Capítulo 3

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Salgo de clase, me meto en el coche y me dispongo a pasar el finde en casa con mi padre y hablar con Andrew. Mientras conduzco repaso en mi cabeza los planes del finde con mi padre y  en las palomitas con emanems cuando vemos nuestro show favorito. Me viene a la cabeza que no he visto a Mason en todo el día, ni en clase, por el campus, ni si quiera incordiando en la cafetería. Mi mente vuelve a las palomitas con emanems y de repente comienzo a buscar las palabras adecuadas para hablar con Andrew.
No solo quiero dejarlo por tener la conciencia tranquila, es que este juego no sé qué puede suponer o hasta donde va a llegar.
Volviendo a lo que iba, no solo lo quiero dejar por eso sí no, porque no veo mucho futuro a esta relación ahora que no estamos juntos como en el instituto. Sus planes cuando termine la universidad es irse a Barcelona y los míos son ir a Madrid a estudiar maquillaje, interpretación, fotografía...no se, lo que me guste ¿Por qué tengo que decidirlo ahora sí todavía tengo que terminar la uni?
Él sueña con tener una esposa que le haga de comer cuando llegue cansado del trabajo, yo soy más de hacerme una pizza si no tengo ganas de cocinar.
Él sueña con tener cinco hijos. A mi me aterra dar a luz, de echo, si tengo hijos seguramente sean adoptados.
A él le gusta pasar todos los findes en casa y a mí me gusta salir de fiesta, ver a mis amigas, salir a pasear al aire libre y hacer fotos.
Para cuando termino de hacer mi lista mental de las cosas que nos siguen separando a Andrew y a mí, llego a casa y meto la llave en la cerradura, abro la puerta y grito un " ya estoy en casa" para que mi padre sea consciente de mi llegada. Sale de la cocina con un cigarro en la oreja y el trapo de cocina sobre el hombro, se dirige hacia mi con los brazos abiertos para abrazarme y darme un beso en la mejilla.
-¿ Me has echado de menos papá?- le digo mientras le quito el cigarro de la oreja y me lo coloco entre los labios para encenderlo.
- La verdad es que si, el barrio está muy tranquilo últimamente, aún que tenemos vecinos nuevos- me asomo por la ventana mientras le doy unos toques al cigarro para que se caiga la ceniza y miro la casa de al lado.
-¡NO ME JODAS! ¿Pero cómo es posible?- a través de la ventana veo a Mason con unas cajas y entrando en la casa de al lado. Salgo de casa con el cigarro en la mano, mi sudadera azul de los yankees con la capucha puesta, los pantalones largos grises del chándal y mis zapatillas de pelo rosa con conejitos.
-¿Tú eres mi nuevo vecino?- le pregunto mientras me acerco a él.
-¿Qué coño haces tú aquí?
-¿No, qué coño haces tú aquí? Esta es mi casa y tú por lo visto eres mi puto nuevo vecino.
- Y ahí está mi chica borde de nuevo.
- Déjate de tonterías. ¿Cómo es que ahora vives aquí?
- Yo sigo viviendo en el campus obviamente, la que se muda es mi madre y llevo desde ayer ayudándola con la mudanza- claro, por eso hoy no lo he visto en todo el día.
-Bueno, pues si necesitas algo ya sabes dónde está el timbre.
-Vale, gracias y...¡Me gustan tus zapatillas!- le doy una última calada al cigarro mientras me meto en casa y lo tiro. Aún estoy flipando.
Subo las escaleras hasta mi habitación, papá no ha cambiado nada de sitio, está todo igual que lo deje. La cama sigue hecha con mis sábanas de la Minie y sobre ellas apoyados sobre un cojín enorme rojo y de pelo suave, reposan cuatro peluches de cuando era pequeña. Cada peluche era una de mis amigas, me siento en la cama, cojo uno y empiezo a acariciarlo. Miro al frente y veo mi corcho lleno de fotos con mis amigas y de mi con los premios que he ganado, cojo mi teléfono y cuando me doy cuenta la voz de Eli suena.
-¡Hola tía!¿Qué tal por la uni?¿Cómo te va?- esas simples palabras hacen que me eche a llorar porque las echo muchísimo de menos.
-¡Hey!¿Qué tal estás?¿Estás por el barrio?- Eli es a la que siempre llamo y veo cuando me pasa algo tanto bueno como malo, vive a cuatro casas de mi y siempre íbamos juntas a clase. Echo de menos cuando tenía que esperar a que se echara su gloss favorito para que el chico que le gustase la mirara.
-Pues la verdad es que no, me pillas terminando de mudarme a mi campus, pero mañana vuelvo a casa, si quieres quedamos para el café - ahora mismo es lo que más me apetece, verla, abrazarla y darle muchos besos.
- Vale, pues cuando estés lista me avisas y paso a por ti.
Eli se despide con un "oki" y un "chao". Cuando cuelgo me acuerdo que tengo que hablar con Andrew y quitarme este peso de encima ya.
Le escribo un mensaje diciéndole que estoy en casa y que me apetece verlo, tarda en contestarme cinco segundos, perece que estaba  esperando que le escribiera. Me contesta con un" donde siempre" y le copio el "oki" a Eli.
Donde siempre es un sitio al que íbamos juntos de pequeños desde el que se ve una casa muy grande con piscina y que está abandonada desde entonces. Nos gustaba imaginar que vivíamos ahí con muchos niños y hacíamos fiestas juntos, como cambia la cosa cuando te haces mayor.
Me cambio los conejitos por mis Vans negras y grises, cojo las llaves de casa, un mechero, el tabaco y el móvil, lo meto todo en mi bandolera negra y salgo de casa con un cigarro en la boca, la capucha puesta otra vez y las manos en los bolsillos en plan malota.
Mientras llego al sitio voy disfrutando de las caladas que le doy al Camel lentamente. Cuando llego,  Andrew está esperándome sentado en una piedra, tiro el cigarro consumido ya y me siento a su lado.
Le doy un abrazo y el hace como el intento de darme un beso, pero yo lo esquivo y lo abrazo. Aún que ya no quiera estar con él, le tengo mucho cariño, como si fuese mi hermano.
- Bueno, ¿de qué quieres hablar?- me pregunta mientras me suelta, coloca las manos detrás de los hombros, estira las piernas y me mira.
- He pensado que lo mejor para los dos es dejar esto que tenemos. Yo acabo de empezar la universidad y me veo bastante agobiada, no me veo capaz de llevar mis estudios, mi pareja, mis amigos, el trabajo y mi casa a la vez. Hemos crecido y cambiado mucho, mis gustos ya no son lo que eran y los tuyos tampoco, es mejor que lo dejemos ahora y terminemos como amigos en vez de seguir juntos y terminar mal- me he quedado en la gloria.
- Si, tienes razón, yo quería decírtelo también, no por ti si no, porque ya no somos unos críos y las cosas cambian. No te preocupes está bien, si necesitas a un amigo sabes que estoy aquí- lo vuelvo a abrazar y le digo que yo también estaré para cualquier cosa.
Nos encendemos el último cigarro juntos antes de irnos, nos quedamos mirando la casa y empezamos a contarnos anécdotas de cuando éramos pequeños.
Empieza a anochecer y Andrew me acompaña a casa, Mason está sentado en su porche con una cerveza en la mano y otra a su lado apoyada en el escalón.
Andrew me desea las buenas noches y se va. Mason me levanta el otro botellín invitándome a bebérmelo con él.
-¿Qué tal el día?- me pregunta mientras choca el culo de su botellín con el mío y sonríe.
-Cansado, ¿Y el tuyo?
- Estoy de cargar muebles hasta los cojones- me río con su expresión y le doy un trago a la cerveza fría.
-¿Hasta cuando te quedas aquí?
- El domingo por la tarde me vuelvo a la universidad, si quieres te llevo- es muy tentador ese viaje en coche con él, pero me he venido en el mío y tengo que volver en el mío.
Me termino la cerveza y me levanto.
-He venido en mi coche, pero me debes una vuelta en el tuyo- le guiño el ojo y me meto en casa.

El Y Su PerfumeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora