dedo índice dándo pequeños movimiento en su interior mientras apreciaba cada reacción contraria grabando las con fuego en su memoria. Con el paso de los minutos aumentaron los dedos hasta ser tres en total fingiendo embestidas en el estrecho interior del pelinegro que le sacaban gemidos bastantes altos haciendo sentir dichoso a el americano, le dio una sonora nalgada y al considerar que estaba bastante dilató procedió a retirar sus dedos.

—Si duele solo dímelo, yo me detendré, primero estas tú, luego mi placer.

murmuro el mayor abriendo la envoltura del condón, cubrió su pene con el látex y con la poca paciencia que le quedaba se acomodó entré las deliciosas piernas del menor, se alineó en ano y con lentitud le penetró sintiendo el caliente anillo de carne recibirlo apretándolo sin piedad pero dándole un placer que ya no recordaba, ¿Así de bien se sentía tener sexo? Realmente no recordaba. El castaño por momentos se detenía para dejar que el menor se relajara hasta que finalmente estuvo por completo en su interior que le envolvía a la perfección, caliente, estrecho nada mejor que eso. Comenzó con suaves embestidas tanteando el terreno de que tan rápido podía ir hasta que el pelinegro le miró fijo y le rasguño los hombros.

—Dios.... Más duro Johnny.

—Maldicion.....

El castaño gruñó en lo que elavaba las caderas del menor dando un mejor ángulo y sin hacerse el de rogar comenzó a embestir le sin piedad, duro, sin tacto sus más puros instintos sexuales dominando los como dos bestias salvajes en la cama. Cada que el mayor notaba al menor cerca del orgasmo se lo prohibía en lo que le re-acomodaba adoptando una nueva posición para dar mejor en la próstata del menor torturando lo con una pequeña sonrisa.

— Por favor.... Por favor...

—¿Mmh? No te entiendo cariño.

Jaehyun le dio un suave golpe en el brazo a el contrario, su pobre cuerpo ya no daba más, estaba sobreestimulado, a ese paso terminaría por desmayarse por lo cual hizo un pequeño puchero en lo que le rogaba con la mirada a el mayor para que le dejase llegar a su preciado orgasmo. El contrario a entender sus deseos solo asintió, el ya estaba en su límite también a lo cual masturbó lento a el pelinegro mientras seguía penetrándolo rápidamente sin piedad. No bastaron muchos movimientos hasta que el menor se vino acompañado de un largo gemido mezclado con un suave sollozo, ya no daba para más su pobre cuerpo; segundos después le siguió Johnny corriendose aún en su interior llenando el condón con su semen liberándose de meses de frustración sexual con el bonito chico que rápidamente había caído en brazos de Morfeo luego de extenuantes horas.

—Descansa Jae.

knocking on the door to heaven (JohnJae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora