Capítulo 4

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Capítulo 4

Desperté desorientada, estoy en mi habitación y aun llevo la ropa de anoche, entonces todas las imágenes pasan como una película por mi mente, el chico llamado Cameron, el auto fallando en medio de la carretera, yo entrando al bosque, me encontré con Dalia.

¡Dalia!

Eso seguro fue una alucinación, entonces veo a Dylan botando baba al otro lado de la cama, algo pasó anoche, fue super mega raro, y para la cima del pastel, no fuimos a la escuela, mi padre me va a matar, aunque en parte es su culpa por dejar que fuéramos en día de clase a una fiesta.

— Dylan despierta —comencé a moverlo y no despertaba, el no suele tener el sueño pesado. —¡¿QUE DESPIERTES?! —le grité al oído, ocasionando que despertara de golpe y que callera al piso.

Esta maravillosa jugada surtió efecto, Dylan comenzó a quejarse diciendo cosas como "no te ayudare en matemáticas", "le voy a decir a papá Rick que no haces las clases", "te voy a dejar en medio del bosque".

— Hablando del bosque, se puede saber ¿Por qué desapareciste así de la nada? —sabía que eso no lo dejaría pasar. —¿Sabes que tienes suerte de que Rick no nos descubriera?

— ¿Recuerdas lo que me pasó con el lago? ¿Qué escuche esa voz que me llamaba? —le pregunté mientras me sentaba en modo indio en la cama.

— Si, dijiste que era como si te hipnotizara, pero... ¿Qué tiene que ver eso con esto?

— Pues, que esta vez sí llegue mi objetivo, no se como decirlo, si te lo cuento tal vez pienses que estoy loca.

— Lee, desde que te conocí sabía que estabas loca —ambos reímos —pero eres mi mejor amiga, no importa que tan absurdo sea, siempre estaré ahí dándote mi apoyo.

—Pues, vi a una mujer, bueno, era una Deidad, se llama Dalia, me contó cosas raras.

Flashback

— Bienvenida de nuevo Gaia. —su voz era como la brisa de la primavera, suave y cálida.

Era algo tan mágico que me era difícil articular alguna palabra que pasaba por mi cerebro.

— ¿Quién eres?

Para mí, esa es la pregunta más lógica, ella comenzó a acercarse más, y comenzó a dar vueltas a mi alrededor.

— Mi nombre es Dalia, —ella se detuvo enfrente de mí. —y estoy aquí para decirte tu destino.

¿Destino? ¿De qué demonios hablaba esta mujer? No puede ser, ya me volví loca de remate.

— Lo siento, pero creo que se está equivocando de persona, yo no me llamó Gaia.

— Te contaré una historia...

«Hace muchos años, en el tiempo de reinas y reyes, existió un reino mágico, oculto de todos los humanos, ya que sabían que, si salían a la luz, los humanos irían a su caza, y para el bien de todas las criaturas sobrenaturales, siempre se mantuvieron bajo perfil.

Cada criatura tenía su rey, líder o Alpha, en la manada Golden Moon, nació una pequeña niña, Gaia, su tez pálida, con hermosos ojos violeta y cabello blanco, era una clara evidencia de que fue bendecida por la naturaleza, y su relación con ella fue lo que le confirmó a todos aquella duda.

Cuando cumplió los dieciocho, fue su primera transformación y ya era una mujer loba completa, ya era toda una mujer, su belleza era maravillosa, todos querían que ella fuera su compañera, pero no lo deciden ellos, lo hace su Diosa, la Diosa Luna, su creadora, y la madre de todos ellos. Ese mismo día empieza la búsqueda de todo hombre y mujer lobo, la búsqueda de su mate, su compañero de vida.

The Golden ForestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora