Capítulo 5

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Vamos avanzando por el pasillo de las habitaciones a la vez que Mason me comenta lo que le ha parecido la peli.
Llegamos a la puerta de mi habitación y él empieza a dar pasos hacia mi, hasta que consigue tenerme pegada a su pecho y a la pared, sin dejar nada de espacio, cuerpo con cuerpo y pared.
- Bueno...- intento decir para romper el hielo tan congelado que se ha creado en cuestión de segundos.
-¿No te han dicho que hablas demasiado?- me dice con susurros, algo que me está poniendo muy nerviosa.
Al tenerlo tan cerca aprovecho para estudiar su rostro, tiene las cejas arqueadas negras, sus ojos verdes cristalinos crean un brillo precioso haciendo juego con su sonrisa. Sus labios son como si estuvieran dibujados simétricamente a la perfección, su nariz no es ni muy grande ni muy pequeña, es perfecta; y su mandíbula tan marcada...
- ¿Por qué me miras tanto?- me coge un mechón que me cubre media cara y me lo coloca detrás de la oreja, con la otra mano me agarra de la mía. Estoy paralizada, no puedo moverme ni pensar, solo puedo mirar su cara y desear que me bese con esos labios.
Lentamente acerca su cara a la mía, mi corazón late cada vez más fuerte y sonríe mientras sus labios rozan mi cuello. Desplaza la mano que tenía sujetando el mechón de mi pelo rebelde para acariciarme la cara y con el pulgar acaricia mi labio inferior.
Yo solo puedo cerrar los ojos y rezar para que nadie pase por el pasillo a las tres de la mañana.
La mano que tenía sujetando mi mano, la pasa hacia atrás rodeando mis caderas, yo pego mi cuerpo más a él y mis mano se colocan en su cintura. Sigo esperando que me bese en vez de tocarme y acariciarme tanto. Estoy que no aguanto más, una llama de fuego me sube por los pies y hace que me ponga colorada y más nerviosa de lo que estaba. Su rodilla separa mis piernas, permitiéndole estar completamente pegado a mi. 

- Eres preciosa- me susurra al oído y separa su cuerpo del mío.

-¿A donde coño vas?- digo muy seria mientras observo como se aleja de mi a través del largo pasillo.
- A dormir, cosa que deberías hacer tú también- me quedo boquiabierta, no puede ser verdad, me acaba de dejar con todo el calentón de la situación, yo ahora no voy a poder dormir.
Entro a la habitación y veo una nota sobre la cama de Cart en la que dice:
" Me voy a pasar el finde fuera con unos amigos, aprovecha la habitación para ti sola guarrilla, pero lleva cuidado.
Pd: deja las botas debajo de la cama, te quiero."
Suena mi teléfono y se ilumina la pantalla con el nombre de Mason en ella." No quiero hacerte daño, me gustas de verdad y quiero ir despacio" apago la pantalla y voleo el móvil a la cama para ponerme el pijama. Vuelve a sonar el teléfono y es Mason otra vez. " No te puedo sacar de mi cabeza, no hay nadie en mi habitación, se han ido fuera este finde, por favor ven".
Este se ha creído que soy su putita a la que puede llamar cuando a él le de la gana y dejarme a mi con todo el subidón como si fuera un interruptor.
Paso de él y del teléfono, cojo una de las novelas que me traje, me siento en la cama con las piernas cruzadas y empiezo a leer. Pero mi mente no es capaz de concentrarse y sigue pensando en Mason.
Alguien llama a la puerta y logro salir de mis malditos pensamientos. A estas horas solo puede ser él. Pero no me lo pienso y abro la puerta entusiasmada, quiero acabar lo que ha empezado.
Cuando abro la puerta Mason corre hacia mi, me agarra la cara con las dos manos y me besa impaciente. Madre mía, es el mejor beso que me han dado nunca. Mis manos abrazan su cintura y su cuerpo y el mío vuelven a estar pegados.
Giro sobre mi misma sin separarme de él, apoyo mi espalda en la puerta y con un suave movimiento de caderas consigo cerrar la puerta de un portazo, pero no nos interrumpe el beso.
Mason se despega de mi y me mira a los ojos sonriendo, le brillan más que antes y sus mejillas se visten del tono rosado más dulce que nuca he visto.
- No sabes cuántas veces he querido besarte, pero esto no significa que quiera ir despacio contigo- me suena hasta adorable lo que me está diciendo, sigo en babia todavía y solo asiento.
- Bueno, ¿Y ahora que hacemos?- pregunto ansiosa de recibir más.
- Si quieres vemos la tele juntos un rato- todavía me mira a los ojos.
- Vale - digo yo en un tono seco, la verdad es que me da igual lo que quiera hacer mientras esté conmigo.
Me tumbo en la cama de lado para ver la tele bien y Mason se coloca justo detrás de mí, pegando su pecho en mi espalda y rodeando mi cintura con sus enormes brazos. Uno de sus brazos pasa por debajo de mi cabeza sujetándose contra él, de nuevo me encuentro atrapada con su cuerpo y solo puedo pensar gilipolleces como: ¿Y si me hago pipi como salgo de aquí sin despertarlo?
Entre tanta tontería observo los tatuajes de su brazo, son unos trazos en negro muy raros, pero le quedan perfectos.
No llevamos ni diez minutos viendo la tele cuando me quedo dormida, pero doy un salto para mantenerme despierta. ¿Y si ronco? Madre mía que vergüenza si me escucha roncar".
Me doy la vuelta y entierro mi cara en su pecho, me abraza fuerte y me da un beso en la frente.
-¿Quieres que me vaya y duermes tranquila?
- No, quédate por favor- digo apretándome a su cuerpo y él hace lo mismo.
Nunca antes había conseguido dormir tan rápido y tan a gusto como esta noche.
No puedo resistirme y le doy besos por el cuello.
- Sam, para - esa orden es como si me bloqueara el cuerpo y no me muevo.
- Quiero que la primera vez sea especial y si sigues así...no me voy a poder contener- la verdad que esas palabras suenan a pura provocación y me muero de ganas de ver hasta dónde puede llegar, pero prefiero esperar.
Cuando me levanto por la mañana, Mason no está en la cama.

El Y Su PerfumeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora