Antes de que todo acabe

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He vivido en este mugroso pueblo mortal por al menos 7 años, he estado aquí desde aquella vez en que mi padre fue al cielo para luego ser devuelto por intentar ligar con Jesús, desde entonces he pasado mi adolescencia como un maldito mortal teniendo que aguantar a estos seres insignificantes y sus gustos instintivos. Sexo, drogas y dinero solo representan para mi una moneda de cambio que los humanos pagarán cuando estén en el infierno. No tengo ningún interés en ello mas allá de como se le puede ver a una hormiga caminar hacia un dulce en el suelo.

Al menos hasta que conocí a una mierda depravado.

Aquel rubio fue el primer humano que llamó mi atención con el contraste entre sus gustos y su apariencia, él me hizo conocer el places de someter sexualmente a otro ser lo cual aun me resulta repugnante de mi mismo pues significa que me ha hecho rebajarme al mismo nivel de la humanidad.

Por eso lo odio aun mas.

Sin embargo, pensando que había encontrado el interruptor correcto en su cabeza resultó que sin querer lo rompí (bueno, figurativamente porque físicamente hace ya mucho tiempo) y ahora, de aquel maldito dolor de cabeza que me hacia buscar las formas mas creativas y única de tortura solo queda el dolor de cabeza.

Pues desde hace dos semanas aquel depravado ha desaparecido.

Para colmo, el maldito sigue haciéndome rebajar de mi nivel de príncipe al perseguirlo como un maldito acosador pervertido, siguiéndolo en cada lugar como una rata de alcantarilla pensando si tal vez, ese comportamiento indiferente se debe a que ha encontrado otro verdugo mejor que yo.

¡¿Mejor que yo?! Nadie es mejor que yo en el dolor, soy el príncipe del infierno, hijo de Satán, como se atreve a buscar en otro sitio los esfuerzos que he hecho para poder llevarme su triste alma.

Es asi como actualmente me encuentro siguiendo a este rubio por un callejón, se ha estado moviendo sin palabra desde hace media hora hasta un lugar abandonado, ¿viene aqui para que lo violen? Eso lo puedo hacer yo con mucho gusto.

-No vengo para que me violen, Damien Thorn-

Que?

-Como sabes....

-Llevas tres días siguiendo, puedo oír perfectamente como murmuras sobre como me atrevo a buscar el acompañamiento sucio de otros verdugos cuando tu estas en perfectas condiciones.-Simplemente no supe que responder.-No busco a nadie mas, no tienes que estar celoso-Me sonrió.

Es entonces que nuevamente aquella sensación de calor aparece en mi rostro, mi temperatura crece sin mi permiso y eso solo me causa mas irritación, por lo que rio a carcajadas.

-¿Celoso yo? ¿Ni que fueras un mortal tan importante como para estar celoso de otros seres, no representas mas que una pequeña escoria a la cual torturo, no tienes ningún interés romántico de mi parte-Me apresuro ha corregirle, pero Pip solo ladea la cabeza confundido.

-Yo no hablaba de romance, me refiero a tu orgullo como torturador, no tienes de que preocuparte ya que para mi eres el único que ha podido hacerme sufrir hasta los cimientos como ningún otro. Aunque de lo anterior mencionado, no deber tener cuidado, no estoy enamorado de ti y dudo bastante que tu de mi.

Por alguna razón, lo ultimo que dijo hizo que algo de mi se sintiera amargo, como un sentimiento de bajón tan grande que me quitó por unos segundo cualquier energía que tuviera. Solo pude contemplar como la expresión del rubio parecía inquieta.

-Necesito hablar contigo sobre algo, por eso me dirigí a un lugar como este-Yo simplemente asentí-Últimamente me he sentido diferente, la tortura ya no es... mi total gusto...

¿Qué es este sentimiento?

¿Porqué de pronto siento que me falta el aire? ¿Por qué mi estomago se siente pesando y mis manos empiezan a temblar?

<<Se que hemos hecho un trato y soy consiente de que no se puede deshacer por eso...

¿Porqué lo que siento no es emoción?

Mi mente, en lo mas profundo grita "No lo digas"

No lo digas maldito bastardo.

<<...He decidido...

No me voy a rendir así de fácil ante tu desprecio.

<<...entregarte mi-

Antes de que terminara, mi mano ya se encontraba en su cuello, atrayendo su cuerpo bruscamente al mío, besándolo con desespero impidiendo que una sola palabra saliera de él. Lo besé con hambre, deseo, con insistencia intentando evitar que continuara. Pensé que ante su nueva forma de actuar se resistiría como una persona normal pero no.

El nunca había sido un humano normal.

Empezó a corresponder torpemente a mi beso, yo bajé por su cuello y en vez de palabras oí suspiros así que me tranquilicé un poco, abrí con brutalidad su ropa desgarrándola en el proceso. Tomé sus manos entre una de las mías y las subí encima de su cabeza contra una pared mugrienta, besando todo lo que estuviera en mi camino sanándole gemidos que aun no se acostumbraba a soltar el mismo.

-D-damien...

-Voltéate-Ordené, a lo que él acató mi orden y luego con toda la saliva que pude escupir lubriqué mis dedos para pasarlos por su entrada.-Dices que ya no es lo tuyo pero aquí estas, dejándote manosear por el mismo anticristo.-A pesar de que en el pasado eso lo habría excitado, ahora su mirada era algo triste haciéndome sentir que la había cagado, solo pude besar con suavidad su mejilla mientras soltaba mi agarre de sus manos-Claro, si eso es lo que quieres.

-S-si, quiero...-Dijo con dificultad por lo que me di por bien servido, en cuanto su entrada estuvo lista bajé mis pantalones con mi erección apunto de estallar, ¿así de mucho extrañaba este tipo de cosas? Supongo que la respuesta es obvia.

Maldita sea tu jodido trasero.

Metí mi pene suavemente pero mientras lo hacia mordía su cuello con algo de fuerza, al menos no la suficiente como para herirlo realmente, el se sintió sumamente extasiado por lo que con cuidado empecé a moverme dentro de él. Podía ver de reojo como sus expresiones mostraban genuino gusto, algo completamente diferente al dolor sádico que mostraba las primeras sesiones o el nerviosismo miedoso de las ultimas, esta era la expresión de un punto equilibrado entre el dolor y el gusto.

No tardamos mucho en venirnos, ahí en esa pared llena de moho en un lugar solitario y frio. Del cansancio ambos caímos al suelo donde empezamos a acomodar nuestra ropa aunque la de Pip estuviera destruida, yo solo gruñí y le di mi chaqueta la cual le quedaba algo grande así que lo cubriría bastante bien hasta su casa.

-Eso me gustó-Dijo acomodando su estúpida boina, para luego mirarme con la misma seriedad de antes, cosa que me angustió de nuevo-pero como te iba diciendo...

-Sal conmigo-Lo interrumpí de la nada, pero por su expresión de horror caí en cuenta de mis palabras y entre en pánico mental.-A una cita me refiero, el domingo a las 3 de la mañana.-Me levanté apresurado para irme.-Es una orden.

-Pero yo...

-Es una orden-Le dije con una severidad improvisada.

-Porque a esa hora.

-La hora del diablo-Y sin mas me fui prácticamente corriendo hasta desaparecer en las llamas, para luego aparecer en mi propia casa.

Al llegar busqué el hacha mas grande que había, fui a la habitación de mi padre y azoté la puerta con tanta fuerza que asusté a todos los invitados de la orgia.

-TU MALDITO HIJO DE PUTA POR CULPA DE TU MIERDA DE PSICOLOGIA INVERSA SALI MARICON-Y sin mas, le lancé el hacha rebanándole un cuerno.

...

Creo que alguien ya cayó bien caído si o no banda :v

Bueno, ahora a desaparecer otro medio año byeeee.


El trato| DipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora