Taken

We've got tonight

Nota: En algún punto del capitulo les puse que seria cool que pusieran la canción y leyeran el capitulo al mismo tiempo. 

Nota 2: solo quedan dos capítulos.

Si algo aprendió Gilbert a lo largo de sus años fue que tener a Anne como amiga era mejor que no tener nada de Anne en absoluto.

Claro, Gilbert quería el paquete completo, amiga, amante, novia, esposa, madre de sus hijos, sobre todo quería ser su compañero de vida, pero si no podía obtener todo se conformaría con lo primero.

Tuvo todo un día para lamerse sus heridas y de pensar todo, su corazón estaba resignado y pensó que quizá con el tiempo Anne y él podrían volver a ser amigos, claro, le dolería verla en cada nueva etapa de su vida que siempre soñó que realizaría con él, pero en serio necesitaba la presencia de Anne en su vida.

Mañana era el día de su boda, necesitaba decírselo, no podían separarse peleados, sintió que si no restauraban su amistad antes de ese momento no habría vuelta a atrás y el lazo quedaría deshecho para siempre.

Con ese sentimiento Gilbert decidió inmediatamente a arreglar las cosas, cuando salió de su casa se dio cuenta de lo tarde que era, todos los Lacroix y Elijah estaban dormidos, eso le quito un poco de valor, pero por primera vez en su vida no dejó que sus temores lo controlaran, Gilbert podría aparentar ser un chico seguro, pero en cuanto se trataba de la chica que amaba volvía a ser un tonto adolescente que no podía pensar bien.

Gilbert se adentro al bosque "encantado" como lo llamaba Anne y sonrió recordando cuando Anne le contó la vez en donde se había dejado controlar por su imaginación en el tiempo en el que el estaba en el barco de vapor y como había pasado días aterrorizada.

Gilbert no era particularmente miedoso, nunca dejaba que su imaginación se fuera en esas direcciones, bueno no por lo menos después de que su padre muriera, cuando era pequeño demasiadas veces su imaginación lo llenaba de temor y terminaba pidiéndole a su padre si podía dormir con él. Pero después de la muerte de su padre al tener una casa sola no podía dejar que su imaginación lo controlara y lo llenara de temor, entre la soledad y el temor se iba a volver loco, por lo que no se lo permitió.

Pero el simple recuerdo de que para Anne era un bosque encantado y ver de reojo a una mujer con un largo vestido blanco a altas horas de la noche cuando nadie debería estar vagando por el bosque hizo que su corazón latiera rápidamente y pensó que después de todo esa clase de cosas si existían.

Dudó en voltear completamente a verla, pensó que si quizá lo ignoraba simplemente se iría, pero la curiosidad le gano y cuando volteo a verla completamente ella había avanzado en dirección a su casa, cuando la luz de la luna iluminó un inconfundible cabello castaño-rojizo supo que quizá no era un fantasma.

Mientras corría hacia ella se preguntó que hacia ella ahí a esas horas de la noche y pensó que después de todo se estaba volviendo loco y había conjurando para que la mujer que tomó posesión de su mente apareciera ante él.

"ANNE!" gritó para librarse de cualquier duda.

Escucho como Anne soltó un pequeño gritó y volteo hacia él con una cara de espanto, en cuanto lo vio su rostro se relajó "Gilbert, gracias al cielo eres tú, creí que había superado mi loca imaginación, pero aun a los 22 años aun puedo conjurar fantasmas en este bosque"

"Entiendo lo que dices, sorprendentemente estaba pensando exactamente lo mismo y aunque al inició no me deje controlar porque, por Dios, tengo 24 años, pero cuando vi a una mujer de largo vestido blanco mi corazón se detuvo" dijo Gilbert riendo

"Quien lo iba a decir, Gilbert Blythe, el chico más maduro de toda nuestra clase dejándose llevar por fantasías" dijo Anne riendo

"Creo que ha pasado demasiado tiempo con una chica con la imaginación mas amplia de todo Canadá, no puedes culparme de que se me contagie un poco" respondió él con una sonrisa.

Pronto la sonrisa de ambos desapareció recordando la ultima vez que se habían visto. "Gilbert yo lo siento"

"No, Anne, no te preocupes, te debo una disculpa, no debí de haberte puesto en esa situación, tienes razón, fue egoísta de mi parte pedirte eso, las cosas han cambiado y tenias el derecho de seguir adelante y si tu eres feliz, yo seré feliz"

"No quiero perder tu amistad, Gil, no después de estos años"

"Yo tampoco, Anne-Girl, significas demasiado para mi"

"Que dices, ¿Una ultima aventura?" Dijo con una sonrisa enseñándole la canasta con las mantas, mientras le extendía una mano.

*Seria cool que pusieran la canción* 

Por primera vez en todo su tiempo de conocerse Anne y Gilbert caminaron tomados de las manos, entrelazando sus dedos, ya no solo era tomar su brazo, de alguna u otra forma, se sintió más íntimo, pero se sintió correcto, como si sus manos estuvieran hechas para que encajaran una con la otra.

Anne los había guiado al acantilado, aunque la vista no era la misma que si hubiera sido de día, la oscuridad de la noche simplemente iluminado para la luna, que se reflejaba perfectamente en el mar y las miles de estrellas, junto con el sonido de las olas hacia que todo fuera mágicamente reconfortante.

Esa noche hablaron, hablaron de todo, rieron, pero nunca se soltaron de las manos, como si tuvieran miedo de dejarse ir.

En algún punto de la noche Anne se puso de pie sin soltarlo instándolo a que se pusiera de pie con ella "Baila conmigo, Gil, esta noche es tan mágica"

Gilbert sin poder decirle un no a su bella chica, la tomo de la cintura con un brazo y con el otro seguía tomándola de la mano.

Se balancearon lentamente y Anne recargo su cabeza en el pecho de él, mientras tarareaba una melodía con los ojos cerrados.

Los dos alzaron la vista hacia al cielo y vieron como las estrellas empezaron a parpadear y de repente aparecían más y más, la explicación lógica seria que tal vez había una nube que las cubría, pero en ese momento los dos sintieron que era la magia del momento.

Los dos sorprendidos por el sentimiento se voltearon a ver al mismo tiempo y mirándose a los ojos sonrieron, a pesar de haber tenido serias conversaciones consigo mismo de que solo obtendría su amistad Gilbert no pudo evitar rozar sus labios con ella, no fue realmente un beso, algo en Gilbert reacciono avergonzado ante su arrebato.

"Lo siento, Anne, se que estas agotada y se que tus planes no me incluyen, me iré, no te preocupes"

Anne guiada por el momento, viendo el rostro de Gilbert, se dio cuenta que lo amaba, nunca lo había dejado de hacer y él tenía razón, sus planes no lo incluían, pero eso no hacia que lo amara menos.

"Tenemos esta noche, ¿Quién necesita el mañana? Hay que quedarnos" y con esto Anne lo besó.

Ambos sabían la verdad, quizá no lo tuvieron que haber hecho, porque en el futuro, ese recuerdo de lo que pudo haber sido los perseguiría. Anne sabia que al besar a Gilbert habría momentos que aun estando casada no podría evitar recordar cómo se sentían sus labios, como latía su corazón.

Los dos nunca podrían olvidar como se habían sentido en su hogar, podrían tener muchas casas en el futuro, pero nunca se sentirían que estuvieran en su hogar.

Gilbert se había sentido por muchos años solo y ahora con las esperanzas desvaneciéndose sabia que cuando se sintiera solo recordaría ese momento e imaginaria que Anne estaba con él, aunque después la soledad lo volviera a invadir. Nunca habría otra chica para él y si alguna vez lo permitiera sabia que nada podía superar a Anne.

Los dos querían hacer que ese momento durara.

Los dos regresaban el beso con la misma necesidad, buscando estar mas cerca, aun cuando se cansaron de estar de pie, sin dejarse en ningún momento, se recostaron en las mantas y simplemente se besaron, queriendo más, pero sin sobrepasar ningún limite, había anhelo en sus besos, una hambrienta necesidad.

Ambos sabían que, aunque quisieran que ese momento durara para siempre en cuestión de horas tendrían que enfrentar la realidad.

Pero tenían esta noche para amarse por una última vez, así que simplemente se quedaron.