Ya llevaba varias noches sin dormir, la inquietud se apoderaba de mi todavía.
Por alguna razón mi vida después de ese incidente se sentía rara. Es decir, había varias cosas que no se iban de mi cabeza y eso hacia que me distrajera demasiado de mis labores en el trabajo, para mi suerte nadie se daba cuenta a excepción de la señora Kim, así que por ahora no corría el riesgo de ser despedida por equivocarme al repartir los medicamentos.
El tiempo pasó rápido, y por tiempo me refiero a tres semanas. Tres semanas en las que no había vuelto a ver al joven Wonho y se sentía extraño, por lo regular me lo topaba unas cuatro veces a la semana, y a eso me refería a solo verlo de lejos, por lo regular de un saludo o una simple reverencia no pasaba.
El no verlo me hizo pensar que sentía vergüenza sobre lo sucedido, y si era así, me alegro.
Estos días ya no sentía la sensación de acecho en las noches y eso dejaba más en claro que él era quien me ha seguido todo este tiempo. La pregunta del millón sigue siendo ¿Por qué?
¿Qué esperaba él de mí?
En lo personal no podía encontrar una respuesta a esa duda.
Sabía de su carácter y de su forma fría de ser, pero jamás lo catalogue como una mala persona. Ahora realmente no sabia si mi pensamiento había cambiado.
Hoy era día de actividad en el acilo, todos podía realizar las actividades que les gustaran más, algunos jugaban bingo juntos, otros intentaban hacer un poco de ejercicio y otras abuelitas intentaban tejer con la poca habilidad manual que les quedaba.
La señora Kim, sin embargo, solo estaba sentada tomando el té, viendo hacia el jardín. Me acerque a ella.
—¿Se le ofrece algo? —pregunté sentándome a su lado.
Ella dejo la taza encima de la mesa y me dio su total atención.
—Yo soy quien debería preguntar eso.
—¿Por qué lo dice?
—Siento que algo te molesta, cuéntamelo todo —volvió a tomar del té.
—En realidad no sé qué me molesta —suspiré—, para ser sincera no se si me molesta algo.
Ella se quedó pensativa unos minutos y luego volvió a hablar.
—¿Te preocupa algo? ¿No me habías dicho que la sensación de que te seguían en la noche había desaparecido?
Como siempre lo hago, le conté a la señora Kim que ya no sentía que me seguían, pero omití por completo lo que pasó con el joven Wonho, por alguna razón no quería hablar del tema y lo evité a toda costa.
—Así es —respondí—, pero ahora tengo otro tipo de inquietud.
—¿Cuál es? —se escuchó extrañada.
—Siento como si de un momento a otro algo fuera a ocurrir.
Tenía la certeza de que ya no me seguían, pero estaba intranquila, sentía demasiada calma, como si algo fuera a pasar, algo más grave que el que me persigan.
—No demos entrada a los pensamientos malos— hablo con preocupación—, ¿por qué no piensas mejor que será algo bueno?, yo creo que será algo bueno.
—Ojalá lo sea.
—De todas maneras, si te sientes extraña o intranquila, déjame hablarle a Shownu, él podría acompañarte, aunque lo ideal sería decirle a Wonho que...
—No es necesario —la interrumpí.
Ya bastantes molestias le había hecho pasar a Shownu como para que estuviera cuidándome como si fuera mi niñera.