Protection from Darkness T1 (YAOI) [FINALIZADA]

Capítulo 38 - La expiación del Guardián Parte 1

Un tictac resonaba a lo largo de la residencia Cross, todos quienes habitaban dicho lugar disfrutaban una noche más. En aquella habitación ocupada por aquellos jóvenes amantes, aquel quien poseía cabellos castaños abrió sus ojos de forma repentina, en su mirada no podía contemplarse expresión alguna, sentándose su mirada se dirigió hacia ese chico de cabellos plateados que continuaba disfrutando de un gentil descanso. Buscando sus ropas, Kaname se cambió sus ropas y fijó un rumbo desconocido, caminando por los largos pasillos, se dirigió hacia los jardines exteriores, sin detenerse, su andar lo llevo hasta un claro y en cuestión de segundos se desvaneció.

Tras un destello, Kaname abrió sus ojos contemplando ante el una imponente a la par que deteriorada residencia, aproximándose hacia el portón de barrotes removió algunas enredaderas descubriendo el símbolo enterrado bajo está. Ingresando a dicho lugar, camino hasta llegar a la edificación situada al final de un amplio jardín poco más que deteriorado. Al ingresar en la gigantesca residencia, deambulo hasta llegar a una habitación situada al final de un pasillo y que al mismo tiempo conducían a una serie de escaleras en dirección al sótano—. Yo de este tiempo, tu primer encuentro con el destino se encuentra más próximo de lo pudiste haber deseado.

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En la residencia Cross, todos se encontraban preocupados, la inquietud reino en el momento en que sintieron como la presencia de Kaname se desvanecía tan repentinamente, similar a cuando Zero fue secuestrado, ninguno pudo saber en qué momento dicho castaño dejó la mansión y se fue a algún sitio desconocido, estando Zess tan confundido como todos se descartó la posibilidad de que fuera obra suya, por lo cual solo los dejaba con la incógnita de a donde pudo haberse ido y como pudo irse sin que nadie lo hubiera presentido, ni siquiera Zero pudo sentirlo pese a que casi nada lograba eludir sus sentidos tan agudizados.

Preocupados, Kaien y Yagari tuvieron la suficiente fortaleza mental para mantenerse tranquilos, siendo los adultos sería inapropiado de su parte inquietar más a quienes consideraban sus hijos. Repartiendo tareas, esperaban poder entretener a todos hasta que pudieran saber o tener una pequeña pista de a donde pudo haberse ido Kaname de forma tan repentina, dicho chico jamás se iría sin dar aviso, o al menos, no sin haber avisado a Zero, el líder del clan Kuran nunca se iría a ningún lado dejando preocupado al menor. Sin embargo, la confusión estaba reinando ante el hecho de ver a Zero tan tranquilo pese a no saber dónde podría encontrarse Kaname.

Zess prestando atenta atención al de cabellos plateados sentía algo extraño, era similar a esa vez en que sintió auras diferentes en ambos chicos. Buscando un momento oportuno, aprovechó el momento en que Zero se retiró a su habitación, pidiendo ser quién lo acompañará, condujo al menor hasta sus aposentos y tras dejarlo sobre la cama tomó su distancia, listo para confrontarlo—. ¿Finalmente has despertado? —preguntó mirando fijamente al chico sobre la cama.

—Sabía que no podríamos engañarte —respondió Zero con una apenada sonrisa en sus labios—. Después de todo, has sido nuestro protector por muchas eras.

—A diferencia de Zero-sama y Kaname-sama, usted y Kazath pueden estar separados sin necesidad de saber dónde pudiera encontrarse el otro —Zess, pese a no exteriorizarlo, no conseguía entender cómo las almas de los ancestros de Zero y Kaname habían sido capaces de poseer los cuerpos de sus respectivos receptores, era la primera vez que aquello ocurría—. ¿A dónde ha ido Kazath-sama?

—A donde fin y comienzo se originaron.

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El momento había llegado, Reigen no podía evitar sonreír ante la gran alegría que le suponía repetir aquel evento que sello el destino de los seres que más odiaba, aquellos quienes tanto lo negaron y despreciaron. Frente a él estaban siglos de trabajo y estudio, las criaturas que serían capaces de llevar su odio y saciar su sed de venganza contra ese clan por el cual nunca fue aceptado. Recordando ese pasado amargo, aún tenía presente esa mirada gélida ofrecida por el antepasado del llamado Kaname, más su enojo fue mayor cuando pudo reproducir la mirada bañada en inocencia que poseían a quien siempre se encontró a su lado, a esa rosa que no era más que un simple error que jamás debió existir.