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¿Cuantas veces había suspirado en ese momento? De seguro habían sido muchas por la cara de molestia que había puesto Irene, su secretaria, pero Johnny la entendía por qué el también estaría irritado en una situación así, pero amaba que la mujer frente a el fuera una vieja amiga suya y comprendiera su situación.

Claro, ya había pasado dos meses desde que Chittaphon, su ex novio lo había dejado por irse con alguien más con todo el descaro del mundo aceptando que llevaba tiempo saliendo con el chico, Johnny jamás creyó sentirse tan herido en su vida como se había sentido en aquel momento, se había asegurado de ser un buen novio en todo momento; atento, servicial, amoroso, jamás olvidaba las fechas especiales, siempre procuraba decirle cuánto lo amaba todos los días al despertar. No entendía en que había fallado para que lo traicionara de aquella forma tan cruel y dolorosa.

—John, esto te lo diré cómo tu amiga y no tu secretaría, deja de pensar en Ten, el no te valoraba, si lo hubiera hecho no te habría engañado de tal modo, no vale la pena llorar por alguien como el, ¿Entiendes?

El castaño suspiro viéndole decaído, ¿Como no sentirse mal? Había sido una relación de tres largos años, el había trabajado duro para poder darle lo mejor a su entonces pareja, pero el dinero no compra amor eso lo tenía claro, pero tampoco lo mendigaria, aún no se rebajaba a tal nivel. Miro a su amiga y secretaria dándole una pequeña sonrisa.

—Gracias Irene, tú siempre tienes las palabras correctas, firmaré lo que me pediste, puedes tomarte el resto del día, realmente no hay mucho por hacer.

Tomo la plantilla que le entrego la contraria, leyó todo en silencio y firmo, al menos tenía su trabajo para distraerse, le gustaba lo que hacía, no le era tedioso ni repetitivo, siempre había algo nuevo por hacer en aquella compañía de autos siendo el gerente de aquella sede, jamás se aburría, los trabajadores eran en su mayoría chicas y eran amables, claro ellas estando al tanto de su orientación sexual.

sacudio su cabeza y le devolvió el papel firmado a su secretaria que le se quedó viendo un buen rato hasta formar una maliciosa sonrisa en su bello rostro, apesar de estar cerca de los treinta seguía siendo tan bella como cuando estaban en la escuela.

—Tengo el plan perfecto para hoy ya que me darás el día libre, claro no puedes negarte por que te sacaré a patadas de tu casa.

—Dios, no hay necesidad de la violencia _comento entre risas el americano_.

—conozco un lugar, es muy genial, te gustará estoy segura de eso, haré que te olvides de ese mocoso de una vez por todas y vuelvas a ser el Johnny alegre que conozco, no el amargado que se la pasa suspirando y me tiene harta.

el castaño observó la firme posición de su amiga sabiendo que está no daría el brazo a torcer así que solo pudo reír un poco más y sentir con diversión a su propuesta, por que muy en el fondo aceptaba que necesitaba salir, pasarla bien y olvidar sus penas un rato.

—Muy bien, acepto.

knocking on the door to heaven (JohnJae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora