🔹q u i n c e🔹

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—Entonces ¿que hacen en este basurero para pasar el rato? —preguntó Bolivia, siendo seguido por un molesto argentino.

—¡¿Cómo tenés el descaro de lanzarme tu basura, Bolivia?! —exclamó Argentina, sacudiendo la bolsa negra del boliviano.

—Ese es mi nombre, cariño, no lo gastes —dijo el contrario, observando con cuidado todo el lugar. Si tenía un sótano sería perfecto para él.

—¿Cariño? —soltó Chile, frunciendo ligeramente el ceño.

Guatemala sintió como se aproximaba una pelea, no sabía porque, pero Chile había tomado un bolso. Tenía que intervenir.

—¡¿Ese olor es de pastel?! —alzó la voz, para llamar la atención— ¡Después de esté largo viaje se me antoja un buen pastel! ¿Tu no, Bolivia?

—Solo si es de chocolate —respondio, antes de salir disparado hacia la cocina.

—¿Ven? Dejaron entrar a la casa a un pibe muerto de hambre —les dijo el argentino, señalando por dónde se había ido Bolivia—. Seguro y planea comerse mi rebanada.

—Tranquilo, mi amor, nadie se comerá tu rebanada —aseguro Italia, alborotando con cuidado el cabello de Argentina.

—¿Lo prometes por el meñique? —cuestiono, haciendo un puchero, a la vez que levantaba su dedo meñique.

—Lo prometo —dijo, entrelazando su meñique con el de su hijo.

—¿Alguien más ve el claro preferitismo? —pregunto México, en voz baja. Todos asintieron.

Fueron a la cocina, donde ya se encontraban Bolivia y Guatemala devorando su rebanada de pastel.

—Ya me hacía falta comer algo —dijo Guatemala, lleno de felicidad—, esa barra energética solo me abrió el apetito.

—¡¿Comiste algo en el camino?! —cuestiono Bolivia, muy alarmado. Todos voltearon a verlo, preguntándose con que cosa loca los sorprendería.

—¡Claro! Tenía hambre —contestó.

—¿Que tiene que comiera algo? —se apresuro a preguntar Colombia. La duda lo estaba matando.

—Se aproxima un oso —fue lo único que dijo el boliviano, antes de pararse y tomar la escoba.

—Papá nos dijo que en esta zona no hay osos —informo República Dominicana— ¿Verdad, mami Italia?

—¡Mi pezón izquierdo me advierte que se aproxima un oso! —exclamo Bolivia, sacando una sinta adesiba de su bolsa negra y un cuchillo para pan.

Así es; Bolivia le había prohibido comer algo en el camino al guatemalteco, pues le aseguró que atraería animales salvajes.

—Soy demasiado joven como para ser devorado por un oso —solto Venezuela, abrazándose fuertemente con Ecuador.

—¡¿Nos va a devorar un oso?! —cuestiono el ecuatoriano, entrando en pánico.

Italia buscaba la manera el calmar a sus retoños, más a México y Perú, quienes ya se estaban armando con los utensilios de la cocina.

—Perú, México, quitarse esas ollas de la cabeza y bajar los cuchillos —pidio el italiano de la mejor manera, pero los mencionados no lo escucharon, pues República Dominicana y Colombia estaban muy ocupados gritando mientras daban vueltas por toda la sala.

—¿De verdad le van a hacer caso solo porque su pezón izquierdo le dice algo? —cuestiono Guatemala— ¿Que no ven que solo es un esquizofrénico?

Hora en familia 🔹Latin Family 🔹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora