Dueña de mis buenos sentimientos.

15 4 2
                                    

"Cuando yo me muera lancen un lápiz en la caja e' madera
Y no dejen pasar a los que en vida no quiera".

-Canserbero


Momentos antes de dormir, me perdía en mis pensamientos. Ya me encontraba recostado en aquella cama, sumergido en el mundo que se creaba mi mente, ya frustrado por la falta de sueño, tiraba las pocas almohadas al piso, para luego mantener mi cuerpo quieto con la mirada en el techo.

Rápidamente buscaba alejar cada uno de esos pesares provenientes de mis recuerdos, queriendo sacarlos de mi mente, inconmensurables fragmentos de memorias pasadas que no traerían nada agradable.

Estaba en paz. El silencio invadió la habitación, y estaba tranquilo, inmutable. Sabía que no tardaría, ojalá se digne a hacer presencia.
Incorporándome, salí de la cama con paso trémulo. Me dirigí a la esquina más cercana de la habitación. Me senté en el frío suelo. La ausencia de luz hacia todo más tenebroso. Ahí estaba, bañado en las sombras de ese pequeño lugar.

Irrumpió como de costumbre, aquella energía y sacudida peculiar, donde se estremecen mi mente, cuerpo y alma; haciéndome perder el equilibrio con toda esa energía que traería.

-¿Por qué has tardado tanto? Ya ha pasado un buen tiempo desde que no llegabas por aquí. Ahora todo es carente de vida, lúgubre y sin sentido. Todo eso y más cuando carezco de tu presencia.

-Discúlpame. -me dijo.

- ¡¿Eso es todo?! ¡¿Disculpame?! -le reclamé en tono tajante y mi voz filosa.

-¿Que más podría decir, querido? -se tornaba tranquila como si no hubiera notado mi voz subiendo de tono.

- Mínimo una explicación, ¿por qué te has desaparecido? ¡Solo llegas, haces lo tuyo y te vas por tiempo indeterminado!

El silencio era cortante en el pequeño lugar, una sepulcral ausencia de sonido.
Se movió lentamente, con delicadeza. Viendo todo a mi alrededor, fijaba su mirada curiosa e interesada en cada objeto de esa habitación. Se acercó poco a poco y se sentó mirándome fijamente. Mientras estaba en ese punto tan cerca de mí, tan perfecta y hermosa; podía sentir el oleaje de ideas en mi mente de lo que diría.

La habitación se oscureció desde que me había recostado. Me sonreía como solía hacerlo, pero esta vez quería saber la respuesta de sus desapariciones, quería una explicación, una manera de encontrarla cuando la necesite.

-Se lo que estás sintiendo -me volvió a mirar-. Pero, ¿por qué no has actuado?

-¡No quiero hacer nada! Te volverás a marchar y me marcará tú ausencia nuevamente, me abandonas siempre que puedes.

-¡Oh, querido! ¿Si sabes lo que dices?

No respondí a su pregunta, y ella siguió hablando.

-Observa a tu alrededor. -Me dijo.

Fije mi mirada alrededor de la habitación, oscura, repleta de un silencio sepulcral, y nada.

Al darse cuenta de mi molestia siguió hablando.

-¿No ves nada aún? Antes de que llegara, estabas observando todo en este cuarto; ahora que estoy aquí, intentas ver todo igualmente a como lo hacías, y sabes que ves más allá desde mi presencia en este lugar. Anhelas mi presencia en todo momento, no vendré siempre que quieras.

-Sigo sin tener una explicación -observe el lugar en cada espacio y no pude entender-. No me respondes directamente.

-Estas pensando a poca profundidad. Llego siempre que intentas calmar tus pensamientos; no lo sabes, pero vengo a sacar y expulsar la belleza que posee cada uno de tus emociones, sentimientos, y plasmar tu alma.

-Creo qué... creo que te entiendo.

-Observa todo tu alrededor, buscas forzosamente tenerme a cada momento. Pero, querido, no puedo quedarme todos los días, pero si puedo llegar siempre que sepas donde esperar plácidamente, no me necesitas, solo espérame, no desesperes por mí.

-¿A qué te refieres? -Me tornaba confundido.

-Estoy en todos los rincones de tu habitación, desde tus emociones he nacido una y otra vez para expresar tu belleza del corazón, siempre que me sepas encontrar yo llegaré, estaré en frente de tí, guiándote, dándote más ideas. Solo tu puedes crearlas. Tan solo soy quien te da el empujón, porqué ya tú ser posee toda esa ingeniosa creación -mientras hablaba, se movía con gracia por cada lugar de la habitación, con delicadeza, como si estuviera interpretando una obra teatral-. Solo no debes forzar nada de ello.

Mientras notaba la sorpresa en mi rostro, me observó con cautela y continuó con sus palabras.

-Todos esos pensamientos convertidos en arte, poesía, escritos y cada una de tus expresiones, son tuyas. Solo debes saber esperar y yo te mostraré el camino para plasmar esa perfecta imperfección de tú ser.

Me quede atónito, sin habla. Mientras mis pensamientos se aglomeran y mis ojos recorrían la habitación. Cada rincón oscuro se iluminaba de ideas, cada pequeño detalle se convertía en la obra más grande. Comprendía de lo que hablaba.

-Estaré en deuda contigo, me has sacado de la oscuridad más de una vez, no sé cómo agradecer -le dije luego de una pausa.

-Solo sigue haciendo lo tuyo y nunca olvides que estoy siempre en los pequeños detalles, vengo desde el dolor y los sentimientos. Siempre estaré para tí cuando sientas dolor, tristeza, remordimiento, amor o felicidad.

Mis sentimientos se cernían violentamente sobre mi ser, sentía calidez recorriendo mi mejilla; levante la mano para limpiar mi cara, mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro.
Encendí las luces, tome mis libretas y mis lápices.

Mientras sonreía satisfecha, ella se marchaba, se detuvo, y se volteó ligeramente viéndome cuando la llamé.

-Gracias. Siempre haces falta, espero volver a verte. Has estado siempre para mí, espero que tu ausencia sea breve. Te estaré esperando tranquilamente hasta tu próximo regreso.

 Te estaré esperando tranquilamente hasta tu próximo regreso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Crónicas de un ser.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora