Sesión 2

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ADVERTENCIA: Este capitulo tiene contenido violento y algo bizarro, si eres una mariquita sin estomago que no vio Juego de Tronos como mínimo tons no lo leas.

...

Mentiría si dijera que no me gustó ver la expresión de todos esos malditos humanos al ver como Pip caminaba por los pasillos mostrando la obra de arte que hice con su piel tan solo días antes, pero a decir verdad sabia que ese bastardo inglés lo había disfrutado por lo que eso le quita muchos puntos a mi satisfacción por la situación.

Oh, pero hoy es mi revancha.

Esta noche cambié un poco mi vestimenta por lo que solo me limité a ponerme un arnés extraño alrededor de mi torso junto con unos shorts ajustados negros parecidos a los que traía Pip la ultima sesión, al bajar pude encontrarlo levantando algunos juguetes sexuales por lo que una primera toma de su trasero expuesto por una enorme abertura en sus pantalones me recibió. Una sonrisa macabra apareció en mi rostro.

—¡Ah!—Gritó él cuando con mi mano en llamas palmeé duramente uno de sus glúteos maltratados dejando una marca carmesí de una quemadura grave. Cuando él se intentó voltear yo lo agarré de la garganta con fuerza y lo sometí contra una base de madera inclinada que tenia cadenas a los costados para luego besarlo ferozmente.

—¿Acaso te di permiso de hablar maldita mierda?—Mis manos quemaban y ya estaban haciendo humear su piel blanca de su cuello, sonreí mientras lo besaba, hoy tenia una gran idea.—Di que soy tu amo—Le ordené.

—E-eres mi amo—Su entrepierna ya estaba dura, lo podían notar cuando yo mismo frotaba mi erección con la suya, impidiendo que se saliera de mi agarré. Lo volví a besar.

Mi beso era tan brusco que sentía que nuestros dientes sobraban, mordí su lengua mas de una vez, incluso siento que me excedí por la forma en la que gemía de dolor pero eso solo me hacia querer continuar hasta el final, hoy seria la noche en que por fin me llevaría su alma, no iba a poder resistir lo que se venia.

Cuando por fin lo solté cayó al suelo sin fuerzas pero yo con un simple jalón lo levanté para luego acomodarlo entre las cadenas que aprisionaban sus cuatro extremidades haciéndolo completamente a mi merced nuevamente.

—Hoy nos vamos a divertir—Le susurré mordiendo duramente su oreja hasta hacerlo sangrar—¿Sabes como las torturas son eternas en el infierno?—Me reí por lo bajo cuando sus ojos se abrieron por la sorpresa.

Rebobinar.

Recuerdo cuando era tan solo un niño de 5 años y mi papá me llevó al trabajo por primera vez, él me tomó de la mano y me llevó hasta donde una mujer que tuvo múltiples abortos estaba recibiendo su castigo habitual. Recuerdo ver como su enorme vientre con al menos tres de sus hijos abortados salían con furia de su vientre para luego rasgar sus pechos con uñas afiladas hasta hacerlos completamente pedazos. Cualquier humano ante algo como eso moriría muy rápido y eso fue justo lo que le pasó, sin embargo, estábamos en el infierno y ahí todo es un ciclo, no duró ni dos minutos en que su cuerpo volviera al estado anterior y que aquella tortura volviera a suceder una y otra vez por el resto de la eternidad.

—¿Ves eso hijo? Algún día tu aprenderás a hacer eso, ¡podrás repetir la escena cuantas veces te plazca, es justo como la tele!

En aquel tiempo yo no entendía para que querría tal poder pero ahora, ahora frente a este rubio que me miraba impaciente por hacerlo sangrar y gritar no podría pedir mejor poder demoniaco en mis manos.

Que empiece tu infierno personal.

Pude notar que la base de madera en la que se encontraba tenia una palanca para hacer que las cadenas se tensaran aun mas así que no dudé en hacerlo sacándole algunos gritos ahogado que solo hacían que su entrepierna saltara momentáneamente, me acerqué y le mostré como mis uñas comenzaban a volverse mas afiladas.

El trato| DipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora