vii.

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Hugo saludó con la mano a Margot, quien acababa de entrar al bar y tomaba el girasol en sus manos.

Su compañero de turno, Adrien, lo miró con desaprobación.

—No entiendo por qué aún no le cuentas que eres tú el que le deja las flores —dijo mientras preparaba un café y miraba de reojo a la chica.

—No puedo —suspiró Hugo—. Mira si todavía me rechaza.

Adrien rió provocando que la taza que sostenía se moviera y el café caliente se derramara en su mano. El chico reprimió la mayor parte de los insultos que pudo y tomó el vaso con hielos que Hugo le ofreció.

—La chica es muy bonita, Hugo —dijo poniendo la mano en el frío—, no estará aquí para siempre. Más vale que te apures o seré yo el que la invite a salir.

Adrien se fue a la parte trasera del local, dejando a Hugo sin palabras.

Al mirar al lugar donde se encontraba Margot se encontró con su sonrisa. No podía perderla.

Sunflower || Hugo WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora